Las bases de ERC avalan la hoja de ruta de Junqueras con el 90% de los votos
Proceso congresual
Esquerra apuesta por combinar “confrontación y colaboración” con el PSC
La cúpula de Esquerra, con Oriol Junqueras, en primera fila del congreso que celebró este sábado el partido en Martorell
Amplísimo apoyo de los militantes de ERC que acudieron este sábado al congreso del partido a la hoja de ruta propuesta por la dirección de Oriol Junqueras. La ponencia política obtuvo el 90% de los votos, esto es 697 sufragios; los estatutos se aprobaron con cifras similares: 89,25% y 714 votos.
La jornada fue mayoritariamente plácida, con un apoyo máximo a las ideas expresadas en la hoja de ruta, como que “para avanzar hacia una solución del conflicto nacional con el Estado español” es necesario “mantener una relación con el socialismo catalán que combine confrontación y colaboración”.
Es un doble vínculo con el PSC que se conjuga con otras alusiones, como que el partido que lidera Salvador Illa “es el más españolista de la historia” y lo califica de “sucursalista”, posicionándose, según los republicanos, “como la ala más conservadora del PSOE”.
Pero a la vez, los republicanos destacan que con los socialistas han forjado una retahíla de ”acuerdos ambiciosos“ que en función de su cumplimiento ”pueden marcar un paso adelante en el autogobierno y la capacidad de financiación de los servicios públicos, las infraestructuras y las políticas públicas“. Aquí, en la mente de los republicanos, están sobre todo Rodalies y la financiación singular para Catalunya.
Junts no sale muy bien parada, en el texto. Hay cierta desconfianza, puesto que asegura que “Junts se reubica en el centroderecha social y político propio de la antigua Convergència a favor de rentistas y corporaciones como partido independentista tras la enésima operación de prometer la vuelta de Puigdemont, donde su colaboración con otras fuerzas de derecha de ámbito estatal es una realidad plausible”, se lee en el documento, para acto seguido asegurar que “habrá que ver si el afán de priorizar la asunción de competencias delegadas en inmigración la sitúa en un terreno propio del nacionalismo excluyente de extrema derecha”.
Las conclusiones de la “comisión del verdad”, que ha liderado Tardà, causan alboroto en el congreso del partido
Más de 1.800 enmiendas se habían presentado. Este sábado solo quedaron vivas diez, y no de gran calado. Es una muestra de la concordia y que había enlazado con la militancia que había apoyado en las elecciones internas, por ejemplo, a Nova Esquerra Nacional o Foc Nou. Como muestra, un botón: Ares Tubau, secretaria general adjunta, quiso remarcar que se habían añadido el 100% de las enmiendas que hicieron llegar a la dirección del partido Nova Esquerra –que lideró Xavier Godàs. Un factor que explica en parte por qué la ponencia ha obtenido el 90% de los votos.
Pero esta concordia se truncó en cierta manera con el último acto del día: la lectura del informe de la “comisión de la verdad”. Ante los medios compareció para dar cuenta del documento Isaac Albert, vicesecretario de comunicación de ERC. Aseguró que “queda acreditado que hubo estructura paralela”, y que “a partir del 2019 se profesionaliza”. Albert afirmó también que es a partir de ese momento que se “entra en una dinámica de inmediatez, de ser original que generó dinámicas perversas”. Con todo pidió perdón a la militancia y a los votantes.
No se dan nombres y apellidos de las personas que esta investigación considera que formaron parte de las campañas B, pero sí se mencionan los cargos, que permiten deducir que antiguos responsables de comunicación del partido, como Sergi Sabrià o Marc Colomer, estaban al frente, según el informe. Al mismo tiempo, Albert apuntó que en el documento queda claro que ha habido “algunos miembros” de esas campañas “que han sido injustamente acusados y señalados públicamente”. “Y no lideraban estas campañas”, añadió, en posible referencia al director de comunicación de entonces, Tolo Moya, y a los militantes de base que colgaron los carteles contra Maragall.
La reacción de indignación fue inmediata entre la militancia. Públicamente lo ha hizo la que fue candidata para presidir ERC, Helena Solà: “No es esto, compañeros, no esto. Esperaba rigor, transparencia e imparcialidad de la comisión de la verdad, no escarnio”. Siguió esta línea, por ejemplo, la exconsellera Anna Simó.
Los republicanos temen tras el pacto migratorio que Junts se sitúe en terreno “de extrema derecha”
“Juicio de valores constante“, ”es un informe dirigido“, “no han pedido perdón a Maragall“, afirman fuentes de la militancia. Pero entre ellos dolió especialmente que se dieran nombres y apellidos de las personas que no han quisieron comparecer ante la ”comisión de la verdad“, entre ellos Pere Aragonès o Josep Maria Jové, actual presidente del grupo de ERC en el Parlament (presente durante la lectura del informe).
Tampoco se desglosaron los 4,2 millones de euros que ERC pagó a Relevance, la empresa que a su vez pagaba a los militantes de las campañas B. La gran mayoría de este dinero se destinó a campañas electorales o encuestas internas. Es algo que admitió Albert ante la prensa.