Las series de ficción turcas están arrasando en nuestro país. Si no, que se lo digan a Tierra Amarga (Bir Zamanlar Çukurova), la última apuesta de Atresmedia en un intento por recuperar el espacio de sobremesa. Desde su estreno, la serie no para de mejorar, poniendo claramente en jaque el liderazgo que hasta ahora ostentaba Sálvame, en Telecinco, durante su horario.
La serie, que sustituye a Ahora Caigo después de diez años en pantalla, ha logrado no solo hacerse un hueco y recuperar ese espacio de telenovela de tarde que tanto triunfó durante los años 80 y 90, sino que ha conseguido ‘destronar’ a su máximo rival, que parece no poder acabar con el fenómeno turco por más ‘bombazos’ que esté presentando durante el verano. De momento, la telenovela turca tiene un share promedio del 14.1%, con más de un millón de espectadores que se mantienen fieles cada tarde, batiendo su propio récord histórico el pasado viernes tras dispararse hasta un 17%, con 1.5 millones de espectadores, catapultando además al resto de programas de la tarde de Antena 3.
La ficción otomana está amargando el verano a Telecinco, y desde Sálvame lo están intentando todo, desde el estreno de un documental sobre Anabel Pantoja al ataque directo a sus colaboradores más queridos, como ha sucedido en los últimos días con la veterana Gema López o, más recientemente, con uno de sus ‘intocables’, Kiko Hernández.
El programa comenzaba ayer avisando de una ‘bomba’ en horario de competencia directa con Tierra Amarga, y no era una cualquiera, sino que trataba de una presunta ‘traición’ de Kiko Hernández a una amiga especial, tal y como se había publicado en la revista Diez Minutos un día de agosto de 2018. Este rescate de la noticia de hemeroteca servía al programa para demostrar que ninguno de sus colaboradores es ‘intocable’, pero también para atraer la atención sobre la vida personal de Kiko Hernández, de la que apenas se saben detalles.
El cebo en este caso era doble: primero, se intentaba desvelar la presunta traición del colaborador a una de sus mejores amigas, y, por otro lado, se hablaba del despido en directo de uno de sus colaboradores, que luego se desveló que se trataba de Antonio Canales.
La supuesta ‘traición’ fue revelada por un confidente anónimo, que aseguró que “Kiko avisó al fotógrafo y negoció por las imágenes, obtuvo dinero a las espaldas de su amiga”; acusando al colaborador de haber pactado las imágenes publicadas por la revista semanal. La reacción de Kiko a sus palabras fue tajante: “¡Una mierda para ti! Una mierda así de gorda para ti. Ni dinero, ni fotógrafo, ni leches en vinagre. El fotógrafo lo mandó el restaurante, yo sería la última persona que avisa para que me pillen, ¡me tienen que matar!”, exclamó, indignado, “Me podéis atacar por mi mala leche o por lo faltón que soy, pero, ¿que yo he avisado a un fotógrafo? Me tienen que matar".
La dura crítica de Antonio Canales
La ‘traición’ quedaba así en bomba de humo, que no consiguió tampoco rascar audiencia a Antena 3, como tampoco lo hizo el despido en directo de Antonio Canales, que quiso alzar la voz y criticar abiertamente al programa, visiblemente enfadado.
“No estamos en época de buenas audiencias para el programa. Las estadísticas de Mediaset dejan mucho que desear”, dijo el bailarín, “Hay que reinventarse, hay que escuchar a la audiencia para no agotarla. Los directores deben empezar a darle al público alegría y no mirarse el ombligo. Cuando baja la audiencia y la gente hace zapping es porque algo no estaremos haciendo muy bien. Renovar o morirse”.
Es más, el bailarín se atrevió a ir más allá: “No canséis a la audiencia más porque Sálvame se va a pique. Lo que tenéis que hacer es reinventarse y darle un poquito de savia al programa porque la está perdiendo”, sentenciaba, “[Sálvame] ahora no está siendo el número uno. Nos están ganando hasta las teleseries", corregía Canales a Carlota Corredera en otro momento, refiriéndose sin nombrarla a Tierra amarga.
Al bailarín no le faltaba razón. Solo la tarde anterior, la serie otomana se coronaba con un 16% de share, y continúa consolidándose como la líder de la sobremesa.