Nathan Leuthold y su macabro regalo de San Valentín: “Es despreciable”

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Nathan Leuthold y su macabro regalo de San Valentín: “Es despreciable”

Nathan Leuthold y su macabro regalo de San Valentín: “Es despreciable”

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Aquella mañana Denise siguió a rajatabla su rutina diaria: llevar a sus hijos mayores al colegio, dejar al más pequeño en la guardería y regresar a casa para adecentarla antes de celebrar el Día de San Valentín con su marido. Sin embargo, el destino le tenía preparado un macabro destino, la muerte.

Agazapado en un armario, un individuo vestido de negro y con una pistola en la mano esperaba la llegada de la mujer. Hacía tiempo que se imaginaba la escena. Por eso, en cuanto Denise cruzó el umbral, le disparó un tiro certero en la parte posterior izquierda de la cabeza. Falleció en el acto. A continuación, el asesino manipuló el escenario para hacer creer que la víctima había sufrido un robo y huyó. ¿Qué trataba de esconder?

Toda la vida juntos

Nathan Leuthold nació en el año 1973 en el seno de una devota familia cristiana de Mapleton (Illinois), que acudía semanalmente a los oficios en la Faith Baptist Christian School. De hecho, los preceptos de dicha iglesia eran tan estrictos, que prohibía a sus fieles menores de edad tener relaciones sentimentales durante la escuela. Aquello no impidió a Nathan enamorarse de una compañera de clase, Denise, con la que mantuvo una estrecha amistad hasta graduarse.

Ahora bien, una vez iniciada la etapa universitaria, Nathan y Denise empezaron a salir y, en julio de 1995, se casaron en Peoria. Poco después, se trasladaron a Lituania como misioneros de su iglesia, tuvieron tres niños y entablaron importantes vínculos con algunas familias locales. Una de ellas, la de la adolescente Aina Dobilaite.

Nathan y Denise Leuthold, en su juventud

Nathan y Denise Leuthold, en su juventud

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La jovencita, aparte de ser la niñera de los Leuthold, también hizo buenas migas con Denise, con la que compartía el amor por la música. Aina creció siendo una más de aquella familia norteamericana, por ese motivo le hicieron una propuesta irrechazable: regresar con ellos a los Estados Unidos y subvencionar su universidad en Florida. Corría el año 2010.

Hasta ese momento, los Leuthold aparentaban ser el prototipo de familia perfecta: eran queridos y reconocidos por su comunidad, y se mostraban muy activos en las actividades de la iglesia. Sin embargo, el matrimonio hacía aguas desde hacía tiempo. Principalmente, desde que Nathan y Aina mantenían en secreto una relación romántica. Nadie podía imaginarlo, ni siquiera la propia Denise.

Nathan y Denise Leuthold junto a sus tres hijos

Nathan y Denise Leuthold junto a sus tres hijos

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A los problemas conyugales se sumaban también los financieros. Las deudas se amontonaban y les costaba llegar a final de mes, lo que generaba aún más tensiones en la pareja. En consecuencia y ante la incapacidad de hacer frente al estrés y desesperado por escapar de su matrimonio, Nathan urdió un plan para quitarse de en medio a su esposa.

Primero, contactó con un sicario a través de Internet. Pero lo que Nathan no sabía es que este profesional del crimen era en realidad un policía encubierto y toda su conversación fue grabada. Finalmente, nuestro protagonista no cerró el trato y prefirió ejecutar el encargo él mismo.

San Valentín trágico

La mañana del 14 de febrero de 2013, Nathan se despidió de Denise y elaboró su coartada. Primero, condujo hasta un Starbucks, aparcó algo alejado y entró para consumir. En un momento dado, se escabulló por la puerta trasera para regresar a su vehículo.

Después, Nathan regresó a su domicilio, a sabiendas de que su mujer no tardaría en volver de la guardería. Aunque no podía ir directamente. El plan era aparcar en un parque cercano a la casa y caminar el resto del trayecto. Además, se atavió con una sudadera de capucha negra y entró por la puerta del garaje. El tercer paso fue esconderse en un armario donde esperaría a Denise.

Denise Leuthold, asesinada por su marido

Denise Leuthold, asesinada por su marido

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Hacia las doce de la mañana, la víctima entró en la casa y su asesino le pegó un tiro. No le dio tiempo ni a quitarse el abrigo. Seguidamente, el marido empezó a teatralizar la escena del crimen: revolvió la casa para emular el asesinato y cogió las llaves de repuesto para trasladar el coche de Denise al parque donde previamente había aparcado el suyo. De allí, regresó al Starbucks a tiempo para que volvieran a verlo. Los hechos ocurrieron entre las 11:30h y las 12:45h.

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A las tres de la tarde, Nathan recogió a su hija pequeña de la guardería y se dirigió a su casa, donde ya sabía que su mujer yacía muerta. Una vez allí, hizo una actuación magistral llamando a emergencias para pedir ayuda. En esa llamada, el asesino aseguró haberse encontrado a su esposa asesinada, pero también la puerta exterior con los cristales rotos, la del garaje completamente abierta y sin el vehículo de Denise y la cocina revuelta.

Nathan Leuthold, el asesino de San Valentín

Nathan Leuthold, el asesino de San Valentín

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La primera hipótesis de los investigadores fue un robo que salió mal, tal y como Nathan quería hacer creer. Pero a la policía había cosas que no le cuadraba. Si el ladrón quería robar, ¿cómo era posible que cogiese las llaves de repuesto para llevarse el coche de la víctima y no las que estaban justo debajo del cuerpo? ¿Y cómo era posible que ese ladrón supiese dónde guardaban las llaves de repuesto?

En cuanto a las pertenencias que faltaban… El supuesto ladrón no se llevó nada de valor, ni siquiera aparatos electrónicos caros, pero sí tres anillos que la víctima guardaba en su dormitorio. ¿Por qué? Y, respecto al arma empleada, el propio Nathan comunicó a los agentes que había desaparecido una caja fuerte con su pistola Glock del calibre 40 en el interior. Este dato no hizo más que dirigir todas las sospechas sobre el marido. “Un ladrón no se llevaría consigo una caja de seguridad rota”, aseguró uno de los detectives del caso.

La agenda

Los indicios iban acumulándose en torno a Nathan, más aún cuando la policía descubrió su relación extramatrimonial con Aina. Averiguaron que los amantes acudían frecuentemente a un spa, que pernoctaban en hoteles y que, incluso, el marido infiel le pagaba los caprichos a la joven. Varios testigos, incluido el dueño del spa, confirmaron estas citas.

Por otra parte, la coartada del Starbucks de Nathan se caía por su propio peso. ¿Qué había hecho en el local durante una hora y quince minutos? Fue una vecina quien identificó a Nathan aun vistiendo una sudadera negra con capucha. Esta testigo fue crucial para situar al marido en la escena del crimen.

Aina Dobilaite, la amante de Nathan Leuthold

Aina Dobilaite, la amante de Nathan Leuthold

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Para concluir, el hallazgo de la agenda de Denise dio un vuelco al caso. La propia víctima temía por su vida y señalaba a un culpable: su propio esposo. “He intentado complacerte durante diecisiete años y nunca lo he logrado. Nunca he sido lo suficientemente buena. Nunca he hecho lo suficiente. Sé que quieres que esté muerta. No soy estúpida. ¿Por qué quieres humillarme saliendo con una veinteañera?”, escribió.

Tres semanas después del crimen, Nathan fue arrestado por asesinato en primer grado. Todas las pruebas apuntaban a él y ya no había escapatoria, incluida la famosa grabación con un supuesto sicario. 

Nathan Leuthold durante el juicio

Nathan Leuthold durante el juicio

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Durante el juicio, celebrado en julio de 2014, Aina testificó para la fiscalía a cambio de inmunidad. La lituana negó una relación sentimental con el asesino, pero nadie la creyó. Otra de las declaraciones estrella fue la del compañero de celda del acusado, que terminó por ponerle la puntilla. Según el recluso, Nathan no solo confirmó ser el autor del asesinato de su esposa, sino que, además, le dio una razón de lo más escalofriante. “Este fue su regalo de San Valentín para Aina y eso es despreciable”, declaró en el estrado. Nathan lo negó todo. De nada le sirvió.

Tras noventa minutos de deliberación, un jurado popular declaró al acusado culpable de todos los cargos y fue condenado a ochenta años de prisión. En la actualidad, el marido asesino de San Valentín cumple condena en el Correccional de Illinois. 

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