Instagram puede causar depresión
Redes sociales
Varios estudios denuncian cómo las personas buscan en la red social imágenes bellas y de felicidad que al final les pueden provocar sensaciones deprimentes
Si las redes sociales son, también, el reino del exhibicionismo, Instagram es probablemente la máxima expresión de esta deriva. Muchas personas usan la plataforma para publicar sus mejores posados y difundir una imagen de belleza y felicidad. Pero no solo eso, la mayoría sigue y está interesada solo en las fotos de personas bellas, ricas o atractivas. Una especie de esteticismo social que sin embargo tendría una consecuencia nefasta: la depresión.
La avalancha de bellos cuerpos medio desnudos, de vidas maravillosas hechas de viajes exóticos y hoteles de lujo nos hace soñar, pero también nos enfrenta a una realidad cotidiana que, salvo unos pocos casos afortunados, está muy lejos de tales escenarios. Una verdadera paradoja: lo que las personas más buscan en Instagram es precisamente lo que les puede provocar depresión.
Cada vez más psicólogos y sociólogos están notando una predisposición preocupante hacia la depresión para aquellos que usan masivamente servicios como Facebook, Instagram y Snapchat. El rango de edad de 13 a 18 años es donde más se notan los trastornos de la personalidad marcados por la exposición excesiva a internet.
Según varios estudios recientes, Instagram tendría efectos negativos en el humor de sus usuarios, especialmente entre las mujeres jóvenes. La Real Sociedad Británica de Salud Pública (RSPH), tras una investigación llevada a cabo con 1.479 británicos entre los 14 y los 24 años, ha clasificado a Instagram como la peor red social para la salud mental de los jóvenes. Las otras redes tratadas eran Facebook, Twitter, Snapchat y YouTube.
“Es interesante observar que tanto Instagram como Snapchat, las peores clasificadas en términos de salud y bienestar, son plataformas que giran en torno a la imagen y parecen conducir a sentimientos de inadecuación y ansiedad entre los más jóvenes”, dijo Shirley Cramer, directora de la Royal Society.
El rango de edad de 13 a 18 años es donde más se notan los trastornos de la personalidad marcados por la exposición excesiva a internet.
Tanto es así que la plataforma ha decidido abordar estos problemas creando un ‘Equipo para el bienestar’, cuya función, sin embargo, no queda nada clara. Instagram por un lado parece querer evitar la formación de complejos y fenómenos depresivos en sus usuarios, pero la realidad es que las medidas que ha adoptado, como un filtro para los comentarios ofensivos o este misterioso ‘equipo’, no son suficientes.
La RSPH, por su parte, aconseja la implementación de una ventana pop-up para avisar a los usuarios que han estado usando la plataforma durante demasiado tiempo, o una marca que indique si una imagen ha sido alterada digitalmente. De hecho, por muchos #nofilter que se pongan, la realidad casi siempre es otra.
Son plataformas que giran en torno a la imagen y parecen conducir a sentimientos de inadecuación y ansiedad entre los más jóvenes”
Sin embargo, las dos medidas van en contra de la razón social de Instagram. La red es una plataforma creada para dar rienda suelta a la vanidad, así que impedir que uno pueda retocarse la imagen haría que muchos usuarios abandonasen sus cuentas. Por otro lado, la naturaleza adictiva de la plataforma, y en general de todas las redes sociales, es uno de los pilares de su éxito.
Instagram, a pesar de los supuestos beneficios en la promoción de la propia identidad, está construida para el voyeurismo, donde lo único que importa es la imagen. Es un lugar virtual extremadamente frágil y muy complicado de manejar, especialmente para aquellos que, en el período de la formación, nunca están satisfechos con lo que son.