Desde que en 1983 se emitiera por primera vez Eurovisión en Australia, los ciudadanos de este país de Oceanía son unos grandes seguidores del festival. Tanto es así que en 2014 la televisión danesa, organizadora aquel año del festival, lanzó la propuesta de invitar a Australia a participar en el festival de forma simbólica. Pero, el país ya no ejerce de invitado y desde el 2015 participa en el concurso como uno más.
En el año 2014, Eurovisión se celebró en Copenhague y DR, la televisión pública danesa propuso que la cadena pública australiana, SBS, llevara a un representante para actuar como invitado en el descanso de la segunda semifinal del festival. Los eurofans acogieron con los brazos abiertos esa propuesta y celebraron la participación del país oceánico en Eurovisión.
Lo cierto es que la puesta en escena de la cantante Jessica Mauboy y su canción Sea of Flags tuvieron una gran acogida tanto en Europa como en Australia. Es más, esa noche más de 2,7 millones de australianos siguieron Eurovisión desde sus casas.
Al año siguiente, por el motivo de la 60ª edición del concurso Australia volvió a participar en Eurovisión, pero ya dentro de los países participantes del concurso y desde entonces Australia se ha quedado como concursante fijo de Eurovisión.
Su mayor éxito fue la segunda posición que obtuvieron en 2016 con Dami Im en Estocolmo. En 2015 obtuvieron un quinto puesto y el noveno puesto en 2017 y 2019. Por el contrario, el peor resultado de Australia fue el año pasado con la canción Technicolor. Australia decidió no participar en directo en el festival debido a la pandemia y envió un videoclip de la actuación, el público penalizó que no estuvieran en vivo en Eurovisión y su representante cayó en la semifinal y no llegó a la final celebrada en Rotterdam.
El candidato de este año
Este año, la apuesta de Australia es Sheldon Riley y la canción Not the same. El joven ganó en un talent show en la televisión australiana y gracias a la popularidad que ha obtenido después y el apoyo brindado por su país este año ha acudido a Turín con el objetivo de llevarse el micrófono de cristal. De momento ha conseguido superar a la candidatura del año pasado y Australia actuará esta noche en la final.