La carta a los Reyes de Junts y ERC

Sin Permiso

La carta a los Reyes de Junts y ERC
Directora adjunta

Según relatan en Junts, las reuniones con el PSOE en Suiza son fructíferas, pero en el camino de vuelta a Madrid se desvanecen las buenas intenciones. Los socialistas, en cambio, aseguran poner todo su empeño en cumplir con los acuerdos, aunque su plasmación sea más compleja de lo previsto. Para Carles Puigdemont, dar o no apoyo a los presupuestos de Pedro Sánchez es un paso clave. El temor a ser señalado como un socio dócil, acusación que él ha vertido tantas veces sobre ERC, le obliga a presentar réditos antes de atravesar ese Rubicón. Puigdemont asegura que se está incumpliendo el pacto que firmó hace un año con el PSOE. ¿Es así? Los principales puntos del acuerdo fueron los siguientes:

El primero, la amnistía, que está paralizada y que solo cuando el Tribunal Constitucional la avale se podrá aplicar sin cortapisas. El Gobierno calcula que podría ser para el próximo verano.

El segundo, la financiación singular que incluya la cesión del  100% de los tributos que se pagan en Catalunya. Aunque se acordó con Junts, los socialistas pactaron lo mismo con ERC para hacer presidente de la Generalitat a Salvador Illa. Este compromiso es más detallado. En teoría, en 2026 ya se tendría que recaudar el IRPF. Se trata de un traspaso muy complejo. Se tiene que buscar la fórmula para ceder más de 4.000 trabajadores de la Hacienda española a la catalana, además de cambios legislativos en el Congreso.

El tercero, la oficialidad del catalán en las instituciones europeas. El Gobierno trata de convencer a sus socios comunitarios, pero se necesita la unanimidad de todos los Estados y hay algunos reticentes. Es posible que se logre antes el uso del catalán en el Parlamento europeo.

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Puigdemont, el lunes durante el balance del año del pacto firmado con el PSOE

JOHN THYS / AFP

Ese es el estado de la cuestión, pero el método de negociación de Junts es el de “partido a partido”. Así, cada vez que el PSOE pide su voto en el Congreso, se abre un intercambio. El más importante fue al inicio de la legislatura, cuando Sánchez necesitaba aprobar en el Congreso varios decretos ley de medidas contra la inflación. A cambio, Junts arrancó el traspaso “integral” de la competencia en inmigración antes de fin de año. Algo que aún no ha llegado. Aquí conviene detenerse para apreciar la dificultad de ese compromiso:

El Gobierno está dispuesto a ceder a Catalunya la gestión de los permisos de residencia y trabajo, pero siempre que la expedición final tenga el sello de la administración central. Sería algo así como los títulos universitarios, cuya firma final es del ministro de Educación y el Rey. Junts lo rechaza. También se podría traspasar la capacidad para definir prioridades en los contratos en origen según las necesidades empresariales en Catalunya.

Además, Junts quiere situar el conocimiento del catalán como requisito para obtener el primer permiso de residencia, aunque también podía establecerse al final, cuando se solicita el permiso definitivo, al cabo de cinco años de estancia. En el Gobierno no lo ven claro, ya que podría ser recurrido al Constitucional. La Carta Magna establece la obligación de conocer el español, no las lenguas cooficiales. Sí aparece como deber en el Estatut.

Otros aspectos en los que subsisten diferencias son el control de las fronteras. En estos momentos, se está ultimando el traspaso a los Mossos de la seguridad en puertos y aeropuertos, pero no se contemplaba cederles la vigilancia de la entrada fronteriza. Por último, están abordando la coordinación con las embajadas para la concesión de visados.

Habrá que ver en qué queda el traspaso “integral” de la inmigración, que se hará mediante una delegación de competencias por la vía del 150.2 de la Constitución, como se hizo con el tráfico a los Mossos, aunque quizá necesite también cambios en la ley o el reglamento de extranjería.

Y ahora llegan los Presupuestos. Para discutirlos, Junts pide que antes se pague el importe de las inversiones previstas pero no ejecutadas de los últimos tres años. La compensación, que ascendería a unos 3.000 millones, podría realizarse por la vía de enjugar deuda. El Gobierno está dispuesto a atender esta exigencia, previa negociación sobre la cuantía.

Esquerra tiene que marcar distancias con los socialistas en alguno de los tres escenarios abiertos

Si Junts gesticula al imponer condiciones a Sánchez, ERC también lo va a hacer más a partir de ahora. Las relaciones entre socialistas y republicanos han mejorado mucho y el Gobierno esperaba la victoria de Oriol Junqueras en las primarias, pero el partido está muy dividido y una de las cuestiones que provoca más controversia interna es el apoyo a los socialistas. Esquerra tiene tres escenarios abiertos:

El primero es Barcelona. La dirección de ERC aboga por entrar en el gobierno municipal de Jaume Collboni. Se necesita el voto de la militancia, pero el equipo de Junqueras confía en tener mayoría.

El segundo es el Govern de la Generalitat. ERC no entrará en el Ejecutivo de Illa, pero tiene difícil rechazar el Presupuesto, que el socialista puede alegar que es el mismo que pactó con Pere Aragonès antes del adelanto electoral. El acuerdo de investidura implica poner en marcha la financiación singular y no tendría sentido que ERC pusiera la zancadilla al gobierno que tiene que impulsar esa ingente tarea. Al menos no por el momento.

El tercero es el Gobierno de Sánchez. Los republicanos necesitan enviar el mensaje de que no son una mera muleta de los socialistas y el Congreso es el frente en el que se pueden mostrar más exigentes y donde se juegan más su rivalidad con Junts. Si Puigdemont apoya los Presupuestos, es probable que ERC también, pero sus exigencias y gesticulaciones serán mayores que otras veces.

La Moncloa estaba a la espera del resultado de la votación interna en Esquerra. A partir de hoy, los teléfonos sonarán para iniciar los contactos que lleven a aprobar unas cuentas que el presidente del Gobierno se ha propuesto aprobar para enviar el recado a Alberto Núñez Feijóo de que hay Sánchez para rato.

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