El letrado mayor en el convulso otoño del 2017, Antoni Bayona, deja el Parlament

Las instituciones

El jurista dimitió del cargo en 2018 por la presión de los partidos independentistas

REUNION MESA DEL PARLAMENT PRESIDIDA POR ROGER TORRENT. EN LA FOTO EL LETRADO MAYOR ANTONI BAYONA Y EL SECRETARIO XAVIER MURO 13/03/2018

Antoni Bayona

Àlex Garcia

Con una larga trayectoria como jurista a sus espaldas, Antoni Bayona (Sabadell, 1954) puso en diciembre pasado el punto final a su etapa de letrado del Parlament. Le ha llegado el momento de la jubilación, al haber alcanzado la edad máxima para seguir desarrollando una tarea que empezó en 1984, cuando se sacó la plaza por concurso. Pero Bayona solo ha dejado su despacho en la Cámara catalana. Seguirá en activo, colaborando con la Universitat Pompeu Fabra, en la que ha ejercido durante años como profesor de su especialidad, el derecho administrativo, ya que se siente con ganas de mantenerse vinculado a la disciplina, asegura.

Han sido cuatro décadas largas de ejercicio. Especializado en derecho autonómico, organización territorial y régimen local, y con una dilatada carrera vinculada a la Generalitat y como jurista de confianza de los gobiernos de CiU, Bayona fue miembro del Consell Consultiu –organismo asesor de la Generalitat– (1988-1994) y director del Institut d’Estudis Autonòmics (1994-2003), think tank del Govern en materia de autogobierno y financiación, desde el que impulsó estudios sobre balanzas fiscales, sobre la posibilidad de implantar un concierto económico y una reforma estatutaria.

En otoño de 2017 vio cómo el independentismo desatendía las advertencias de los servicios jurídicos

De vuelta al Parlament, donde rescató su plaza de letrado en el 2006, acabaría encontrándose solo unos años después en el mismo centro de un huracán político. Ya como letrado mayor, cargo para el que había sido nombrado en el 2012, vivió los años de máxima efervescencia del procés . En el convulso otoño del 2017, en un escenario político complicado para un operador jurídico, vio cómo el independentismo desatendía todas las advertencias de los servicios jurídicos sobre los riesgos de la ley del referéndum o la ley fundacional de la república catalana. Acabó tirando la toalla en junio del 2018 por la presión de los partidos independentistas.

En el escrito de renuncia como letrado mayor, que dirigió a la Mesa del Parlament –con mayoría de Junts y ERC–, argumentó que no podía seguir sin su confianza. Aseguró que había procurado actuar con neutralidad e independencia profesional y confesó un desgaste personal por el escrutinio político al que se sometían sus informes. Desde entonces hasta su jubilación, ha mantenido su labor en la Cámara como letrado.

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