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Avilés deja a Ana María Aldón a merced de un tiburón

‘Supervivientes 2020’

Avilés y Ana María Aldón en 'Supervivientes 2020'.

Mediaset

José Antonio Avilés ha protagonizado un nuevo momento en Supervivientes que no ha pasado inadvertido. La coprotagonista de esta historia es su compañera Ana María Aldón; el enemigo a batir, un tiburón que sorprenderá a los dos en el mar hondureño. ¿Cómo reaccionarán los robinsones al discernirlo en el agua?

Los hechos se sucedían mientras buscaban peces para alimentarse. Fue entonces cuando la mujer de Ortega Cano avisó a su compañero de que había visto un tiburón “de los grandes”. Asustada, tenebrosa, avisó al colaborador de Viva la vida. Lo que no se podía imaginar en ese instante es que, en vez de socorrerla, Avilés salió despavorido.

Avilés huye de un tiburón en 'Supervivientes 2020'.

Mediaset

Puede que Michael Phelps haya encontrado a un digno sucesor, porque la velocidad que cogió el colaborador de Viva la vida en el mar hondureño pocas veces se ha visto. De hecho, atrás dejó a su compañera a merced de un tiburón “de los grandes” –como exclamó Aldón–. No obstante, Avilés se justificó.

“Yo he salido corriendo. Digo: ‘Mira, yo lo siento pero soy muy joven’”, comentaba el concursante a su llegada a la arena, ante una Rocío Flores impactada. “Ya la puede comer el tiburón que tú no la vas a salvar”, bromeaba su compañera. “Ah, claro, para que nos coma a los dos”, apuntó por su parte el periodista.

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“Ana María ha perdido mucho peso, está muy delgadita y si le muerde tiene poca carne, pero si somos dos somos más golosos y seguro que no nos deja títere con cabeza el bicho”. Con estas palabras el concursante se excusaba ante una Ana María Aldón que no dudó en tildarle de “hijo de put…”.

La madre será una santa pero él es un hijo de pu… desde que nació”, exclamó Aldón, quien se encargó de contar la historia a sus compañeros. “Ha aparecido un tiburón. Cuando me he dado la vuelta yo no podía nadar más rápido. Madre mía, qué miedo. Era un tiburón de los grandes, no de los que veo pasar por la orilla, no; grande, grande. Flipando”. La mujer de Ortega Cano incluso confesó que ahí moría, pero finalmente todo quedó en anécdota. Una anécdota con moraleja: Si aparece un tiburón, no pidas ayuda a José Antonio Avilés.