Una parte de la ultraderecha europea, aglutinada en Patriotas –la tercera fuerza del Parlamento de Estrasburgo–, demostró ayer en un gran mitin político organizado por Vox en Madrid que surfea con comodidad sobre la ola trumpista que atraviesa el mundo, con la confianza de que puede extenderse en Europa.
Santiago Abascal, presidente de Vox y también de Patriotas, ejerció de anfitrión en una cita que reunió a la líder de la Agrupación Nacional francesa, Marine Le Pen; el primer ministro de Hungría, Viktor Orbán; el vicepresidente del Gobierno italiano, Matteo Salvini, y el líder del Partido Por la Libertad, el neerlandés Geert Wilders, junto a los líderes de otros partidos de la extrema derecha. Todos ellos abrazaron el Make America Great Again del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para marcar una hoja de ruta con la que pretenden redibujar los equilibrios en la Unión Europea, poniendo especial énfasis en la cuestión migratoria.
Para ello, en sus intervenciones aludieron, en una de las palabras más repetidas, a la “reconquista” frente al dominio musulmán, que terminó en 1492 con la toma de Granada. “Estamos dispuestos a volver a hacerlo”, advirtió el líder de Vox, quien prometió que España volverá a ser “el muro de Europa ante el avance del islamismo”.
Ante el auditorio de un hotel a las afueras de Madrid, que no completó el aforo de sus 2.000 butacas, pese a que la organización pronosticó el lleno total, los máximos dirigentes de Patriotas celebraron la llegada del “huracán” Trump a la Casa Blanca, convencidos de que el éxito puede repetirse en Europa. En su intervención, Abascal destacó que se alegra de esa victoria y de tener “un compañero de armas en la batalla por el bien, la verdad, la belleza, el sentido común y la libertad”.
De Trump se habló y mucho. También su amenaza de establecer nuevos aranceles, que sobrevuela la UE, se coló en los discursos. En este capítulo no hay una coincidencia total, ya que no todos son favorables, sin embargo Abascal dijo que el “gran arancel” que está minando la economía comunitaria es el Pacto Verde.
El líder de Vox celebra tener al presidente de Estados Unidos como “compañero de armas en la batalla por el bien”
Más coincidencia hubo en la política de blindaje de fronteras frente a los inmigrantes. “Nos une la defensa de nuestras fronteras”, aseguró Abascal. Los distintos intervinientes instaron a devolver el “sentido común” que consideran que ha perdido Bruselas, a la que acusan de la “inmigración irregular”, el “fanatismo climático” o la “presión ideológica” sobre los estados miembro o la agenda woke. Frente a estas políticas, defienden aplicar las recetas con las que ha llegado Trump al despacho oval.
En la misma línea, Matteo Salvini dijo, ante un auditorio entregado, que “si miles de trabajadores del sector del automóvil están perdiendo sus empleos estos días, no es culpa de Trump, sino del suicidio económico, industrial y ambiental impuesto por Bruselas”.
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En las más de dos horas que duró el carrusel de intervenciones, al que se sumó a través de un breve vídeo el presidente de Argentina, Javier Milei, también hubo dardos en clave nacional. André Ventura, fundador del partido portugués Chega, dijo que el presidente del gobierno, Pedro Sánchez, “está más cerca de la cárcel”, mientras que Abascal lo está del Gobierno central. Asistentes en pie, ondeando banderas de España y gritos de “presidente, presidente” siguieron a las palabras de Ventura, que aseguró que el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, es “lo mismo” que Sánchez.
También de comparaciones tiró Abascal en el discurso con el que se cerró el acto. Para el líder de Vox, Sánchez está “con Maduro y Hamás”, mientras Feijóo está “con Von der Leyen”, la presidenta de la Comisión Europea.
En cambio, Patriotas, a su entender, está “junto al futuro de Europa y del mundo”. Abascal aseguró ante al eufórico aforo que Orbán, Le Pen, Salvini y el resto de políticos de extrema derecha “son las voces de millones de europeos que saben que otro futuro es posible”. “Lo vamos a construir juntos porque cada vez somos más”, arengó a los asistentes.
El cónclave concluyó con la sensación entre los simpatizantes de Vox de que es el momento de “aprovechar” la ola Trump, pero con una emoción contenida en una semana en la que las encuestas le sitúan en un 14%, del voto estimado. Reconocen que no es la primera vez que aparecen “disparados” entre periodos electorales, pero luego las urnas les dan un golpe de realidad
