Catalunya ha ido ganando peso en arte contemporáneo y es puro músculo, con un mapa lleno de propuestas que ganan si se las valora de forma conjunta. Sin ir más lejos, Barcelona puede sacar pecho por sus espacios expositivos, museos, galerías y centros culturales, públicos y privados. No cabe duda de que el Macba es la luz que más se ve en el firmamento, pero hace años que no es la única. Y, más allá de la capital catalana, el territorio cuenta con espacios tan interesantes como la Fundació Sorigué, en Lleida, el Bòlit, en Girona, Lo Pati, en Amposta, o la Fundació Stämplfi, en Sitges, que tejen un recorrido que no descuida ninguna arista de lo que hoy entendemos por arte contemporáneo.
En Barcelona ocupan también un lugar importante las colecciones de la Fundació Miró y la Fundació Tàpies, que acogen, además, exposiciones temporales, pero nunca hay que perder de vista las obras que la Fundació Vila Casas tiene en su sede de Can Framis (con nombres como Amèlia Riera, Josep Guinovart, Gino Rubert, Yago Hortal o Mar Arza) y en Espais Volart, especialmente si se quiere entender la dimensión del arte catalán.
Más allá del Macba, en Barcelona destacan Can Framis, la Fundación Fran Daurel o el Museu de l’Art Prohibit
También es posible contemplar algunos de los artistas más representativos del arte catalán y español del siglo XX si se sube al Poble Espanyol, donde se ubica la menos conocida pero rica selección de piezas de la Fundación Fran Daurel, con obras de Eduardo Chillida, Elisa Arimany, Manolo Valdés, Jaume Plensa o también Amèlia Riera y Josep Guinovart.
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La colección de Tatxo Benet en el Museu de l’Art Prohibit
A menudo el visitante local tiende a discriminar entre espacios pensados para él y aquellos aparentemente concebidos para el turismo. Vale la pena romper esa barrera y ver con mirada local lo que se proyecta en el exterior. De ese modo, se puede disfrutar también de la propuestas que hace el Moco Museum con sus primeras espadas: Warhol, Haring, Banksy, Basquiat, Abramović o Koons. Gigantes que comparten espacios con otros artistas menos conocidos pero de enorme interés, como Robin Kid o Guillermo Lorca. En este mismo museo, además de conocer el fenómeno NFT, el visitante puede descubrir la faceta artística del cantante británico Robbie Williams, enfocada en la salud emocional.
Otra de las propuestas barcelonesas es la colección de Tatxo Benet en el Museu de l’Art Prohibit, una selección de obras que sufrieron la acción de la censura. Pueden verse piezas de Warhol, Haring y Banksy, además de la controvertida pieza que en 2015 puso el nudo en la garganta a la dirección del Macba: Not dressed for conquering , de Ines Doujak. Otros artistas expuestos son Eugenio Merino, Zoulikha Bouabdellah o Ai Weiwei.
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En el Moco Museum están Warhol, Haring, Banksy, Abramović o Koons
Puesto que Warhol era mortal, pero también infinito, quien quiera profundizar en él tiene la oportunidad de hacerlo en la Fundació Suñol, que con Warhol & Vijande, cita en Barcelona indaga en la visita del norteamericano a España en 1983.
Tampoco hay que olvidarse de la exposición Los mundos de Alicia en CaixaForum, dedicada al impacto que los libros de Lewis Caroll, como Alicia en el país de las maravillas , han tenido en el arte y la cultura en general. No cabe duda de que el arte puede ser pura fantasía, pero también una toma de conciencia. No hay que descuidar, en este sentido, el recorrido multidisciplinar que propone el CCCB con Amazonias .
No es solo Barcelona
Estimulante es el diálogo que puede establecerse entre las colecciones del Macba y de la Fundación Stämpfli de Sitges, o entre Can Framis y la Nau Gaudí de Mataró, uno de los primeros proyectos del arquitecto modernista, que acoge la colección de Lluís Bassat. Aquí se acaba de inaugurar una nueva muestra dedicada al arte figurativo del siglo XXI con artistas como Mónica Dixon, Didier Lou-renço, Isidora Villarino o Francesc Artigau. El equilibrio entre talento femenino y masculino y la presencia de artistas jóvenes están siempre garantizados.
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La obra de Eduardo Arroyo o Antonio Seguí, en la fundación de Peter Stämplfi en Sitges
El arte contemporáneo va sobre ruedas en la Fundación Stämpfli de Sitges gracias a la producción del suizo Peter Stämpfli, cuyas pinturas hacen del mundo de los neumáticos toda una filosofía. Allí se puede descubrir, además, el arte de Eduardo Arroyo, Antonio Seguí o Claire-Jeanne Jézéquel.
Y si se quieren trazar más puentes, vale le pena hacerlo en el terreno de la escultura, con el fondo del Espai Subirachs, que acoge las obras de Josep Maria Subirachs, escultor de la fachada de la Pasión de la Sagrada Família; la exposición temporal de la Pedrera Arte en piedra, con obras de nombres capitales de la disciplina como Louise Bourgeois, Henry Moore, Eduardo Chillida o José Oteiza; y el museo de Palafrugell Can Mario, auténtico templo de la escultura de la Fundació Vila Casas con artistas como S usana Solano, Jaume Plensa, Stella Rahola Matutes, Anna Ill, Joan Miró y Antoni Tàpies. Can Mario acaba de inaugurar una exposición temporal de Marga Ximenez, un ejemplo de cómo se abraza la escultura y el arte textil.
Can Mario acaba de inaugurar una muestra de Marga Ximenez y la Nau Gaudí una sobre el arte figurativo del s. XXI
La geografía catalana tiene otros importantes enclaves artísticos, como l’Hospitalet de Llobregat, con espacios como el Centro de Arte Tecla Sala o la Fundación Arranz-Bravo, con fondo de este artista y una muestra temporal del argentino residente en Barcelona Ezequiel Rosenfeldt, quien con su obra retrata lo grotesco de la condición humana. También es humanista la mirada de Núria Majoral en el Centre d’Art La Rectoria de Sant Pere de Vilamajor.
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El proyecto PLANTA de la Fundació Sorigué se ubica en una gravera industrial cerca de Balaguer
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En PLANTA hay varios site-specific con obras de Kentridge o Viola
Mención especial merece la Fundació Sorigué de Lleida, auténtico pulmón del arte contemporáneo en Catalunya, que cuenta con un centro expositivo en la capital del Segrià, que actualmente dedica una exposición a William Kentridge, y el proyecto Planta, un espacio absolutamente insólito para el arte, como es una gravera industrial cerca de Balaguer, que además de obras de Antonio López o del ya mencionado Kentridge, cuenta con sites-specific de artistas tan reconocidos como Anselm Kiefer, Juan Muñoz y Bill Viola. Esta visita puede complementarse, en Lleida, con el Museu Morera y el Centre d’Art La Panera.
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El centro de arte de Lleida La Panera acoge una muestra sobre Ignacio Acosta
Hay que sumar, en la provincia de Tarragona, el Museu d’Art Modern de la capital y el Centre d’Art Terres de l’Ebre-Lo Pati de Amposta (una oportunidad para conocer el talento emergente). También el Castell de Vila-seca, con otra propuesta de escultura, la de Salvador Juanpere. La ciudad de Girona aporta también a este mapa su Museu d’Art (con una muestra de Roser Bru) y el Bòlit, que con Infralocus nos anima a volver a la década de los 90.
Las galerías siempre suman
Los galeristas no pierden la oportunidad de reivindicar sus espacios como parte de la oferta museística. No les falta razón. Son salas gratuitas, como la clásica Sala Parés, cuyos anfitriones no esconden su entusiasmo ante la oportunidad de compartir una charla sobre arte. Algunos artistas que pueden descubrirse en Barcelona son Peter Halley en la Galería Senda y Serra de Rivera en la Galería Jordi Barnadas. En Sant Cugat del Vallès, Pere Lluis León en la Sala Rusiñol y Ramon Moscardó en La GaLeRia. En el Espai Art60 de Sant Joan de les Abadesses, la pintura de Sergi Marco muestra la influencia recibida de la poesía de Salvat-Papasseit y Vicent Andrés Estellés. Catalunya tiene programación contemporánea de sobras para seguir luciendo músculo artístico.