’Years and Years’ es la serie del momento (y no sólo porque independice Catalunya)

La recomendación

El futuro que presenta parece la inevitabilidad del ahora

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Emma Thompson recuerda a Marine Le Pen

BBC

En un panorama televisivo tan poblado no hay mejor publicidad que aparecer de repente en la conversación social y mediática. En el caso de Years and Years, se habla de ella por estos lares por razones políticas. En un episodio de su primera temporada se explica que Catalunya en 2027 es independiente después de que la familia real tuviera que hui a Mónaco, volviera la peseta y un partido extremista intentase expulsar de España a cualquier persona que no tuviera la nacionalidad. Pero, más allá de esta anécdota soberanista que pone los dientes largos a más de dos millones de catalanes, hay motivos para ver la serie en HBO España. Es, de hecho, imprescindible.

El creador detrás de la obra de la BBC es Russell T. Davies, el guionista que en 1999 hizo la revolucionaria serie Queer as Folk centrada en el día a día de hombres homosexuales en el Reino Unido, que en 2005 relanzaría con éxito el clásico de Doctor Who con Christopher Eccleston en el papel principal (que después encarnaría David Tennant en la segunda temporada de la nueva era) y que ha escrito otras obras estimulantes como Torchwood y Cucumber.

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La familia Lyons sufrirá las consecuencias de las malas decisiones de la humanidad.

BBC

La fórmula de Years and years es imprevista. Por un lado, es un drama familiar centrado en los Lyons, unos hermanos ya adultos, cada uno con su propia vida y sus propios problemas: Stephen (Rory Kinnear) está casado con una mujer negra y tienen dos hijas; Daniel (Russell Tovey) es homosexual y tiene una relación estable; Edith (Jessica Hynes) es una activista que anda por el mundo intentando mejorar el planeta; y Rosie (Ruth Madeley) es una mujer con espina bífida y madre soltera de dos hijos. Por el otro lado, la serie es una distopía sobre un futuro cercano que resulta demasiado factible.

Para ser exactos, la serie comienza en el presente y pronto se instala en un futuro próximo. Lo interesante es que no se distancia lo suficiente de los referentes que tenemos hoy en día como para distanciarnos emocionalmente de lo que nos cuenta. Vemos una tertuliana populista (Emma Thompson) con ínfulas políticas, escuchamos hablar de las tensiones entre China y Estados Unidos, se sustituyen los refugiados de Siria por los de Ucrania, y tenemos un futuro tan creíble y tan inquietante que te provocará pesadillas. Leerás las noticias con otros ojos, unos más presos del pánico.

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Russell Tovey, un habitual de las series.

BBC

Se podría decir que Russell T. Davies encaja tres filosofías en una misma serie. Incluye el temor hacia las nuevas tecnologías de Black Mirror, en el sentido que cala muy bien lo que enfatizan de la especie humana (sólo hay que escuchar el concepto transhumano del primer episodio para ver que supera cualquier idea de la última temporada de Black Mirror ). Incluye un aviso muy potente al momento político actual, de la misma forma que El cuento de la criada también nos avisa de nuestro porvenir si no vigilamos con los populismos y la extrema derecha. Y finalmente nos encandila con unas dinámicas familiares que podrían ser las de Cinco hermanos, sólo que con un telón de fondo de miedo.

Es de esas series que empiezan en estado de gracia y que te obligan a plantearte hasta qué punto esa inspiración es sostenible largo plazo. Pero Russell T. Davies aprieta el acelerador en cada minuto con un ritmo endiablado, unos viajes al futuro que te dejan sin aliento y unas tramas que se niegan a estancarse, y como espectador no te queda otra opción que aplaudir y rezar para que ese futuro, que parece a la vuelta de la esquina, no se cumpla. ¿Abrimos los ojos un poquito para evitarlo?

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