Villarejo sigue esparciendo la conspiración sobre los atentados del 17-A: “Se pudieron evitar”

Comisión de investigación

El excomisario, condenado ya a una veintena de años de prisión, asegura en el Congreso de los Diputados de que alertó al CNI en tres notas de inteligencia sobre la posibilidad de ataque

Sanz Roldán: “Imaginar que el CNI pudo evitar el 17-A y no lo hizo es una infamia y una vileza”

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El excomisario José Manuel Villarejo a su llegada a la Comisión de investigación del Congreso

Javier lizón / EFE

El excomisario José Manuel Villarejo, condenado a casi veinte años de prisión por una ínfima parte de las causas que tiene abiertas en la Audiencia Nacional, ha vuelto al Congreso de los Diputados para seguir espoleando la teoría de la conspiración sobre los atentados yihadistas del 17-A en Catalunya. No obstante, ha recogido cable después de asegurar hace un par de años que en los ataques de Barcelona y Cambrils hubo “un error grave de cálculo” del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), que pretendía “dar un susto” a Catalunya —inmersa entonces en pleno procés—. “Nunca he dicho que el Estado provocó el atentado”, ha advertido para a renglón seguido afirmar que “sí pudo evitarlo” de haber hecho caso a las notas de inteligencia que él mismo, supuestamente, elaboró para alertar sobre un imán que finalmente resultó ser Abdelbaki Es Satty, el cerebro de los atentados.

Una semana después de que su archienemigo, el ex director del CNI Félix Sanz Roldán, acudiese a la comisión de investigación sobre los atentados del 17-A, este miércoles ha sido el turno del excomisario jubilado, que no ha desaprovechado la oportunidad para seguir lanzando dardos con quien fuese el jefe de los espías españoles durante cuatro legislaturas. Ya apuntó, sin ningún tipo de pruebas, directamente contra el general al sostener que “se le fue de las manos” el atentado que le costó la vida a 16 personas.

Durante la comparecencia, ha explicado que Sanz Roldán tenía “la manía” de crear, tal y como los ha llamado, “comandos virtuales”, una suerte de grupos con delincuentes que son desarticulados antes de que llevasen a cabo las acciones para enseñar a la ciudadanía en qué trabaja el CNI. Villarejo ha enmarcado a Es Satty en esos comandos virtuales, de los que no queda constancia en la sentencia de la Audiencia Nacional, que fue ratificada por el Tribunal Supremo. “A veces la verdad judicial no es la real”, ha repetido en varias ocasiones, mientras alentaba la teoría de la conspiración. Lo mismo que, según el excomisario, sucedió con el 11-M.

Para Villarejo, su detención por la Unidad de Asuntos Internos de la Policía Nacional en noviembre de 2017 no respondía a las acusaciones de pertenencia a organización criminal, delitos de cohecho o blanqueo de capitales, sino por haber explicado al juez de la Audiencia Nacional que asumió la investigación de los atentados, que él advirtió de la posibilidad del ataque hasta en tres notas de inteligencia que el CNI desechó. En ellas, gracias a una fuente que murió mientras pasaba las noches a la sombra, avisaba que un individuo que había estado en Bélgica —y trabajaba para los servicios secretos marroquíes—, podría estar preparando un ataque terrorista. Villarejo no ha dudado en afirmar que Es Satty era colaborador del CNI, un extremo que negó Sanz Roldán. El excomisario ha animado al Gobierno a desclasificar sus notas de inteligencia, que obran en poder del CNI.

Los portavoces parlamentarios han tratado de reconducir la comparecencia a través de preguntas concisas para evitar que el excomisario se fuese por las ramas. Pero él, que traía unos folios preparados, se ha dedicado en un momento de su intervención a leer una retahíla de “incógnitas” con las que ha pretendido seguir avivando la teoría de la conspiración, sin base probatoria alguna, pese a que es conocido, tal y como le ha recordado el diputado de EH Bildu Jon Iñarritu, de grabar todas sus conversaciones y apuntar todos sus pasos en sus famosas agenda manuscritas que le incautó la Policía.

—¿Quién aprovechó la confusión de las labores de desescombro del chalet de Alcanar para ocultar que había un escrito de Instituciones Penitencias a nombre de Es Satty?

—Si hubo tanta comunicación entre los Mossos d’Esquadra y el CNI, ¿por qué la policía telefoneó al hermano del que luego provocó los atentados?

—¿Por qué nunca aparecieron restos de explosivos en la casa del que decían que lo estaba preparando?

—¿Por qué el imán, que lo detienen en el año 2000 porque se dedicaba a falsificar documentos, apenas estuvo unos meses en prisión?

—Por qué cuando detienen a Es Satty en 2004 por tráfico de drogas sale precipitadamente sin cumplir la pena.

El diputado de ERC Francesc-Marc Álvaro le ha reconocido que le cuesta “entender esta película”. “Me falla un poco”, la ha espetado a Villarejo, quien ha llegado a asegurar que los terroristas compraron todo el material para perpetrar los ataques con las ayudas sociales que les otorgaba la Generalitat de Catalunya. 

El diputado de Sumar Eloi Badia ha terminado su corta intervención con una contundente frase que bien puede resumir la casi hora y media de comparecencia de Villarejo, quien ha visto oportuno promocionar su próximo libro de memorias:

—Si usted no tiene ninguna prueba que aportarnos, ni ninguna nueva información, ni ningún aspecto en el que usted participó personalmente y solo nos da su opinión ante las pruebas que ya conocemos… no tengo más preguntas.

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