El giro de guion de 'La Promesa' sorprenderá a los espectadores la próxima semana. En los episodios del martes 21 y miércoles 22 de mayo, se producirá un cambio radical con un salto temporal que dejará boquiabiertos a los seguidores de la serie de TVE.
De esta manera y según adelante El Televisero, se inaugura un nuevo capítulo en la historia de la producción de Bambú en donde la serie dará un salto temporal de “unos meses”.
El avance proporcionado por TVE revela importantes cambios tanto en el área noble como en el servicio de la serie. Pía Adarre se verá degradada a la posición de criada, y en el tráiler se la muestra asumiendo las tareas más humildes de La Promesa.
Ahora, la autoritaria Petra Arcos será la nueva ama de llaves del palacio, tomando el control de un servicio donde Santos continuará provocando tensiones en la relación entre Vera y Lope.
Nuevos personajes
En el adelanto de los próximos episodios de 'La Promesa', se vislumbra una marquesa desconsolada mientras Alonso es descubierto besando a otra mujer.
Se trata de María Antonia, una antigua amiga de los marqueses que inicialmente brinda su apoyo por la partida de Manuel a la guerra, pero que termina convirtiéndose en amante de Alonso. El papel de este nuevo personaje lo interpretará la actriz Elia Galera, una de las dos nuevas incorporaciones a la serie.
Catalina ya no residirá en el palacio, sino que estará desterrada en el hangar debido a algo muy grave que Cruz le hizo y que ella no está dispuesta a perdonar fácilmente.
Además, se le ve acompañada de un nuevo y misterioso hombre, Adriano, interpretado por Ibrahim Al Shami, la segunda adición al elenco; mientras que parece que Michel Tejerina (Pelayo) está ausente.
Regreso de caras conocidas
Mientras tanto, se avecina el inesperado retorno de un viejo y despreciado personaje: Gregorio. Este individuo, quien estuvo a punto de acabar con la vida de Pía mediante envenenamiento y fungió temporalmente como mayordomo en La Promesa, regresa al palacio tras su paso por la cárcel, pero sus intenciones no son para nada benévolas.