Pocas veces una serie televisiva ha generado un impacto tan fuerte en la vida real como cuando HBO estrenó en 2015 The Jinx , un documental que retrataba al multimillonario Robert Durst, sospechado de haber asesinado a su esposa, a su mejor amiga y a su vecino. Cuando las autoridades vieron el último episodio en el que Durst admitió haber cometido esos crímenes, le detuvieron incluso antes de que este se emitiera. Eso es precisamente lo que explora la segunda parte que hoy llega a HBO Max y que además entrevista a todos los involucrados en el juicio por el que fue condenado a cadena perpetua en 2021, un año antes de fallecer. El director Andrew Jarecki, quien se llevó el Emmy al mejor documental, le ha dedicado mucho más que una década a esta historia, ya que en 2010 la contó en un filme.
¿Cómo se vinculó inicialmente con Robert Durst?
Tras rodar una película de ficción sobre él, Todas las cosas buenas , Durst se sintió muy halagado de que Ryan Gosling le interpretara. Además, había leído un artículo sobre toda la investigación que yo había hecho y por eso se puso en contacto conmigo de una manera un tanto extraña y me pidió ver la película. Organicé una proyección, y apenas terminó de verla me llamó para decirme que le había encantado, que había llorado tres veces y que Kirsten Dunst era igual a su esposa Kathy. Fue él quien me propuso que hiciéramos algo juntos y así fue como le hice varias entrevistas, con las que inicialmente no sabía que hacer. Hablamos durante 21 horas simplemente porque me parecía interesante, ya que inicialmente yo sentía que ya lo había hecho todo con Robert Durst. Pero en esas entrevistas él se mostró muy sincero, y muchas veces uno no busca la historia sino que esta te busca a ti. Y así fue como surgieron los seis episodios de la primera temporada de The Jinx .
¿Cómo logró que todos los involucrados en el juicio participaran en esta segunda parte, incluyendo al juez que trató el caso?
Eso si que nos sorprendió. En la primera parte, todo el mundo hablaba de una serie de hechos históricos, y aunque obviamente hubo revelaciones, básicamente se hablaba del pasado. En la segunda parte, todo está ocurriendo en el momento en que se filma. Simplemente seguimos los hechos a medida que ocurren, comenzando por su detención un día antes de que se emita el último episodio de The Jinx , por lo que la ansiedad y la urgencia en todos los involucrados es mucho mayor. Además, en esta segunda temporada, son muchos los que no quieren aparecer en la serie. Hubo gente que se dio cuenta que no era una buena idea participar. Tal vez se plantearon que mirando para atrás, no fue una buena idea meter 100.000 euros en una bolsa y enviárselos a Durst por mensajería cuando estaba a punto de darse a la fuga. En la primera temporada, hubo quienes dijeron lo que no tenían que decir, como Dick DeGuerin, su abogado, que contó que habían inventado una historia para el primer juicio y el jurado se lo había creído. Hubo comentarios muy despreocupados de gente que tal vez no se portó correctamente. En esta segunda parte hay mucha mas gente que no ha actuado bien, y eso puede generarles problemas legales, por lo que fue mucho más complicado conseguir que participaran. Pero les provocamos, les obligamos o les persuadimos. Son todas diferentes formas de lograr que se presten a hablar, pero en definitiva sabían que lo tenían que hacer.
¿Cómo lograron todos esos testimonios cuando lo que digan puede convertirse en evidencia en un caso judicial?
Fue algo muy estresante, porque de pronto jugábamos dos papeles diferentes. Por un lado, queríamos crear una historia humana emocionante, que sorprendiera a la audiencia, pero a la vez nos dimos cuenta que el material obtenido podía servir como evidencia para un juicio. Siempre supimos que era bastante probable que Bob hubiese matado a estas tres personas, pero nunca imaginamos que íbamos a tener una confesión que iba a ser determinante. Sabíamos que si se hacía un juicio, le iban a condenar con esa evidencia, y además tuvimos que lidiar con las preguntas de los padres de Kathy McCormick, que durante muchos años no supieron lo que ocurrió. Es una familia que fue destruida por Bob. Fue entonces que nos preguntamos cuál era nuestra obligación. Y como queríamos actuar de forma responsable, hablamos con muchos abogados y contratamos a Marcia Clark, la fiscal del juicio contra OJ Simpson, para que nos dijera lo que teníamos que hacer con todo ese material para reactivar el caso en lugar de que todo quedara archivado en algún sitio.
¿Por qué tenía ese temor?
Imaginábamos que iba a haber resistencia a enjuiciar a un hombre tan rico como Bob porque eso en Estados Unidos eso es muy importante. Sabíamos que él se podía gastar 10 o 20 millones en su defensa y que podían enterrar a la fiscalía en papelerío. También teníamos en claro que aunque le presentáramos toda la evidencia a la justicia y las 21 horas de entrevistas, no iban a salir corriendo para detenerle. No es así como funcionan las cosas en Estados Unidos. No teníamos dudas de que el juicio iba a tardar años en ponerse en marcha. Pero Marcia nos dio un montón de consejos que modificaron el proceso de filmación. También sabíamos que al llevarle todas estas filmaciones al fiscal de distrito, corríamos el riesgo de que el material se volviera público por alguna filtración. O que Bob se enterara y decidiera escapar, porque ya había visitado Cuba, buscando lugares para vivir, incluso antes de que hiciéramos la película. Pero eso no nos detuvo a la hora de recurrir a la justicia...