Muerte violenta de la maestra
Un crimen en Huelva
Hallado el cadáver de Laura Luelmo a 5 km de su casa, cinco días después de la desaparición
Alguien intentó ocultar el cuerpo, que estaba semidesnudo, bajo unas cañas y matorrales
El autor del crimen podría haber trasladado a la joven al lugar donde fue encontrada
Laura Luelmo: últimas noticias sobre el caso, en directo
Los peores presagios se confirmaron ayer. Poco después del mediodía, la Guardia Civil confirmaba el hallazgo del cuerpo sin vida de Laura Luelmo, la joven profesora zamorana que había llegado apenas unos días antes a la provincia de Huelva para ocupar un puesto vacante en el instituto Vázquez Díaz de Nerva. Un vecino encontró el cuerpo a unos 5 kilómetros de El Campillo, donde había alquilado una casa, mientras paseaba por el campo. Los indicios apuntan a una muerte violenta, ya que alguien ha intentado ocultar el cuerpo, que se habría encontrado semidesnudo, bajo unas cañas y matorrales.
El hallazgo se produjo en el término municipal de Zalamea la Real, a una hora a pie de El Campillo. Se trata de una zona accidentada, cercana a una carretera nacional, por lo que se especula con que la persona o personas que atacaron a la profesora la hubieran trasladado en un vehículo hasta ese lugar. Los investigadores mantienen un mutismo absoluto sobre las circunstancias de la muerte de Laura, aunque se apunta a que están interrogando a una persona “con especial intensidad”. Desde el momento de la desaparición, los agentes han tomado declaración a varios vecinos y compañeros de trabajo de la maestra de Plástica.
Laura Luelmo pudo encontrarse con su presunto asesino de forma fortuita. Después de algunos días buscando un sitio para vivir, tras haberse incorporado al instituto de Nerva el pasado día 4, alguien relacionado con su trabajo le comentó la existencia de una casita en la localidad de El Campillo, situada a unos 4 kilómetros de Nerva, que se alquilaba. Se trata de una construcción modesta, de una única planta, ideal para una persona sola que no piensa establecerse allí durante demasiado tiempo.
Según adelantó la web El Español, enfrente vivía L.M., que salió de prisión hace unos meses tras haber cumplido condena por el homicidio de una mujer en Cortegana (Huelva) en el año 2000. Al parecer, la mujer le había sorprendido robando sus pertenencias, por lo que le denunció a la Guardia Civil. L.M. había esperado oculto el regreso de la víctima a su domicilio y le había causado una herida en el cuello que le produjo la muerte. Posteriormente fue detenido y condenado a quince años de cárcel.
Este mismo individuo protagonizó otro crimen ocho años después, en esta ocasión en la misma localidad de El Campillo, durante un permiso penitenciario. Una vecina aseguró que un individuo con melena rizada, sucio y con fuerte olor a alcohol había intentado violarla en un parque solitario mientras la gran mayoría del pueblo estaba en una romería. El perro de la mujer atacó al hombre, que terminó por herir al animal y salir huyendo. L.M. volvió a ser detenido y condenado a tres años más de prisión.
Teófilo Jiménez, el novio de Laura, que permanecía en Zamora, habría declarado a la Guardia Civil que la joven le había expresado su temor ante un individuo que la miraba fijamente cada vez que entraba y salía de su casa. Jiménez no quiso añadir ayer ningún comentario más para no perjudicar la investigación.
Al parecer, casi nadie en el pueblo conocía que este individuo, de unos 50 años, había vuelto a El Campillo tras salir de prisión. Al menos, su aspecto exterior era muy diferente. Ahora tenía el pelo corto, perilla y vestía con cierta corrección. Ni siquiera la vecina que fue objeto del intento de violación sabía que había regresado.
No por esperada la noticia del hallazgo del cadáver provocó menos consternación entre los familiares y las más de 300 personas que llevaban buscando a Laura desde que desapareció el miércoles por la tarde, última fecha de la que se tiene constancia de que seguía viva. A partir de las cuatro de la tarde, cuando salió a hacer deporte, nada más se supo de ella. Los investigadores lograron situar su teléfono móvil a unos nueve kilómetros al norte de El Campillo, una zona más alejada de donde fue encontrada ayer.
La confirmación de que se trataba del cuerpo de Laura Luelmo se produjo poco después de su hallazgo. Aunque el delegado del Gobierno en Andalucía, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, pidió prudencia a los medios de comunicación, la Guardia Civil tardó muy poco en certificar la terrible noticia. Nadie albergaba ninguna esperanza de que el cuerpo hallado no fuera el de la profesora. Ahora, la autopsia desvelará las circunstancias de su muerte, pero tampoco nadie tiene la menor duda de que se trata de un crimen.
Con el hallazgo del cuerpo finalizan cinco días de búsqueda angustiosa en la que, una vez más, se han conocido ejemplos de solidaridad sin límites. Miembros de la Guardia Civil, de Protección Civil de localidades cercanas, guardas rurales, cazadores aficionados de la zona, moteros y propietarios de vehículos todoterreno se han volcado durante estas horas, aunque muchos de ellos estaban de vacaciones o de permiso de fin de semana.
El novio de Laura, Teófilo Jiménez, varios amigos de la pareja y algunos familiares procedentes de Zamora han pasado los últimos días alojados en inmuebles del consistorio de El Campillo, colaborando activamente en la búsqueda. Aunque al principio se mantuvieron fuertes, en las últimas horas varios de ellos admitieron apoyo psicológico ante el avance del tiempo sin noticias de su familiar y amiga. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, la presidenta andaluza, Susana Díaz, el líder del PP, Pablo Casado, y muchos otros enviaron sus condolencias a los familiares y amigos de la víctima.