Juanra Bonet : “Es una lástima, pero de cultura general no he aprendido mucho”

Juanra Bonet venía del mundo de la interpretación hasta que un día se vio presentando programas en televisión. Formó parte de la compañía teatral La Cubana a finales de los noventa y participó en series como El cor de la ciutat y Temps de silenci. Después vendría una época de reportero en Les mil i una y Caiga quien caiga. Y en su última etapa profesional parece haberse especializado en concursos televisivos. Desde septiembre del 2014 está al frente de ¡Boom!, cada tarde de lunes a viernes en Antena 3. Un concurso que siempre ha contado con buena audiencia pero que en los últimos meses no para de batir recuerdos, bordeando a los 2,5 millones de espectadores, superando el 18% de cuota de pantalla y consiguiendo superar a su tradicional rival, Pasapalabra (Telecinco). Alguna parte del éxito le corresponderá a este barcelonés de 44 años.

¿Cómo se explica el boom en audiencia de los últimos meses del concurso que presenta?

Ha habido muchos factores pequeños que han ido sumando poco a poco y uno de más grande. Creo que lo más importante fue cuando en la pasada primavera cambiamos la mecánica e introdujimos una nueva fase que da mes emoción porque obliga a los concursantes, no sólo a responder correctamente, sino a tomar también decisiones de estrategia. Eso da más emoción y ritmo. Otro factor de la buena audiencia del programa es que durante el Mundial que transmitió Telecinco mucha gente a la que no le gustaba el fútbol decidió cambiar de concurso y venir con nosotros. Y después también hay un factor muy importante que son los concursantes, algunos de los cuales, como los miembros de Los Lobos, que llevan casi un año y medio en antena, la gente ya los tiene como parte de su familia.

¿Como catalán da una satisfacción especial que ¡Boom! sea a menudo el espacio de una cadena española más visto en Catalunya?

Me hace mucha ilusión. Siempre me he sentido querido por la audiencia catalana, tanto cuando hacía Qui corre, vola en TV3 o Lo sabe, no lo sabe a Cuatro.

Lleva cuatro años en !Boom!, desde los orígenes del concurso. ¿Siente que ha evolucionado?

¡Me gustaría que no fuera una pregunta sino una afirmación! (bromea) Yo quiero pensar que sí. Entiendo que si llevo cuatro años y la audiencia responde es que algo habré hecho bien. Interiormente también me siento más a gusto, disfruto más y no me pongo tan nervioso.

¿Se aprende mucho de cultura general al frente de ¡Boom!?

Tengo que confesar que no he aprendido casi nada. Estos días he hecho alguna promoción interna en Atresmedia donde me hacían preguntas curiosas que habían salido en el concurso y no me las sabía. La razón es que no suelo estar pendiente de esta parte del programa, sino de los concursantes, del público, de las cámaras, de los micrófonos, de si vamos bien de tiempo, de si el programa está quedando muy serio... Es una lástima, pero me doy cuenta de que no he aprendido demasiado.

¿Presentar un programa diario es muy agotador?

Grabamos varios programas en un mismo día y es verdad que a veces podemos tener jornadas de once horas que resultan muy agotadoras pero no es cada día. Me siento un privilegiado de tener este trabajo. Cualquier presentador de concurso diario que se queje doy permiso para hacerle una colleja (ríe). Es un trabajo cómodo que te deja además tiempo libre.

¿Tiene miedo de encasillarse?

¡Ojalá! Sería muy bonito porque querría decir que el espectador, mi cliente, me ha comprado.

¿Se ve como Jordi Hurtado dentro de unos años?

Como mínimo la epidermis me la pido (vuelve a reír).

¿No le importaría estar 20 años en ¡Boom!?

En absoluto. Es un concurso muy divertido y además participan equipos y no individuos, lo que aún es más agradecido porque ves cómo hablan entre ellos, como llegan a acuerdos, como se relacionan, qué jerarquías tienen...

Los Lobos llevan desde mayo del 2017 en el programa. ¿Preocupa cuando llegue el momento que caigan eliminados?

Antes de ellos hemos tenido otros equipos que han estado mucho tiempo y siempre ha existido el miedo a saber qué pasaría cuando acabaran su etapa. Somos conscientes de que eso puede pasar cualquier día y la verdad es que no tenemos miedo porque cuando nos ha dicho adiós un equipo que ha hecho récords y que nos ha enamorado, pues ha llegado otro. Y las audiencias se han mantenido y la evolución del concurso ha ido al alza.

¿Se establece un vínculo especial con estos concursantes?

Se crea una complicidad increíble. No sólo conmigo sino con todo el equipo; ellos acaban conociendo y hablando de temas totalmente cotidianos con cámaras, maquilladoras, etcétera... Es inevitable porque estos concursantes se acaban convirtiendo en compañeros de trabajo.

Usted llegó a los programas de entretenimiento desde el mundo de la interpretación. ¿Lo echa de menos? ¿Le gustaría volver a la ficción?

Sí añoro a veces la ficción, aunque con el teatro tengo esta parte bastante calmada. Cada mes suelo tener un par de bolos: uno con David Fernández con Dos y otro de monólogos con El club de la comedia . Pero sí me gustaría hacer más ficción: de hecho hace poco rodé una nueva serie de Flooxer que se llama Gente hablando y el año pasado estuve en Cuerpo de élite . En cuanto puedo, y alguien piensa en mí, pues allí estoy. Pero es verdad que ahora estoy haciendo un trabajo muy de presentador y es fácil que no figure en muchas quinielas.