María Teresa Campos fue una de las periodistas más reconocidas y celebradas de la industria informativa española. Con más de medio siglo de carrera a sus espaldas, entre televisión y radio, la oriunda de Tetuán instalada en Málaga se convirtió en la cara visible de Telecinco y Antena 3, tanto en las mañanas como las tardes. Su muerte, el 5 de septiembre de 2023, marcó una difícil despedida para el mundillo nacional.
Sin embargo, su figura ha vuelto a protagonizar un titular, en esta ocasión de una forma más extraña. “Mi querido Luis, te mando un beso con mucho amor. Un beso desde el infinito”, rezan los mensajes que Luis Pliego, director de la revista Lecturas, recibió este martes a las 17:50 de la tarde, antes de entrar en el plató de Tardear. El magacín vespertino de Telecinco presentado por Verónica Dulanto y Frank Blanco, ha investigado la cuestión durante las últimas 48 horas.

Resuelto el misterio de cómo el móvil de Maria Teresa Campos mandó un mensaje a Luis Pliego después de su muerte
Leticia Requejo, colaboradora del programa, ha confirmado que el mensaje se envió desde un ordenador, certificando la teoría de la intervención informática compartida dos días antes. Sin embargo, el detalle del país de origen ha provocado sobresaltos en varios de los colaboradores. Según la periodista, los escritos se habrían enviado desde Chile, donde ha vivido desde los 11 años la última pareja conocida de Campos: Edmundo ‘Bigote’ Arrocet.
Sin embargo, este dato podría haber sido falseado junto con los mensajes. Javier ‘JaviZone’ Sanz, fundador del grupo ADSLzone y divulgador en ciberseguridad, ha achacado el envío de mensajes a un delito de suplantación de identidad: el spoofing. Según el glosario digital del Banco Santander, “es un conjunto de técnicas utilizadas por los atacantes para hacerse pasar por una persona o entidad de confianza y engañar a las víctimas para obtener información”.

Luis Pliego muestra un supuesto SMS de María Teresa Campos
Fácil falsificación
En palabras del entrevistado, esta práctica podría haber sido muy sencilla, registrándose en una aplicación de pago que permite falsear el teléfono del remitente sin complicación alguna. Del mismo modo, se podría falsificar la ubicación desde la que procede este escrito, eligiendo cualquier territorio desde Rusia hasta Camboya. A pesar de ello, Sanz ha certificado que para llevar a cabo este delito, la persona responsable debía conocer los teléfonos tanto de Campos como de Pliego.
“Cuando me ha llamado Luis me he puesto a temblar. He avisado a mi hermana para que no le dé un infarto por si le mandan a ella también un mensaje. Yo lo di de baja al mes que muriese mi madre. De hecho, he querido acceder al teléfono para el homenaje y no pude. Fui a la compañía y me confirmaron que no podía, que tenía que haber hecho una copia de seguridad. Es de muy mal gusto, la persona que lo haga no tendrá la conciencia tranquila”, comentaba Carmen Borrego, hija de la periodista.