Nicole Kidman se encuentra en plena promoción de The Undoing , su nueva serie para HBO, y esto ha sido la excusa perfecta para descubrir si existe la posibilidad que Big little lies vuelva con una tercera temporada, la serie que le permitió llevarse el Globo de Oro y el Emmy en 2018. Y parece ser que es una posibilidad muy real.
“Se está pensando una historia. Todo el grupo de mujeres quiere hacerla. Lo que falta es que las ideas se acaben de solidificar”, explicó en una entrevista de radio. Se está siguiendo el mismo modelo que con la segunda temporada: Liane Moriarty, la autora de la novela en la que se basa la serie, está pensando si se puede continuar la historia con nuevas tramas. Y, si llega a la conclusión que queda historia que contar, habría más episodios.
Nicole Kidman quiere volver a ser Celeste.
En otra entrevista para Marie Claire, Kidman ya había avisado que ella y Reese Witherspoon, con quien produjo y protagonizó Big little lies, se escriben o llaman una vez por semana. De hecho, también ha preguntado a Zoë Kravitz y Laura Dern si estarían interesadas en retomar los personajes y también se han mostrado predispuestas. También se ha comprometido David E. Kelley, el guionista de las dos primeras temporadas y creador de The Undoing.
Cabe recordar que para Nicole Kidman no se trata de un proyecto cualquiera. Reese Witherspoon la llamó en 2014 para proponerle si quería producir y protagonizar la adaptación de la novela de Moriarty. Ella dijo que sí y vendieron el proyecto al mejor postor, aprovechando que dos nombres como los suyos tenían mucho atractivo para los canales y plataformas, y HBO se hizo con la serie.
Tras descubrir el libro de Liane Moriarty, Reese Witherspoon llamó a Nicole Kidman por si quería producir la serie juntas.
La iniciativa fue un éxito: Big little lies se llevó el Emmy a la mejor miniserie, mejor actriz para Kidman, mejor secundaria para Dern, mejor secundario para Alexander Skarsgard y mejor dirección para Jean-Marc Vallée entre otros premios. También fue un éxito de audiencia para HBO que, como había pensado en el proyecto como una miniserie no había atado a las actrices con contratos de varias temporadas.
Esto comportó que hubo unos aumentos de sueldo considerables para todas ellas en la segunda temporada: se calcula que Kidman y Witherspoon se llevaban más de un millón de dólares por episodio, Kravitz, Dern y Shailene Woodley superaban los 400.000 dólares y Meryl Streep, que fichó por los nuevos episodios, ganó alrededor de 800.000 dólares por episodio.
Kidman y Witherspoon se llegaron a embolsar más de un millón de dólares por cada episodio de la segunda temporada”