El clan Pantoja sigue centrando horas de televisión tras la muerte de doña Ana y la boda de Anabel Pantoja. Belén Esteban fue testigo directo de lo que sucedió en La Graciosa cuando se hizo público el fallecimiento de la madre de Isabel Pantoja. Según contó en Sábado Deluxe, el reencuentro de Kiko Rivera con su madre llegó gracias a la intervención de Raquel Bollo.
La excolaboradora de Sálvame, ahora centrada en su faceta como empresaria, acudía como invitada y decidió interceder en un momento tan delicado. El dj, que no había pisado Cantora desde la emisión de La herencia envenenada, en un principio no tenía intención de acudir a ver a su madre a la finca familiar.
Belén Esteban contó de primera mano lo que vivió en la boda de Anabel Pantoja
"Él no tenía muy claro si ir a Cantora a ver a su madre, no se atrevía por todo lo que había ocurrido con el documental, pero fue Raquel Bollo quien le dijo que tenía que ir", comentaba Belén. Con estas palabras es posible imaginarse las horas de tensión y de cambios de decisiones que se vivieron en la isla antes de poner rumbo a Medina Sidonia.
A pesar de lo que pudiera pensarse por las palabras de Anabel Pantoja y lo sucedido en las últimas horas, la colaboradora afirmó que Kiko e Irene Rosales estaban muy ilusionados con la boda: "Para ellos fue un palo muy gordo lo que pasó, a mí se me caía el alma a los pies viendo a Irene Rosales con cuatro maletas y dos niñas volviendo a la península solas para estar con Kiko".
Anabel Pantoja ha comentado que se siente decepcionada con Kiko Rivera y es que ni el DJ ni su mujer no han sido capaces ni de enviarle un mensaje para darle la enhorabuena
El resto de compañeros presentes en plató recordaron los problemas de adicciones del dj en el pasado, y que ese sería el motivo para que Rosales decidiese estar junto a su marido."Yo creo que ella tenía que estar al mando del barco, no podía dejar a Kiko solo en ese estado rodeado de sus amigotes, por lo que pudiera pasar", decía Kiko Matamoros.
El cantante, no se sabe si para evitar ver momentos de felicidad de la boda y la posterior fiesta, o como signo de protesta por haber seguido adelante con la celebración, ha dejado de seguir a toda su familia en Instagram. Aunque pueda parecer un gesto de lo más inocente, en un mundo dominado por las redes sociales tiene un gran significado.