Culpable: veredicto para un frío asesino

Ígor el Ruso

Ígor el Ruso pasó por Catalunya y trabajó de temporero en Fraga antes del triple crimen

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Norbert Feher ha clavado su mirada en todos los testigos de este juicio 

Antonio García / EFE

“Sean fríos y calculadores y no se dejen intimidar por mi persona”. Son las últimas palabras pronunciadas por Ígor el Ruso en la sala de vistas de la Audiencia de Teruel donde se ha juzgado a este ciudadano serbio (Norbert Feher) por el asesinato de un ganadero y dos agentes de la Guardia Civil en la población turolense de Andorra.

Una frase pronunciada con la mirada clavada en los nueve miembros del tribunal popular (podía interpretarse como una velada amenaza) que no parece haber amedrentado, sin embargo, a esos ciudadanos. Ayer se conoció el veredicto. Y es unánime.

La condena

Tiene muchos números de ser condenado a una pena de prisión permanente revisable

Ígor el Ruso tiene muchos números, si no todos, de ser condenado a una pena de prisión permanente revisable después de que ese jurado popular considere probado que Norbert Feher mató a sangre fría, sin escrúpulos y con alevosía, al ganadero José Luis Iranzo y los guardias civiles Víctor Romero y Víctor Jesús Caballero.

El triple crimen se cometió el 14 de diciembre del 2017. Ígor el Ruso, –un lobo solitario egocéntrico y narcisista, tal y como ha sido definido en este juicio– llevaba ya varios días escondido en esa zona de la provincia de Teruel, a la que habría llegado en bicicleta. Huyó de Italia en septiembre de ese año después de matar a tiros en ese país a otras dos personas.

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El serbio Norbert Feher, apodado Igor el Ruso, asiste este jueves a la lectura del veredicto del juicio por los asesinatos de un ganadero y de dos guardias civiles 

Antonio García / EFE

Durante el juicio se ha sabido que Norbert Feher se escondió una temporada en València (ahí tiene, al parecer, algún conocido) y después viajó hasta Lleida para acabar en Fraga (Huesca), donde afirma trabajó unos días como temporero en la campaña de la fruta. Cobró en negro y con ese dinero continuó su particular periplo hasta recalar en Albalate del Arzobispo (Teruel), donde nueve días antes del triple crimen de Andorra disparó contra dos personas que le sorprendieron en el cobertizo agrícola donde se escondía. Ese recorrido se ha podido reconstruir gracias a losselfies que Feher se hizo con una cámara GoPro. Imágenes en las que posa con pis­tolas y en las que se ve también la ­bicicleta usada para desplazarse.

El suceso de Albalate causó alarma entre los vecinos, pero nadie atinó a advertir a tiempo que esos hechos podían ser obra de un asesino tan calculador y frío. En el juicio quedó al descubierto que la Guardia Civil ni tan siquiera tenía noticia de que Norbert Feher podía estar en España. Sí lo sabía la Policía Nacional, alertada por los Carabinieri, pero no se pasó esa alarma a la Benemérita. Cuando se tuvo toda la información ya era demasiado tarde.

Veredicto

Las tres víctimas de Andorra no ­tuvieron ni la mínima oportunidad de defenderse

El veredicto emitido ayer en la Audiencia de Teruel deja claro que las tres víctimas de Andorra no ­tuvieron ni la mínima oportunidad de defenderse. Feher disparó a ­matar contra esas tres personas (a los agentes por la espalda) y los ­remató para asegurarse el trabajo. Nada de legítima defensa, como sostuvo la defensa en el caso de los dos guardias civiles. Y lo hizo al ­verse descubierto en su escondite para continuar con su huida, no se sabe dónde. Choca, comprobada tanta crueldad y sangre fría, que Feher se defina como una persona muy religiosa. Ha declarado que dedica cuatro horas diarias a la lectura de la Biblia. Ahora (en Italia le aguarda otra condena de cadena perpetua) va a tener mucho tiempo para cultivar esa afición.

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