Las criptomonedas, a los ojos de un inversor novato, aseguran fabulosos ganancias con sólo mover unas fichas. Sin embargo, el camino a este palacio dorado está plagado de amenazas. Cuáles son los cuatro fraudes más habituales y como escapar de estas trampas.
La norma inclusiva del mundo cripto señala que cualquiera puede participar en esta rueda, desde el ahorrador que quiere evitar las garras de la inflación al estafador que acecha en las sombras. No sólo invertir es muy sencillo, sino también ser engañado.
En la práctica, las monedas digitales no poseen precio oficial ni valor nominal. Debido a esta falta de regulación, los inversores no tienen ninguna garantía legal de reembolso en caso de pérdida. Ya sea por un fallo técnico, un error humano o un robo.
Los expertos en finanzas aseguran que, especular con las criptomonedas es similar a apostar en un casino. El riesgo es alto, aunque el potencial rendimiento es extraordinario. Por lo tanto, el que invierte no puede evadir los peligros, pero sí reducirlos al máximo.
Pump and dump
Los influencers económicos tienen una enorme llegada al público y muchos confían en que sus recomendaciones son desinteresadas. Esa misma credibilidad los impulsa, en algunas ocasiones, a traicionar a sus propios seguidores.
YouTube, TikTok, Instagram, Reddit, Twitter, Telegram, Facebook o cualquier plataforma sirve como puente para que estos gurúes inciten a sus seguidores para que compren acciones de empresas de dudosa valía.
“Se ponen de acuerdo para comprar criptomonedas a un precio más bajo, hacen que éstas suban rápidamente y luego acuerdan su venta en conjunto, obteniendo altos rendimientos en minutos”, explica Pablo Lema, arquitecto empresarial de Ingenia.
Desde influencers como Dave Portnoy hasta grupos en Reddit como WallStreetBets, se ha construido toda una cultura que promueve inversiones sobre pedestal de vidrio.
“Los embaucadores compran los activos cuanto estos no valen nada y usan a la comunidad para aumentar su valor. En su punto más alto liquidan lo acumulado. Esto produce una baja abrupta que deja al resto con las manos vacías”, describe Lema.
Esquemas Ponzi
Este modelo del tipo piramidal tiene como objetivo atraer a ahorristas con la intención de juntarlos en un programa que promete una alta remuneración económica con una baja inversión.
Las criptomonedas son ideales para las estafas, ya que los perpetradores están en busca de mentes ambiciosas. Además, falsificar los datos es muy simple cuando se trata de dinero virtual.
Uno de los desafíos de los atacantes es apelar a la codicia de los contribuyentes para que suban al siguiente nivel y así acceder a mayores retornos de inversión.
La recompensa por ingresar nuevas personas al sistema siempre es mayor que la ganancia que se obtiene con las criptomonedas, por lo que el negocio siempre está en reclutar no en vender bitcoins.
A nivel local, el caso más emblemático es el de Generación Zoe, una organización que se presentaba en sociedad como una compañía de coaching y liderazgo, que ofrecía desde paquetes educativos hasta criptomonedas.
Esta firma estaba dirigida por el coach Leonardo Cositorto, quien promocionaba retornos sobre la inversión con valores inéditos, varias veces por encima de cualquier otro emprendimiento financiero.
Uno de los primeros llamados de atención fue de la ONG Argentina Bitcoin, quien denunció a Generación ZOE ante la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (Procelac).
Membresía fantasma
Los participantes de esta artimaña acceden a un círculo de beneficios únicos basados en la promesa de una alta rentabilidad y ganancias inmediatas. El único requisito para ingresar es mediante la invitación de un miembro. Una vez aceptado, habrá que pagar un canon.
A cambio, le garantizan un fenomenal retorno mensual del 25% y 250% anual en monedas digitales, muy por encima de cualquier otro instrumento de inversión que pueda ofrecer el mercado bursátil.
Uno de los casos más populares ocurrió en Argentina y el protagonista fue la empresa española Ganancias Deportivas, cuyo timo afectó a más de 40.000 inocentes de la localidad mendocina de San Rafael.
Desde su sitio oficial esta sociedad anónima exigía el pago de una membresía de 100 euros. El paquete se completaba con la compra de bitcoins para apuestas deportivos arregladas de antemano.
Pero lo curioso es que el negocio no producía algo tangible, sino que se regía por las reglas del azar. Las ganancias en realidad eran las propias inversiones de los usuarios y el flujo de dinero era un circuito cerrado.
Y si bien los resultados se acumulaban de manera positiva, había una cláusula que señalaba que, por 6 meses no se podían retirar la cantidad inicial y las ganancias.
Aval de celebrities
Los estafadores, para disimular el truco con un manto de legitimidad, contratan a algunas celebridades que recomiendan, a través de sus cuentas personales, dicha criptomoneda. Esto funciona como un aval popular. Sin sospechar que ellos forman parte del plan maestro de engaño.
A nivel local, el caso más flagrante es el de Vayo Coin que se postulaba como un salvavidas para los problemas inflacionarios argentinos al conservar el valor de los ahorros obteniendo ganancias del 135% en nueve meses presentando solo el DNI.
De la promoción de este token digital participaron, compartiendo videos en sus redes sociales, Julieta Nair Calvo, Horacio Cabak, José María Listorti, Candelaria Ruggeri, Jimena Barón, Cinthia Fernández y hasta Marcelo Tinelli.
Incluso Zaira Nara señaló que operaba en el sistema "con sus ahorros personales" y Pampita anunció el sorteo de un iPhone 11 a cargo de la empresa e invitaba a seguir las redes de Vayo para tener oportunidades.
Natalia Oreiro anunció un "¡mega sorteo!" cuyo premio era un cero kilómetro. El único requisito era ser fan de Vayo en sus redes.
También abrieron un sitio de venta de artículos electrónicos y anunciaron Universal Exchange, su propio sitio de intercambio, con un lujoso evento realizado en el hotel Hilton.
La criptomoneda Vayo Coin, a día de hoy, no figura como opción en los principales sitios de compra y venta de activos digitales. Su cotización y volumen de tráfico tampoco aparecen listados en sitios como Coin Market Cap.
Cómo detectar una estafa
Las pérdidas por fraude de inversiones vinculadas a las criptomonedas, pasaron de 33 millones de dólares (mdd) en el 2019 a 680 millones mdd el año pasado y se contabilizaron 329 millones mdd en el primer trimestre del 2022, informa la Federal Trade Commission (FTC).
Las redes sociales son el peor aliado de las criptomonedas ya que, según la FTC, casi la mitad de quienes perdieron dinero en una estafa con billetes digitales dijeron que habían empezado con un anuncio, una publicación o un mensaje en Instagram, Twitter o Facebook.
Como indica la firma especialidad en seguridad Kaspersky, hay algunas señales que se repiten y si se presentan, conviene estar alerta. Estas son algunas:
- Ninguna inversión financiera es capaz de garantizar el éxito anticipado, porque estas divisas pueden subir o bajar. Cualquier oferta de criptomonedas que lo ofrezca es una señal de alerta.
- Toda criptomoneda debe tener un documento técnico, ya que es uno de los aspectos más importantes de una oferta inicial. En el documento, se debe explicar cómo se diseñó la moneda y cómo funcionará. Sospechar de falta de inflrmación e inconsistencias.
- Algunos estafadores atraen a las personas con una agresiva campaña de marketing. Con muchos avisos en línea y en la vía pública, pagando a influencers. Esto está pensado para alcanzar a la mayor cantidad de personas en el menor tiempo posible, y así recaudar dinero rápido.
- En la mayoría de las ruedas de inversión debería ser posible averiguar quiénes son las personas que están detrás. En general, están las biografías de sus representantes, además de tener una presencia activa de ellas en las redes sociales. Si no todo es anónimo, es motivo de desconfianza.