El PP toca a rebato ante un PSOE que ve “Torquemadas” en Feijóo y Abascal

Doce de Octubre

El líder popular exige la retirada del presidente del Gobierno, que anuncia “mil días” de batalla política

El PP toca a rebato ante un PSOE que ve “Torquemadas” en Feijóo y Abascal
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El PP toca a rebato ante un PSOE que ve “Torquemadas” en Feijóo y Abascal

Sin tregua ni bajo el diluvio. El enfrentamiento a cara de perro entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo se recrudeció en los actos del Doce de Octubre. Silente bajo la lluvia que deslució el desfile militar y descarnado en el Palacio Real, entre los corrillos de periodistas que sucedieron a la recepción que, como cada año el día de la Fiesta Nacional, ofrecieron los Reyes, quienes ayer saludaron a unos 1.300 invitados.

Como es sabido, la manzana de la discordia entre ambos es en este momento el caso Koldo: “Llevo treinta años en política y nunca he visto una cosa como esta. Jamás una trama de corrupción había llegado tan lejos y había estado tan cerca de la Moncloa”, exclamó el líder del PP, para quien el presidente del Gobierno no debería haber asistido ayer a la solemne ceremonia sin haber dado antes explicaciones, “en una rueda de prensa sin límite de preguntas”, sobre lo que está “pasando en este país”.

¿Y qué es lo que está pasando? “Pues empresarios llevando bolsas de dinero a la sede del PSOE. Mentiras flagrantes sobre la llegada a España de la vicepresidenta de Venezuela para negociar la compraventa de lingotes de oro. Dinero público para pagar el acompañamiento de una tal Jessica. Comisionistas que regalan chalets a un ministro. Guardias civiles comprados por un portero de prostíbulo ascendido a asesor. Una presidenta del Congreso a la que los cabecillas de la trama la llamaban ‘cariño’. Autoridades del Estado enviando a personas ahora encarceladas el teléfono de los consejeros de Sanidad...”, responde Génova.

El PP toca a rebato ante un PSOE que ve “Torquemadas” en Feijóo y Abascal

Alberto Núñez Feijóo saludando ayer a la princesa Leonor en la recepción del Palacio Real (J.J. Guillén / EFE)

Una retahíla de irregularidades por las que el PP ha adelantado a hoy domingo su ejecutiva y tras la que su secretaria general, Cuca Gamarra, ofrecerá la respuesta acordada por los dirigentes populares ante la “gravedad” de unos hechos, ante los que el Ejecutivo asegura, en cambio, estar actuando “con contundencia, prontitud y absoluta transparencia”, en contraste con el caso Gürtel, que hace seis años desalojó a Mariano Rajoy del gobierno.

Así, Sánchez bautizó como “Torquemadas”, en alusión a la oscura época de la Santa Inquisición, tanto a Feijóo como al ultraderechista Santiago Abascal y se comprometió a colaborar con la justicia. Una responsabilidad que como secretario general del PSOE ya lo llevó a pedir el acta de diputado a José Luis Ábalos y a proceder a la expulsión del partido del exministro. “Lo importante cuando existen casos de corrupción es no esconderlos”, sentenció el presidente del Gobierno, que desvinculó el cese de su primer titular de Transportes, en el verano del 2021, de lo que se ha conocido después y lo circunscribió a la necesidad de un “revulsivo” tras la pandemia.

Sánchez prevé una “renovación discursiva y de equipos” para el congreso del PSOE

“Cuando estás en estas responsabilidades, lo personal me lo quedo para mí”, se defendió Sánchez, para el que Ábalos fue un fiel escudero que lo sostuvo en la caída, cuando fue relevado al frente del PSOE por negarse a apoyar al PP, y lo ayudó a rehacerse, con un papel estelar en el Manual de resistencia , y alcanzar el poder.

Sin embargo, no hay “cortafuegos”, por más encumbrado que esté, que valga para el PP: “Sánchez sin Ábalos no es Sánchez. Pero ¿esto qué es?”, exclamó Feijóo, rodeado de periodistas. “Esto no hay quien lo pare”, vaticinó el líder popular, conjurado con los suyos para hacer caer al Gobierno lo antes posible. Y con la amenaza de una petición de comparecencia en el Senado, que en esta legislatura la mayoría absoluta de los populares ha convertido en las horcas caudinas de los socialistas, en un horizonte cada vez más cercano. “Hay algunos que no han entendido que no lo hayamos llevado ya, pero ¿qué prisa hay?”, apuntó Feijóo sin desvelar cuál será su estrategia.

Sea como fuere, el líder del PSOE está decidido a seguir en la Moncloa y no solo no renuncia a presentar los presupuestos del 2025 en el Congreso, sino que, tal como ha hecho desde el 2018, su Ejecutivo librará la batalla política durante “mil días” más, los que quedan hasta que se agote la legislatura. Y recordó que ahí está, aunque desde las últimas elecciones generales, el 23 de julio del año pasado, algunas voces auguraron que no podría “frenar a la ultraderecha” ni “formar gobierno” o que la amnistía por el proceso independentista de Catalu­nya lo haría “descabalgar”.

Y precisamente para no perder las riendas, anunció para el inminente congreso federal del PSOE en Sevilla una “renovación discursiva y de equipos” que permitirá retroalimentar el discurso ideológico y la acción de gobierno sin fricciones como las que se dan ahora, por ejemplo, a causa de la financiación singular de Catalunya.

En este sentido, Sánchez valoró la presencia del presidente de la Generalitat, Salvador Illa, en los actos de la Fiesta Nacional de ayer en Madrid, que significan, en su opinión, que “Catalunya vuelve” después de catorce años de ausencia.

La ejecutiva del PP se reúne hoy de urgencia ante la “gravedad” de la situación del país 

Y el mismo president, que ya participó en un Doce de Octubre como flamante ministro de Sanidad del primer gobierno de Sánchez, quiso subrayar que con su asistencia, con la que recuperaba la normalidad institucional perdida tras la presidencia de José Montilla, durante el periodo de excepción del procés , quería implicar a Catalunya en un modelo de España “plural y diversa”.

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