Trump no se explica con “el viejo mundo”, que cantaría Camarón. Capitalismo autoritario, alineación en bloques, dejando a un lado el poder suave de los valores y la cultura occidental, para imponer un terreno de juego más duro y resolutivo. La diplomacia comercial se abre paso con todas sus consecuencias mientras que el neoliberalismo y la globalización quedan obsoletos para explicar la competencia entre los viejos capitalismos occidentales y los capitalismos Brics, como si la entropía hubiera pasado de negativa a positiva y el desorden a pasmo. Para ser presidente hay que tener respuesta a esta demanda mundial.
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