Las series de casos pueden ser de autor y esta te tendrá bien entretenido
La recomendación
La franquicia de ‘911’ de Ryan Murphy y Brad Falchuk ha vuelto con ‘Lone Star’
A veces se enfocan las series de casos como si fueran una colección de cromos repetidos e intercambiables. Vista una, vista todas. Pero es un formato televisivo con muchas posibilidades y que puede incluir el ADN de sus creadores más allá de fórmulas más o menos reconocibles. Sólo hay que ver 911: Lone Star, que estrenó FOX este miércoles, para ver que se puede tener mucha personalidad siendo una serie de casos.
Mi intención, que conste, no es escribir desde la condescendencia. Pocas series he visto más originales que Medium a la hora de encontrar nuevas formas de abordar casos de asesinatos, con mejores interrogatorios que The Closer, y The good wife y Supernatural fueron ávidas a la hora de aprovechar los casos para entretener mientras forjaban tramas serializadas de fondo. Mientras hay muchas que efectivamente se esfuerzan lo mínimo en tener una identidad (o una que no sea insulsa), no podía ser que Ryan Murphy y Brad Falchuk, el tándem de Glee o American horror story, no insuflaran vida a la franquicia de 911.
En este 911: Lone Star, que se centra en los servicios de emergencias de una ciudad de Texas (en contraposición con el Los Angeles de la primera 911 todavía en emisión), tenemos personajes de presentaciones extremas. Rob Lowe es un bombero que sobrevivió al 11S que decide cambiar de aires y mudarse a Texas cuando descubre que tiene cáncer de pulmón y su hijo, también bombero, sufre una sobredosis después de que le dejara su pareja. ¿Otros que destacan en las misiones diarias? Jim Parrak como Judd, un bombero traumatizado por la muerte de todos sus compañeros en una explosión, y Liv Tyler como Michelle, una ambulanciera obsesionada con encontrar a su hermana, desaparecida y que presume muerta.
Todas estas presentaciones tienen lugar en los primeros treinta minutos. Es lo que tiene el molde de Murphy y Flachuk, siempre entusiastas de llevar los personajes y las tramas al límite (y nada creyentes de alargar las tramas de forma innecesaria si puedes tener explosiones argumentales más a menudo). Además, como ya habían hecho con la serie anterior con Peter Krause, cada emergencia tiene potencial para ser una locura impredecible. En el segundo episodio, por ejemplo, ya tienen una intoxicación que lleva a las personas a querer suicidarse o arrancarse la piel a tiras.
¿Y qué otros elementos tiene del tándem creativo? Pues un interés absoluto por la diversidad que casi convierte 911: Lone Star en un manual sobre inclusión. Incluso se ríen de esto, quizás para quitárselo de encima, en cuanto tienen una oportunidad. No hay nada mejor que ver una mujer racista y homófoba encontrándose con un ejército de salvadores formado por un hombre cis homosexual, un hombre negro y trans y una mujer musulmana.
Entre el dramatismo de ciertas tramas de personaje, unas emergencias que pueden ser locas o divertidas, la conciencia de estar tocando muchos palos al mismo tiempo y la efectividad de Rob Lowe y Liv Tyler al frente de la serie, 911: Lone Star es una serie de casos perfecta para tenerte atrapado en el sofá como también lo es 911, que ya ha pasado por Cuatro. Y es suficientemente híbrida, con tramas de personajes que avanzan, para que no sientas que vives en el día de la marmota (sólo el tiempo dirá si se mete en un terreno similar al de Anatomía de Grey). No quiere más (ni menos).
(Y, si echas de menos ver buenas series de casos, el actual Santo Grial es Evil , de la que tienes la crítica aquí. Posesiones, escepticismo, exorcismos, un poco de terror y el sentido del humor del matrimonio King, los responsables de The good wife y The good fight).
Brad Falchuk y Ryan Murphy se esfuerzan en que haya diversidad, presentaciones de personajes extremas y casos llamativos”