Horizon Zero Dawn fue una agradable sorpresa para muchos jugadores de PlayStation 4. El estudio holandés Guerrilla Games dejó a un lado los juegos de acción en primera persona como Killzone y se adentró en el universo de los mundos abiertos al estilo de Ubisoft. Pero este viaje no lo hacía solo, a su lado tenía dos grandes estudios como Naughty Dog y Santa Monica, que estaban consolidando la marca PlayStation como el adalid de los videojuegos con historias para un jugador y cuidados modos campaña.
Con más de 20 millones de copias vendidas, la primera entrega de la franquicia Horizon entró a formar parte de la flota de buques insignia de Sony, junto a títulos como The Last of Us, Uncharted y God of War. Guerrilla proponía una experiencia de acción y mundo abierto en una Tierra postapocalíptica con tintes tribales, un planeta reconquistado por la naturaleza y maquinas gigantes que recordaban a los dinosaurios. La historia era otra vez salvar el mundo, pero el camino de -en este caso- la heroína estaba plagado de exploración, misiones secundarias, recolección de materiales, creación de objetos y cacerías de monstruos mecánicos.
La base del juego era similar a la de un Assassin’s Creed o un Far Cry, con elementos de juego de rol, un mundo inmenso y una infinidad de puntos de interés por descubrir y atalayas por escalar. Pero, a diferencia del juego de los asesinos, Horizon tenía la oportunidad de explicar una historia nueva, sin limitaciones ni herencias de títulos anteriores. Horizon tenía espacio para crear un personaje como Aloy, una heroína fuerte y autosuficiente destinada a salvar a la humanidad de su extinción.
Horizon Forbidden West construye directamente sobre las bases presentadas en Zero Dawn y amplía y mejora todos los aspectos del juego original. El nuevo título de Guerrilla Games llega el próximo día 18 de febrero a PlayStation 4 y PlayStation 5 y, junto a Ratchet & Clank: Una Dimensión Aparte, es uno de los primeros juegos realmente de nueva generación que llegan a la consola de Sony.
Siguiendo a Aloy por el Oeste Prohibido
El punto de partida de esta nueva aventura se sitúa pocos meses después de que Aloy derrotase a Hades, la inteligencia artificial malvada que amenazaba con generar una nueva extinción. Pese a la victoria de la protagonista, algo está fallando en los sistemas mecánicos que garantizan la vida en la Tierra. Los robots vuelven a ser agresivos, las cosechas se pudren antes de madurar y el clima cada vez es más extremo.
Para, otra vez, salvar a la humanidad, Aloy vuelve a embarcarse en una aventura que la llevará hacía el Oeste Prohibido, un vasto territorio inmerso en una guerra civil y asediado por máquinas de combate. Durante su viaje, la protagonista se reencontrará con viejos amigos y conocidos y descubrirá nuevas respuestas sobre sus orígenes y la temida señal de extinción que desencadenó todos los problemas vistos en la primera entrega.
Además, el Oeste Prohibido es una región enorme con una gran variedad de biomas y ecosistemas. Horizon Zero Dawn ya ofrecía un viaje a través de montañas nevadas, bosques y desiertos; pero en Forbidden West a todos estos climas se le suman la jungla, las playas paradisíacas y hasta ciudades subterráneas con neones y hologramas. Guerrilla Games ha logrado crear un mundo abierto con una calidad técnica increíble, lleno de pequeños detalles como las gotas de sudor que caen por la frente de Aloy o la nieve que se acumula en los arbustos de las zonas más frías. Horizon Forbidden West es un espectáculo audiovisual, especialmente en PlayStation 5.
Más grande a veces es mejor
En los videojuegos de mundo abierto suele haber una máxima que se cumple con frecuencia: más grande no acostumbra a ser mejor. Las desarrolladoras se obsesionan con crear mapas enormes, confunden kilómetros cuadrados con calidad y acaban haciendo mundos vacíos, repetitivos y con mucho relleno. Horizon Forbidden West es significativamente mayor que Zero Dawn, pero se trata de un crecimiento controlado y medido que realmente suma en pos de crear una experiencia mejor.
Aloy dispone de más armas, más habilidades y más ítems especiales con los que enfrentarse a más máquinas, pero todo son añadidos útiles que ayudan a desplazarse por el mundo o que sirven para completar ciertos puzles y desbloquear nuevas zonas. La protagonista de nuestra aventura ahora dispone de una paravela -un escudo de energía- para planear por el aire, de un gancho para escalar más fácilmente y mover objetos y de una máscara de buceo que le ayuda a nadar a grades profundidades.
La base jugable de Horizon Forbbiden West es la misma que la de Zero Dawn: hay ataques cuerpo a cuerpo con la lanza y ataques a distancia con arcos, hondas, lanzacuerdas, aturdidores y lanzadores de arpones. Además, hay varios tipos de armas nuevos, pero es mejor descubrirlos a medida que se juega. Partiendo de la primera entrega, las novedades jugables en forma de nuevas herramientas se integran a la perfección y hay momentos en los que cuesta de entender cómo era posible jugar a Zero Dawn sin cosas como la paravela o el gancho.
Hablando de tamaño y dimensiones, lo nuevo de Guerrilla Games es una experiencia faraónica. El mundo abierto es gigantesco y está lleno de misiones y puntos de interés, pero lejos de abrumar al jugador, estos se sienten como elementos y sistemas vivos, como capas de un mundo real. Los campamentos de Tenakth rebeldes, por ejemplo, no aparecen como setas en medio de la nada. Afectan a los asentamientos de su alrededor y tienen una coherencia geográfica y argumental.
Hay veces en los que completas misiones secundarias y estas afectan directamente a personajes principales o tus aliados hacen referencia a las aventuras en solitario de Aloy completando retos opcionales. Son pequeños detalles que no cambian realmente el mundo de Horizon Forbidden West, pero le dan una cohesión argumental a todas las actividades que ofrece el juego. Cabe destacar que la mayoría de las misiones secundarias están muy bien escritas y algunas hasta son comparables con la trama principal. Muchos de estos encargos se alargan durante todo el juego y presentan a personajes muy importantes para la vida de Aloy.
Horizon Fobidden West consigue que el contenido adicional se sienta tan importante como el principal. No está la historia por un lado y el juego por otro, ambos elementos forman parte de un mismo todo. Y, pese a que es casi obligatorio hacer misiones secundarias para obtener el nivel necesario para seguir la historia, en ningún momento se sienten como una obligación desagradable.
El único elemento del juego que se resiente ligeramente de formar parte de este gran mundo abierto es el sistema de obtención de quipo y de mejoras. Para comprar y mejorar nuevas armas y armaduras hacen falta recursos como partes concretas de ciertas máquinas, una tarea que puede resultar realmente larga y complicada, especialmente en los niveles más altos. Hay muchos momentos en los que el saqueo y la obtención de botín es excesiva, constantemente se usa el radar para detectar cajas con objetos y materiales o se recolectan kilos y kilos de bayas, maderas y flores. Esto suele interferir con la fluidez general del título, ya que es habitual ignorar momentáneamente al personaje que te acompaña en la misión porque estás explorando todas las salas del edificio en busca de botín legendario.
Es fácil encontrarse un muro que impida avanzar en el sistema de progresión. Más o menos a la mitad de la historia, seguramente Aloy tenga ya un equipo bastante decente, pero es probable que se estanque si no dedica varias horas a cazar bestias concretas focalizando su atención en obtener partes especiales. Estas misiones secundarias pueden hacerse un poco pesadas para aquellas personas que quieran avanzar rápidamente en la historia, pero, a su vez, son una parte esencial del juego que encantará a los jugadores que quieran sumergirse por completo en el mundo de Forbidden West. Aloy es una gran cazadora, así que rastrear, localizar y matar animales mecánicos es una parte indisociable de nuestra protagonista.
Una apuesta segura para PlayStation 5
Horizon Forbidden West es tan grande que resulta inabarcable en unos pocos párrafos. Se podría profundizar en muchos de sus sistemas y elementos, como la gran variedad de biomas y zonas o las decenas de máquinas distintas que hay en el juego. Se podría hablar más del sistema de combate, de los árboles de habilidades o de todos los tipos de arma, de las municiones elementales y de los combos especiales. También se podrían analiza retos como los Calderos o los Cuellilargos, aunque todo esto requeriría ríos de tinta y casi tantas horas de lectura como horas de entretenimiento ofrece el juego.
La magia de lo nuevo de Guerrilla Games reside en que, pese a su escala, no resulta abrumador. Desplazarse por el mundo es rápido y fácil y la integración de todos los elementos del juego ayuda a fluir de una actividad a otra sin sentir en ningún momento que se esté perdiendo el tiempo. Regresar junto a Aloy es una apuesta segura, especialmente para aquellos usuarios que puedan disfrutar de la experiencia en una PlayStation 5.
Pese a ser un título intergeneracional, Horizon Forbidden West se siente y se ve completamente como aquello que muchos imaginábamos que sería la nueva generación. En el modo rendimiento, los sesenta fotogramas por segundo parece que no afectan demasiado a la resolución y acaban de redondear una experiencia que es casi obligatoria para cualquier jugador que tenga una PS5, especialmente si ya disfrutaron con la primera entrega.