Las 5 cabeceras de series que no nos saltamos nunca

Estamos deseando ver el capítulo, pero, a la vez, no queremos saltarnos esa introducción que tanto nos gusta, y que nos pone en situación. Esas primeras imágenes y esa sintonía, que nuestro cerebro no se cansa de oír, nos lleva sin darnos cuenta a una dimensión paralela: la Edad Media, el oeste, el futuro, el más allá, la Casa Blanca… Funciona perfectamente como transición, hasta que empieza el esperado episodio.

Y eso, los creadores de series, lo saben. Y cada vez más, se esfuerzan en construir las mejores cabeceras. ‘Juego de Tronos’, ‘Stranger Things’, ‘House of Cards’, ‘Westworld’ o ‘True Detective’ son algunas de las que cumplen satisfactoriamente su función.

Nos pasa en cada capítulo de ‘Juego de Tronos’. Queremos saber cuántos personajes van a morir esta vez, pero no tenemos prisa. Y ponemos la cabecera entera, de casi dos minutos, desde la primera hasta la última nota. Mientras repetimos la canción en nuestra mente (e incluso, en voz alta), nos fijamos en los mapas, a ver si nos hemos perdido algún detalle, escondido por los propios guionistas y esperando ser descubierto por el más hábil.

Con ‘Stranger Things’ nos sucede una cosa curiosa. Es una cabecera corta, donde, con la ayuda de una tipografía retro, vemos cómo se va configurando el título de la serie. Nada más. Lo que nos atrapa es esa música, que nos adentra en un misterio del más allá que hay que resolver.

‘House of Cards’ también juega muy bien con la música. En este caso, entramos en la historia con las imágenes, que nos llevan directamente a la Casa Blanca. Dos minutos de varios ‘timelapse’ encadenados en los que vemos cómo la vida pasa en Washington.

‘Westworld’ también es una cabecera pegadiza. Una bella coreografía en la que las máquinas van creando huesos y músculos, hasta generar una vida. Arte en movimiento.

‘True Detective’ es otra de las cabeceras que nos atrapa. Después de tres temporadas, seguimos encandilados con la introducción. Los personajes pasan ante nuestros ojos a cámara lenta, acompañados por la canción ‘Death Letter’, de Cassandra Wilson.