El ingrediente secreto por el que la cámara del Google Pixel 2 XL es espectacular
Análisis en vídeo
Sus especificaciones técnicas son similares a las de otros teléfonos, pero la compañía aplica sofisticados algoritmos al tratamiento de la imagen
¿Cuál es la mejor cámara de un teléfono? La respuesta es tan complicada de dar, por no decir que es imposible, cómo si intentamos responder objetivamente dónde cocinan la mejor pizza del mundo o tenemos que elegir el mejor libro de la historia.
Las especificaciones de la cámara de un teléfono son importantes, pero hay una parte que no se cita nunca porque es intangible. Tiene que ver con misteriosos algoritmos matemáticos y la estética que estos producen en una foto. Justo en esto es fuerte el Google Pixel 2 XL, un modelo del que hemos probado a fondo su cámara durante varias semanas y sobre el que hace poco publicamos un análisis
Los algoritmos deciden la estética que cada fabricante elige incorporar a su cámara al ‘cocinar’ una imagen
Cuando hablamos de algoritmos para tratar la imagen que se aplican a la cámara no nos referimos a los filtros o modificaciones que uno puede hacer a la foto de un perfil de Tinder o a una de comida publicada en Instagram, nos referimos a las decisiones estéticas que cada fabricante elige incorporar a su cámara al cocinar una imagen, en teoría, neutra.
Sabemos que hay cámaras de teléfonos que de noche captan fotos sin apenas texturas, como acuarelas. Otras, por el contrario, no tienen problemas a la de hora de mostrar cierto ruido en la imagen, similar al grano de los antiguos carretes (es el caso del Google Pixel 2 XL). También están, las peores, las que lo único que muestran es un amasijo irreconocible de píxeles.
Ninguna foto en Jpeg es neutra, previamente ha sido alterada por el software del fabricante
Son legión las marcas de telefonía que optan por aumentar a lo loco la saturación del color o la nitidez. Dando lugar a fotos espectaculares, pero con una estética irreal y a veces también hortera. Son pocas las marcas que prefieren optar por algoritmos que proporcionan imágenes naturales, fieles al motivo fotografiado.
Pero vaya, esto también sucede con las cámaras profesionales. Pregúntele a varios fotógrafos especializados en retratos qué marca de cámaras capta con mayor fidelidad el tono de la piel. La discusión ya adelantamos que puede ser subida de tono.
Todo esto viene a cuento por algo que cada vez está siendo más importante en la tecnología fotográfica, especialmente en las cámaras diminutas de los teléfonos. Nokia lanzó hace años teléfonos con cámaras más sofisticadas que las actuales. Nunca sabremos si el fracaso de terminales como el Lumia 1020 fue debido al casi extinguido Windows Phone o a que muchos consideraban poco atractivo un teléfono con una cámara que sobresalía del cuerpo. Sospechamos que lo primero pesó más que lo segundo.
El caso es que esa vía se abandonó y comenzó a tener más relevancia la fotografía computacional como camino para mejorar las imágenes que capta un teléfono. En esta senda las matemáticas acuden a parchear las limitaciones de los componentes fotográficos de los teléfonos. Algo que ha sido posible gracias a la incorporación de procesadores más rápidos. Sí, el avance en el hardware ha sido el que ha logrado romper las barreras de las modestas cámaras de los teléfonos.
El avance en el hardware ha sido el que ha logrado romper las barreras de las modestas cámaras de los teléfonos
Aunque, no tan rápido. El factor humano sigue siendo clave. No basta con que una empresa dote a sus teléfonos del mejor hardware y de los mejores componentes para su cámara. Hace falta un equipo de ingenieros, fotógrafos e incluso expertos que asesoren sobre la estética que deben proporcionar los algoritmos.
Probablemente las empresas de telefonía que cuentan con mejores expertos en este campo sean Google, Huawei, Apple y Samsung. Aunque la gran sorpresa sobre todo la ha dado Google. A pesar de que sólo ha lanzado un par de generaciones de sus teléfonos Pixel, estás han sorprendido por sus algoritmos de procesamiento de las fotos. Sobre todo a la hora de hacer fotos con poca luz, como es el caso de las tomas nocturnas.
El equilibrio en las zonas oscuras y en las luminosas es genial en el Pixel 2 XL (pulsa sobre la foto para verla a tamaño original).
Algo que ha quedado patente gracias al denominado modo HDR+. A diferencia de lo que sucede con las cámaras que captan imágenes HDR estándar, en la que se captan a gran velocidad y se fusionan mediante software a la velocidad del rayo imágenes muy iluminadas y otras con poca luz de un mismo motivo, Google en los Pixel opta por combinar un gran número de imágenes subexpuestas (oscurecidas). Cómo explicaba el ingeniero de Google Dieter Bohn en esta entrevista.
Gracias a esa técnica la cámara logra captar más rápidamente un gran número de fotos que dan como resultado una imagen nítida, libre hasta cierto punto de ruido y con colores más o menos fieles. Pues bien, esa técnica ha sido mejorada gracias al aumento en cuanto a la capacidad de cálculo del nuevo procesador y a las mejoras en los componentes de la cámara de los Google Pixel 2.
Los colores aunque algo saturados se encuentran bastante logrados (pulsa sobre la foto para verla a tamaño original).
Un objetivo más luminoso (f/1.8) y con estabilizador óptico es la principal novedad en la cámara del Pixel 2. El procesador Snapdragon 835 es lo más sobresaliente en lo que respecta a su hardware. Con esos ingredientes la capacidad para captar fotos de buena calidad a plena luz del día aumenta, pero sobre todo es con poca luz cuando percibimos las ventajas de forma clara.
En el terreno del vídeo la cámara del Pixel 2 XL no deslumbra tanto como a la hora de hacer fotos. Echamos en falta un mejor de trabajo de Google en este sentido, sobre todo en el estabilizador de imagen. Eso y los errores en el denominado modo retrato, que por otra parte se dan en las cámaras de casi todos los fabricantes, para desenfocar el fondo son las principales pegas que vemos en este Píxel 2. También que no podamos grabar un archivo RAW previamente cocinado con el modo HDR+.
El modo retrato no es infalible, pero en este caso ha funcionado bastante bien (pulsa sobre la foto para verla a tamaño original).
Menos quejas tenemos sin duda en lo que respecta al uso del zoom digital. Aquí Google vuelve a hacer de las suyas y sus algoritmos nos sorprenden gratamente. Si activamos un zoom de dos aumentos, similar al que incluyen algunos teléfonos con cámaras duales, nos encontramos con una mínima pérdida de calidad.
De hecho, en este sentido nos ha recordado a resultados los obtenidos con el Huawei Mate 10, que equipa dos cámaras pero la segunda no está dedicada al zoom si no a un sensor de imagen en blanco y negro. De hecho, en su momento contrastamos las fotos hechas por el Pixel 2 y el Mate 10 usando el zoom digital de dos aumentos y no logramos tener claro cual de los dos terminales lo hacía mejor.
Nos ha sorprendido que al usar un zoom de dos aumentos no hay una gran perdida de calidad (pulsa sobre la foto para verla a tamaño original).
También resulta llamativo que no podamos usar controles manuales sin recurrir a una aplicación de terceros. Por cierto, recurriendo a la app Manual Cámara, que permite usar controles manuales y grabar en RAW con este teléfono descubrimos la cruda realidad que se esconde tras la cámara del Pixel 2 XL desprovista de los algoritmos del modo HDR+.
Las fotos con poca luz no son un desastre, pero están lejos de las que logra el modo HDR+. Aunque esto es común al usar el modo RAW en la mayoría de teléfonos, pues lo que vemos es la foto en bruto captada por la cámara, sin maquillaje. Sólo por esto no se dejen engañar cuando les digan que las cámaras de los teléfonos igualan en calidad a una réflex o una sin espejo de última generación. Mientras tanto la fotografía computacional seguirá dándonos sorpresas.