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El error que Prime Video cometió con 'Fallout'

Opinión

El éxito ya es incuestionable pero también se desaprovechó una gran oportunidad

Ella Purnell es Lucy McLean en la serie

Prime Video

Una serie puede ser un éxito y al mismo tiempo una cagada, sobre todo cuando se tiene en cuenta el coste de oportunidad de una producción. Fallout, por ejemplo, es un éxito incuestionable. Tiene unas audiencias envidiables en Prime Video y consiguió el consenso de la crítica, que se quedó rendida ante la estética retrofuturista, el sentido del humor y de la violencia de la producción. Pero, cuando se observa cómo ha canalizado la conversación de fans y medios, la creación de Graham Wagner y Geneva Robertson-Dworet se ha quedado a medias por la estrategia de emisión equivocada por parte de la plataforma de Amazon.

Es un debate recurrente en el universo del streaming: ¿las series deben emitirse semana a semana, en forma de maratón como implantó Netflix o con un modelo híbrido? Aquí no se habla de la preferencia de los espectadores sino de las necesidades de las obras en sí mismas y también de las plataformas. El maratón ofrece la posibilidad de un consumo inmediato y bulímico al espectador, uno que impide la retención y durabilidad de las series, pero también pone palos a las ruedas a una de las grandezas de la televisión: ofrecer unas pautas de visionado al espectador que permita tanto digerir el episodio como comentar la historia en comunidad, al encontrarse los espectadores en el mismo punto.

El maratón pone palos a las ruedas al visionado comunitario y la conversación

Sí, hay casos excepcionales como El juego del calamar o Mi reno de peluche que consiguen generar un ruido ensordecedor con el modelo inicial de Netflix pero incluso la plataforma está dando marcha atrás por motivos prácticos. Sus producciones más exitosas como Stranger things o Los Bridgerton ahora se emiten en dos tandas para no quemarse de forma tan inmediata: los títulos de Netflix suelen languidecer a nivel de conversación al cabo de diez días en el catálogo y, con la división de las temporadas en dos partes, los directivos se aseguran un doble impacto y la posibilidad de canalizar la conversación a mitad de emisión.

Con Fallout, en mi opinión, la fórmula de emisión estaba clara: era la candidata ideal, perfecta y ejemplar para emitirse de forma semanal y generar un ruido constante en la audiencia. En una televisión con tantos problemas para unir a los espectadores y hacerlos bailar a su compás para crear un imaginario audiovisual y desencadenar un diálogo cultural común, esto es el Santo Grial. Que se lo digan a HBO con Juego de tronos, que fue un fenómeno más allá de cualquier propiedad de Netflix en parte por la estrategia de emisión, y que ahora está heredando la precuela La casa del dragón.

La presentación de personajes del piloto es espléndida.

Prime Video

¿Y por qué Fallout tenía este potencial? Por el trabajo de Wagner y Robertson-Dworet. Por ejemplo, el episodio piloto con una duración de 70 minutos tenía el peso adecuado para crear un primer impacto: una premisa llamativa, un presupuesto que permite ver la ambición en cada plano y unas presentaciones de personaje y de universo espléndidas. Es un primer episodio tan sólido que ni siquiera requería emitir más capítulos en el día del lanzamiento: divertido, original, solemne, comentable (y ni hace falta añadir el hecho que, al adaptar un videojuego popular, tenía la predisposición de un sector del público).

Lo más interesante es que, después del piloto, Fallout tampoco desfallece y tiene las propiedades perfectas para ser comentado semana a semana. Tiene una estructura episódica bastante clásica (o sea, Lucy McLean, el personaje de Ella Purnell, se encuentra un nuevo obstáculo cada semana), por lo que la experiencia de ver los episodios de forma individual es muy satisfactoria. Cada episodio tiene alguna escena con monstruos o violenta con la que revolucionar a la parroquia (y que tan buenos resultados daba a Juego de tronos o The boys para generar revuelo en redes). Hay chistes y momentos cínicos de impacto para producir memes sin parar. Y, lo que siempre ayuda, Fallout tiene una mitología que el espectador puede ir descubriendo lentamente (con sus consiguientes teorías) y un misterio en desarrollo en el búnker del que salió Lucy.

Siempre tiene escenas con monstruos y violentas comentables; chistes y momentos cínicos de impacto para memes; y una mitología y un misterio principal para plantear teorías

Con este material, de conseguir calar entre los espectadores, Fallout tenía la posibilidad de centrar la atención de la televisión durante ocho semanas y de forma progresiva. En vez de esto, sus cifras son espléndidas (Nielsen confirma que lideró el consumo en Estados Unidos en sus dos primeras semanas, con audiencias que no se veían desde la eclosión de Suits) pero se desaprovechó el potencial de vertebrar la conversación cultural e ir más allá del consumo solitario en la intimidad del hogar: de obligar al espectador a buscar y compartir teorías, de reírse conjuntamente con el robot destripador, de apostar por la relación entre Lucy y Maximus, o de mandarse la enésima interacción corrosiva entre Cooper Howard y la protagonista.

Es posible que la decisión de Prime Video de estrenar Fallout en modo maratón fuera una cuestión de desconfianza: está producida por Jonathan Nolan y Lisa Joy, quienes decepcionaron a la plataforma con The Peripheral, que sí recibió el tratamiento semanal y lo desperdició con el tono aburrido, excesivamente serio y pretencioso con el que enterraron Westworld en su momento.

Lo que pasa en el búnker podría haber desencadenado un río de teorías semanales.

Prime Video

Esto no quita que, al analizar el lanzamiento de Fallout, se pueda hablar de error de cálculo, sobre todo cuando en Amazon tienen una serie similar y compatible en el catálogo como The Boys. ¿Y cómo pasó la serie de superhéroes de Eric Kripke al siguiente nivel como fenómeno televisivo? La primera temporada se estrenó toda de golpe pero, en cambio, se abrazó un modelo híbrido con la segunda: aterrizó al catálogo con tres episodios y se emitieron los cinco restantes semana a semana.

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