¿Cómo es posible que un crucero choque contra un escollo?
Ninguna explicación aclara qué hacía el 'Concordia' tan cerca de la costa
Una caída del suministro eléctrico y la imposibilidad de manejar el buque pueden ser las causas
¿Qué puede llevar a un crucero , de sólo seis años de periplos, equipado con el más moderno instrumental, a embarrancar y zozobrar hasta quedar tumbado, pese a navegar con buen tiempo? Una posible avería, una mala ayuda del equipamiento de navegación y un error humano son las tres causas probables apuntadas por Germán de Melo, vicepresidente del Colegio de Oficiales de la Marina Mercante Española.
El error humano parece cuesta de aceptar dadas las buenas condiciones de navegación. Implicaría, además, que el capitán hubiera escogido una ruta equivocada, algo asimismo no muy probable dado que el crucero navegaba por aguas conocidas, en una ruta clásica y con el rumbo prefijado en el instrumental de a bordo.
Una hipótesis plausible es, según diversos expertos, que los motores del Costa Concordia se hubieran quedado sin energía poco después de zarpar de Civitavecchia y que la inercia del buque unida a la fuerza de la corriente lo derivaran al estrecho pasillo que hay entre la península y la isla de Giglio, en donde quedó encallado. Esta teoría, sin embargo, no explica que en el momento del accidente las luces de cubierta estuvieran encendidas.
"Lo que ha ocurrido con este buque no es nada normal, pues estaba dotado de las más modernas ayudas a la navegación", declara Germán de Melo. El barco tocó fondo marino a unos 300 metros de la costa y la quilla impactó con los escollos frente a Giglio. El choque abrió una gran brecha en el caso, a la altura de los tanques (llamados de doble fondo) en donde se guardan los depósitos de agua, de aceite y combustible, la parte más baja del buque. El forro metálico de la nave se desgarró a lo largo de la eslora.
El barco seguía una ruta hacia el norte. Su próxima escala iba a ser Savona. La isla de Giglio debería haberla dejado varias millas a estribor. El punto del siniestro indica, por lo tanto, que se movía por un lugar alejado de la ruta más fácil. "La carta marina le debía indicar que por ahí no debía pasar –apunta De Melo–. Además, el barco dispone de aparatos de sonar para medir la profundidad del fondo".
¿Qué le hizo situarse en este punto? A la hipótesis de la avería eléctrica cabe añadir una mala ayuda de los instrumentos de navegación, que indicaran una ubicación errónea del buque, pero también esto es muy improbable porque estos cruceros, además de tener la ruta en los ordenadores de a bordo, navegan con la ayuda de GPS.
De Melo abunda en la idea de que la pérdida de energía (black out o caída de planta, como se dice en el argot) sería la causa más lógica. Esta situación de emergencia se produce en ocasiones y tiene una importancia relativa si la nave está en alta mar. Los equipos electrógenos pueden tardar más o menos en restablecer el fluido eléctrico de la nave que ha quedado a la deriva. Mientras se navega lejos de la costa –explica De Melo– "no pasa nada, pues simplemente hay que esperar a que se recupere. Pero si esto no ocurre y estás cerca de la costa, puedes sufrir un accidente". El Costa Concordia tiene una velocidad de crucero que ronda los 20 nudos (37 kilómetros por hora) y necesita de un largo recorrido hasta que logra detenerse por completo.
Las imágenes del accidente indican que la proa del barco apunta hacia el sur. Sin embargo, dada la trayectoria hacia Savona, debería haber mirado hacia el norte. Por la misma razón, lo normal es que el Costa Concordia hubiera chocado contra el escollo por la banda de babor pero lo hizo por estribor. Esto prueba que el barco, antes del impacto, había quedado con la proa orientada al sur.
Javier Ortega Figueiral, experto en asuntos marítimos, considera que el capitán intentó una maniobra desesperada y difícil de explicar para evitar el escollo o la nave estaba sin gobierno.
El resultado es que el buque sufrió una vía de agua que le hizo escorarse hasta quedar tumbado por el lado de estribor. El boquete abierto es de una gran magnitud, una herida hasta cierto punto normal porque las planchas de hierro de las quillas ceden con facilidad ante la presión de los escollos. El resultado es que las bombas de extracción resultaron insuficientes para achicar el agua.
"En condicionales normales, cuando un barco sufre una vía de agua, si esta no es muy importante, las bombas actúan y pueden resolver el problema. Pero si tienes una rotura de 50 metros, entonces es imposible poder hacerle frente", explica un práctico del puerto de Barcelona que prefieren guardar el anonimato. "Ha debido ser una vía de agua enorme", añade.
La estructura del Costa Concordia es segmentada. En caso de una entrada de agua, ésta queda acotada en la sección que ha sufrido el impacto. Así se evita que la entrada continuada de agua se extienda por toda la nave. El choque contra los escollos de la isla de Giglio fue tan fuerte que varias secciones debieron verse afectadas. La entrada de agua debió de ser brutal, imposible de atajar.