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Illa, ante un futuro incierto

Salvador Illa ha cumplido 100 días plácidos al frente de la Generalitat sin que la oposición le haya presentado batalla ni puesto, de momento, ningún obstáculo a su gestión. En estos meses se ha dedicado a recuperar la normalidad institucional y a potenciar la imagen de Catalunya dentro y fuera de ella. Hoy viaja a Bruselas, donde permanecerá hasta mañana para participar en el Comité Europeo de las Regiones y aprovechará para reunirse con la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola.

Salvador illa, el pasado lunes en Foros de Vanguardia 

Xavier Cervera / Propias

Sin embargo, para empezar a hacer realidad las políticas “transformadoras” de las que habló el president en Foros de Vanguardia, necesita unos presupuestos. Es verdad que estos pueden prorrogarse, pero sería empezar con mal pie la legislatura. Las negociaciones están en suspenso con la certeza de que las cuentas no estarán disponibles a primeros del 2025.

La aritmética del Parlament se sustenta en dos partidos que dan síntomas de debilidad

Los socialistas catalanes lo fían todo a ERC y Comuns, y con ellos Illa no lo va a tener fácil. La aritmética del PSC en el Parlament se sustenta en dos partidos que no pasan por su mejor momento y están dando síntomas de debilidad interna.

Los republicanos encaran la semana que viene un congreso para escoger a un líder. Si hay consenso entre la militancia, la incógnita sobre quién liderará la formación se conocerá el sábado 30. Si la votación va muy ajustada, se deberá esperar hasta mediados de diciembre, pero sea cual sea el resultado no está claro que el ganador le vaya a dar apoyo parlamentario. De momento, todos los candidatos han evitado expresarse sobre esta cuestión, y los republicanos ya están escamados con las negociaciones que mantienen con el PSOE en Madrid, por lo que no sería descartable que tuvieron la tentación de radicalizar su posición en Catalunya, sobre todo si no ven efectos palpables en la negociación de la financiación singular.

La situación de los comunes tampoco es muy favorable para los intereses del PSC después de una asamblea que ha sido de todo menos tranquila. El informe de gestión de la dirección de Ada Colau, Jéssica Albiach y Candela López obtuvo un 46% de apoyo entre las bases. El malestar es evidente en los comunes por la elección de una nueva dirección, que no fue sometida a votación, y el determinante peso de la cúpula de Barcelona, en detrimento del resto del territorio. Se antoja difícil que la formación decida entrar en el Govern de Illa, y es probable que para contentar a una militancia desencantada suba el precio de los presupuestos. Los 100 días de gracia han llegado a su fin.