El inversor de Facebook que se ha vuelto su mayor crítico

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Roger McNamee, uno de los primeros inversores de la red social, califica su modelo de catástrofe para la sociedad

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Roger McNamee tocando en un festival en California en 2013

Wikimedia Commons

Roger McNamee fue uno de los primeros inversores de Facebook. Incluso ayudó a su fundador, Mark Zuckerberg, a contratar a su directora de operaciones, Sheryl Sandberg. Pero desde hace un par de años, se ha convertido en uno de los mayores críticos de la red social: Advierte que el modelo de negocio de Facebook –de toda la industria tecnológica, de hecho– entraña riesgos para la sociedad y la democracia.

McNamee (Albany, Nueva York, 1956) lleva 37 años creando y dirigiendo compañías de fondos de inversión y capital riesgo. A través de Elevation Partners (participada entre otros por Bono de U2) fue de los primeros inversores en Facebook. Conoció a Zuckerberg en 2006 y, augurando el éxito que tendría su empresa, le aconsejó al entonces veinteañero empresario que no la vendiera aunque le llegaran ofertas de 1.000 millones de dólares (no tardaron en llegar). Durante años se mostró orgulloso de la compañía; “ahora me avergüenzo”, dijo en una carta a Zuckerberg y Sandberg hace dos años, como publicaba el pasado fin de semana Financial Times.

En una entrevista que también publicó el fin de semana The Guardian, el inversor estadounidense detallaba cómo se desencantó de la red social. Lo narra igualmente en un libro (recién publicado, sólo en inglés, por ahora), Zucked: Waking Up to the Facebook Catastrophe.

Voz influyente

Aconsejó a Zuckerberg

El inversor recomendó al entonces imberbe empresario no vender su empresa

Ese despertar a la realidad suyo, al que urge también a los usuarios, empezó en 2016, cuando detectó, dice, que en la red social actuaban grupos asociados a la campaña de Bernie Sanders y se supo que una compañía de publicidad usaba Facebook para detectar gente interesada en el movimiento Black Lives Matter y vendía información a la policía. El inversor alertó a la cúpula de Facebook que tenía “un problema con los algoritmos y el modelo de negocio, que permite que malos actores dañen a personas inocentes”, declaraba a The Guardian.

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Foto del Twitter del autor

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McNamee observó que los temas que indignan o asustan atraen más publicidad; “que lo más extremo y emocional es lo que se vuelve más viral”. Los dirigentes de Facebook le dijeron que eran casos aislados. Pero después ratificó sus sospechas la elección presidencial de Donald Trump y el escándalo de la consultora Cambridge Analytica, que usó datos de usuarios de Facebook para dirigir propaganda electoral pro Trump casi a la carta y para promover informaciones falsas que influyeran en el voto.

Peligros

Manipulación

McNamee observó que Facebook se usaba para manipular la opinión de los usuarios y la campaña de Trump se lo ratificó

McNamee cuenta que le acabó de abrir los ojos Tristan Harris, antiguo especialista en ética y diseño de Google que ahora también alerta contra “el hackeo cerebral” de la tecnología y como ésta tiene detrás una psicología persuasiva para hacerla adictiva. Así que el inversor, que dice que antes era un “optimista tecnológico”, ahora ve este modelo como “una catástrofe”.

“En el negocio –decía a The Guardian– se dedicaban mucho a manipular la atención para que la gente se entretuviera más tiempo. Y ese es un modelo de negocio muy peligroso para la sociedad. Es malo para la salud mental de las personas. Es terrible para la democracia. Se ha destruido por completo cualquier noción de privacidad y se ha socavado el espíritu empresarial en los Estados Unidos, porque estas compañías esencialmente eliminan cada vez una nueva industria, irrumpen de una manera que destruye lo viejo sin reemplazarlo por algo de igual valor”.

Modelo tóxico

Terrible para la democracia

“Es un modelo de negocio muy peligroso para la sociedad. Es malo para la salud mental de las personas. Es terrible para la democracia”, sostiene

A McNamee, que también es músico (su banda actual es Moonalice, de rock de aires setenteros) le duele que Facebook haya ignorado sus críticas. En su libro, relataba Financial Times, censura la manera como Zuckerberg gestiona la compañía. Dice que moldea a jóvenes ingenieros y que la empresa gira en torno a sus prioridades. De todas maneras, el inversor no culpa solo a la red social: “El probelma es mayor que Facebook, de toda la industria tecnológica”.

Según él, este modelo de negocio “ha infectado Silicon Valley desde 2003”, de la mano de inversores como Peter Thiel (también uno de los impulsores de Facebook) “y los otros miembros de la llamada mafia de PayPal ”, a quienes atribuye ideas “revolucionarias” para hacer triunfar los negocios pero, a la vez, una filosofía libertaria de que nadie debe hacerse responsable más que de sí mismo, no de las consecuencias de sus acciones.

McNamee considera que durante décadas la industria tecnológica se dedicó al programa espacial, al desarrollo de la informática e internet con un objetivo más idealista, pero el modelo de Google y Facebook “es que su objetivo es reemplazar a los humanos en muchas actividades”, desde sustituir el trabajo administrativo hasta decirle a la gente qué pensar o qué consumir.

El inversor es escéptico con que Facebook cambie. Así que urge a los usuarios a forzar a las administraciones a introducir regulaciones (auditar externamente los algoritmos, limitar la rapidez con que se expande la información, prohibir el microtargeting de propaganda...).

El inversor es escéptico con que Facebook cambie, así que urge a los usuarios a forzar a las administraciones a introducir regulaciones

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