Las fuerzas armadas tienen preparada la lista de la compra por 50.000 millones

El nuevo escenario mundial

La compra de los F-35 estadounidenses para sustituir a los Harrier pasa a segundo plano para mirar a Europa

(FILES) This file photo taken on July 10, 2012 shows a Eurofighter Typhoon, a twin-engine multi role fighter banking during a flying display at the Farnborough International Airshow in Hampshire, southern England. British defence company BAE Systems announced on October 9, 2017 more than 1,000 job cuts this week, mainly affecting its Warton plant in Lancashire, northern England, where it assembles the Eurofighter Typhoon fighter jet. / AFP PHOTO / ADRIAN DENNIS

Un aparato Eurofighter Typhoon, ensamblado en Gran Bretaña

Adrian Dennis / AFP

La industria militar española se ve capacitada para canalizar el torrente de millones que se avecina sobre este sector, que da empleo a unos 70.000 trabajadores en todo el país. Las fuerzas armadas, inmersas en un proceso de modernización sin precedentes, han realizado su particular cesta de la compra que, por ahora, se concreta en medio centenar de proyectos armamentísticos en marcha que suman más de 50.000 millones de euros, según un cálculo del recién publicado informe Spain defence and security industry .

Pese a que en los últimos años ha estado sobre la mesa el seguir recurriendo, en gran medida, a países no europeos –sobre todo Estados Unidos– para la puesta a punto de los tres ejércitos, el nuevo tablero geopolítico obligará a España a primar el mercado interior para, a su vez, generar confianza en el resto de estados: Indra, Navantia, Escribano, Urovesa; empresas que se frotan las manos ante los desembolsos de dinero público que se anuncian.

La industria espacial europea estudia vías para competir con los satélites de Musk

Más allá de dos elementos que se vienen repitiendo años en la lista de prioridades: aumentar el número de efectivos de las fuerzas armadas –unos 120.000 en activo– y el sueldo de estos –el Gobierno última un decreto para una subida de 200 euros a todos ellos–, la cúpula militar espera que los próximos presupuestos generales del Estado incluyan un importante aumento en el capítulo de inversiones para dar cobertura a los programas de modernización que son financiados previamente por el Ministerio de Industria. Aquí es donde hay proyectos ya en marcha, como los de los blindados VAC y VCR 8x8, con asignaciones de más de 2.000 millones de euros en cada caso. También la adquisición de 168 puestos de tiro y 1.680 misiles Spike LR2 para modernizar la defensa contracarro del Ejército de Tierra y la Infantería de Marina. Este programa está presupuestado en 287,5 millones de euros.

En el caso naval, está en proceso la construcción de los cuatro submarinos S-80: mientras que la primera de las unidades fue entregada en noviembre del 2023, la última no llegará, si no hubiese retrasos, hasta el 2030. Aquí, el coste se eleva a 3.907 millones de euros. En este caso, pese a que el contratista principal es Navantia, el conglomerado de empresas españolas que participan en su construcción es granado: Indra, SAES, Sainsel, Gamesa, Abengoa, Navantia Sistemas, Inmapa y Tecnobit. También está en marcha la fabricación de cinco fragatas F-110 por un importe que ronda los 4.300 millones de euros. En todos ellos, el sistema de pago es similar. En primera instancia los financia el Ministerio de Industria con créditos, que luego las empresas van saldado cuando el Ministerio de Defensa empieza a pagar por el armamento.

El nuevo tablero obliga a España a primar el mercado interior para generar confianza en el resto de estados

La lista de la compra de sistemas aéreos pasa por la –indispensable– renovación de los F-18 Hornet del Ejército del Aire y los Harrier AV-8B+ de la Armada, que llegan al final de su vida útil en los próximos años. El Gobierno ya encargó una veintena de cazas Eurofighter en el 2022 por 2.000 millones de euros a través del proyecto Halcón I. Algo que se quedó corto, puesto que, poco tiempo después, se dio luz verde al proyecto Halcón II, que lleva aparejado un presupuesto de 4.000 millones para la compra de otros 25 Eurofighter. El problema es que los Harrier que tiene que jubilar la Armada despegan y aterrizan en vertical –algo que los hace compatibles con el buque Juan Carlos I – mientras que los Eurofighter, no. De ahí, que un importante sector de De­fensa mire con tan buenos ojos
a los aviones de combate de quinta generación F-35, fabricados por el gigante norteamericano Lockheed Martin. Sin embargo, esta fuerte inversión en EE.UU, en estos momentos, sería contradictoria con la necesidad de mirar hacia la industria europea.

En ese contexto se enmarca lo que reveló ayer, durante un desayuno informativo, el presi­dente de Airbus España, Francisco Javier Sánchez Segura, quien aseguró que la compañía ha iniciado conversaciones con la francesa Thales y la ita­liana Leonardo para competir “de manera coordinada” contra la empresa satelital estado­unidense Starlink, propiedad
de Elon Musk. Además de tratar de “contrarrestar” la presión del hombre más rico del mundo sobre Ucrania, cuya infraes­tructura de telecomunicaciones depende de los satélites del magnate que amenaza con un apagón, la idea pasa por transformar el sector espacial europeo.

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