La política según Murphy

En febrero del 2018 se anunciaba que Ryan Murphy había firmado un acuerdo de exclusividad con Netflix valorado en 300 millones de dólares (unos 270 millones de euros). Era un contrato que llamaba la atención no solamente por la cifra sino porque hacía referencia al chico (creativo y autoral) para todo. Es experto en series de perfil adulto ( Nip/Tuck, American Crime Story, Feud, American Horror Story ), representa las ansias de diversidad del Hollywood más liberal ( Pose ), se atreve con series de casos ( 9-1-1 ) o series adolescentes ( Glee ) y tiene la capacidad de atraer estrellas indiscutibles a sus proyectos con nombres como Kathy Bates, Penélope Cruz, Liv Tyler, Lady Gaga o su musa Jessica Lange. Hoy jueves es el momento de ver los resultados de este lucrativo acuerdo en el Serielizados Fest en Barcelona, donde se estrena en primicia la serie The politician antes de desembarcar en Netflix con todos los honores mañana viernes. Y, si la plataforma buscaba un contenido muy Ryan Murphy, este lo es.

Payton Hobart (Oliver Platt) estudia en el instituto de Saint Sebastian, un centro elitista de Santa Barbara, con la fijación de que se licenciará en Harvard y ­será presidente de los Estados Unidos. Está obsesionado con ocupar el despacho oval y su ­madre Georgina (Gwyneth Paltrow) le apoya, siempre preo­cupada para que no pierda el sentido moral por el camino. Al fin y al cabo, ella siempre ha apreciado que Payton, su hijo adoptado, sea mucho mejor persona que los biológicos, cuyo entorno estirado les ha convertido en verdaderos sociópatas.

El autor traslada su sentido del ritmo y el humor corrosivo a las dinámicas de poder de un instituto

Para cumplir su objetivo, Payton necesita complementar su currículo y se propone ser el presidente del alumnado. Como no tiene el carisma natural de su rival en las urnas, el atractivo River (David Coneswet), se adentra en una carrera electoral con una alumna que le permite obtener cierta empatía, la humilde Infinity (Zoey Deutch), conocida por tener cáncer y una rémora al lado, su abuela (Jessica Lange).

The politician está creada por el propio Murphy y dos de sus socios y colaboradores habituales: Iain Brennan ( Glee , Scream queens ) y Brad Falchuk ( Glee , American horror story ), el actual marido de Gwyneth Paltrow (se conocieron en el set de rodaje de Glee cuando la oscarizada actriz aceptó un papel episódico como profesora de castellano).

¿Y por qué es Murphy al 100%? Pues porque no tiene reparos en mezclar todo aquello que le interesa. Combina disertaciones sobre el poder en un entorno estudiantil, un elemento que está muy presente en su obra ( Popular, Scream queens, Glee y hasta AHS: Coven ). La serie, que no olvida en ningún momento que es una comedia, explora un sentido del humor corrosivo en el ambiente exclusivo de Santa Barbara: la madre es una parodia de millonaria demócrata, preocupada por el mundo mientras monta a caballo y pinta acuarelas en su mansión.

El ritmo de las tramas es frenético y con un Murphy de dirección simétrica y entusiasmado con exprimir a las divas de la interpretación con personajes hechos a medida: Paltrow está altiva, cercana y divertida mientras que Lange tiene entre manos una mujer acaparadora y tóxica como cualquiera de sus personajes en AHS . Y, para rematar, hasta hay números musicales de vez en cuando. ¿Cómo iba a desperdiciar que Oliver Platt es un conocido actor de Broadway? De ninguna manera y, si hace falta, encuentra el momento adecuado para que alardee de cuerdas vocales como esperemos que suceda en un futuro con Bette Midler, que se deja entrever que formaría parte de una hipotética segunda temporada.

Y es que el plan, si Netflix da luz verde, es crear una especie de serie de antología: cada temporada se centraría en una carrera electoral distinta encabezada por Payton Hobart. Todo indica, además, que tendrá continuación: sería sorprendente que la plataforma comenzase esta colaboración con Ryan Murphy con una cancelación. ¡Y no le faltan proyectos! Tiene en camino tres documentales, tres películas y otras tres series en una clara demostración de una hiperactividad creativa que no está discutida con un sello autoral propio.