El rey Felipe VI aprovechó ayer su tradicional discurso durante la Pascua militar para insuflar aliento a los miembros de las fuerzas armadas y las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado por sus labores en la que es la mayor operación militar realizada en territorio nacional en tiempos de paz: la reconstrucción de las zonas devastadas por la dana que azotó a la Comunidad Valenciana a finales de octubre: “Vuestro espíritu de servicio no se quiebra ni por el ingente trabajo realizado ni por la conciencia de lo que resta por hacer”. Así lo expresó el Monarca antes de advertir de que “queda un largo camino por delante”. En los minutos previos, la ministra de Defensa, Margarita Robles, dejó claro, ante las cúpulas de los tres ejércitos, que la máxima prioridad de las fuerzas armadas para este 2025 será la reparación de los barrios que la gota fría redujo a escombros: “Los militares estarán el tiempo que sea necesario”.
Felipe VI avisa, ante la cúpula militar, de que “queda un largo camino por delante” en las zonas afectadas
Con uniforme de capitán general del Ejército de Tierra y acompañado por la Reina y la princesa de Asturias, Leonor de Borbón, el rey Felipe VI llegó pasados un par de minutos de la media mañana a la plaza de la Armería del Palacio Real, donde le esperaba el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, escoltado por la titular de Defensa y el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska. Bajo un cielo encapotado y con temperaturas próximas a los grados negativos, se interpretó el himno nacional y el Rey pasó revista a la unidad de honores antes de saludar a los invitados en el salón del Trono. Todas las miradas estaban puestas ayer en Leonor, ataviada con el guardiamarina de 1.º de la Escuela Naval Militar, que en escasos días zarpará en el buque Juan Sebastián de Elcano .
El Monarca ensalza el trabajo del ejército ante la emergencia frente a los mensajes de “solo el pueblo salva al pueblo”
A diferencia de los últimos años, en los que los discursos de la ceremonia pivotaron en clave internacional por el convulso panorama geopolítico, este 6 de enero tuvo una clara vocación nacional. El Rey, que vivió en primera persona la indignación ciudadana por la gestión política de la catástrofe durante los incidentes de Paiporta –en los que vecinos de la localidad valenciana lanzaron barro a las autoridades–, quiso poner en valor a las fuerzas armadas “como elemento esencial de la acción del Estado y como apoyo a las administraciones públicas ante cualquier emergencia”. En aquellos días posteriores a la gota fría, a través de redes sociales, comenzó a calar el mensaje de que “solo el pueblo salva al pueblo”, después de que infinidad de víctimas sintiesen que las instituciones les habían abandonando ante la catástrofe climática. De ahí que el Rey enumerase los esfuerzos de los más de 25.000 militares que han pasado por la Comunidad Valenciana: retirada de escombros, vehículos y lodo; intervenciones médicas, distribución de alimentos, patrullas...
La ministra asegura que “los militares estarán el tiempo que sea necesario” ayudando en Valencia
Robles, que ultimó el discurso en las horas previas a su alocución, según fuentes de Defensa, había recogido el guante de Felipe VI, con el que mostró total sintonía durante varios momentos de la ceremonia: “La prioridad es la reconstrucción, reparación y satisfacción de las necesidades de los afectados, y precisamente esta es nuestra prioridad”, reiteró la titular de Defensa, quien prometió que los militares estarán en Valencia “el tiempo que sea necesario”. Aparcada la refriega política que viene enturbiando desde el inicio todo el debate que envuelve a la dana, Robles hizo un llamamiento a trabajar “unidos” en la reconstrucción, puesto que, en su consideración, las autoridades tienen “la obligación” de “no dejar solos” a las víctimas de la emergencia, que deja ya un balance de 224 víctimas mortales.
En la Pascua militar se lanzó un mensaje de unidad con un “firme” propósito de seguir ayudando a Ucrania
Fuera de las fronteras se puso el foco en los dos puntos en los que España tiene el grueso de su contingente en el exterior: el flanco este frente a la amenaza de Rusia, y en Líbano, en mitad del fuego cruzado entre Hizbulah e Israel. Tanto el Rey como Robles coincidieron en verbalizar el “firme” propósito de seguir ayudando a Ucrania en un momento en el que la unidad que hasta ahora ha evidenciado la OTAN puede evaporarse con la próxima llegada de Donald Trump a la Casa Blanca.