El Consejo General del Poder Judicial sumó este lunes un nuevo fracaso en su obligación de elegir a su presidente. Y ya van cuatro intentos fallidos. Los veinte vocales, divididos por una grieta que parece insalvable entre conservadores y progresistas, no lograron consensuar un nombre con el que echar a rodar el nuevo mandato después de horas reunidos para tratar de acercar posturas. Los vocales designados por el Partido Popular vetan las propuestas de aquellos que nombró el PSOE —y viceversa—, provocando una situación inédita en el órgano de gobierno de los jueces, sumido en una crisis de desprestigio.
La imagen de la Apertura del Año Judicial puede ser demoledora si no hay fumata blanca
La imagen de la Apertura del Año Judicial, que tendrá lugar pasado mañana, puede ser demoledora si finalmente no hay fumata blanca en el CGPJ: el rey Felipe VI en el acto solemne acompañado a un lado por un presidente en funciones del Tribunal Supremo, por sexto año consecutivo ante la imposibilidad de lograr acuerdos, y al otro por un fiscal general del Estado al borde de la imputación por un presunto delito de revelación de secretos. Pero en el CGPJ creen que hay margen para poder revertir la situación, por eso se volverán a reunir este martes a partir de las 10.00 horas para trtar de sellar un acuerdo “de forma inminente”. Esta vez podrá ser con una lista más amplia a la pactada inicialmente, con solo siete candidatos.
Los progresistas ponen en la terna, además de a su principal candidata Pilar Teso, a Ana Ferrer y Ángeles Huete
Cinco horas antes de comenzar el Pleno de este lunes, los equipos se emplazaron a una reunión paralela para negociar in extremis el presidente del órgano, que también lo será del Tribunal Supremo. Según fuentes próximas a esa primera reunión, que se alargó casi tres horas, el corte progresista puso en la terna, además de a su principal candidata Pilar Teso, a Ana Ferrer y Ángels Huete. Los progresistas no entienden el veto a la magistrada Teso, puesto que en 2022 Partido Popular y PSOE pactaron su presidencia, pese a que más tarde el acuerdo saltó por los aires. Tampoco Ferer ni Huete son aptas para presidir el CGPJ, según el bloque conservador que sigue apostando por el magistrado Pablo Lucas, encargado durante años del control judicial a las actividades del Centro Nacional de Inteligencia (CNI). Fuentes al tanto de las negociaciones aseguran que Lucas provoca un gran rechazo en el ministro de la Presidencia, Justicia y Relación con las Cortes, Félix Bolaños, por el papel que este jugó en el escándalo de espionaje Pegasus, el virus con el que se infectó el móvil de numerosos líderes independentistas
Los conservadores proponen a Pablo Lucas y a la magistrada Carmen Lamela
No obstante, por el empeño del ala progresista en que sea una mujer la que presida por primera vez el CGPJ, los conservadores se mostraron partidarios de votar a favor del nombramiento Carmen Lamela situándola como “progresista”, pese a estar dentro de la cuota elegida por el Partido Popular. Una candidatura que los progresistas se negaron de plano a aceptar. Lamela causa recelo en el seno del Gobierno, por el incendio que podría crear entre socios como ERC y Junts, puesto que esta magistrada imputó por un delito de sedición a Josep Lluís Trapero en la Audiencia Nacional. Con estos vetos cruzados, en la lista de siete posibles presidentes que se pactó en el primer Pleno del 25 de julio la única mujer restante es Esperanza Córdoba, también del bloque conservador. Córdoba tampoco convence a los progresistas, que consideran que los propuestos por el otro bloque “solo pretenden torpedear” la elección.
Durante el Pleno, los vocales han votado hasta en tres ocasiones, constatando el bloqueo en el que está sumido el órgano. El bloque conservador, según fuentes próximas, votó en las tres ocasiones por Lamela. El bloque progresita comenzó más dividido, otorgando un empate a cuatro entre Teso y Ferrer en la primera ronda. En la segunda votación se repitió el empate pero esta vez a cinco tras descartarse Huet. En la última todos los votos fueron a parar a Ferer.
Ante este bloqueo sin visos de solución, los diez conservadores plantearon este lunes volver a la casilla de salida. Es decir, abrir el abanico de siete candidatos elegidos por unanimidad. En el documento de la propuesta, que fue estudiado en el Pleno, se señalaba que no hay precepto legal “alguno” que autorice que los iniciales candidatos propuestos “excluya” el derecho de los vocales a hacer nuevas propuestos, al no alcanzar la mayoría cualificada. Un movimiento que finalmente convenció al bloque progresista, pese a que en un primer momento consideraron que si se rompen las reglas del juego que ellos mismos se dieron en un primer reglamento, luego podría ser impugnado el nombre del presidente.
Los vocales del Partido Popular insistieron en que no intentar la elección entre los miembros del CGPJ no incluidos en esa primera lista supondría no solo quebrar el mandato constitucional, sino incluso incurrir en responsabilidades de aquellos que al margen de la Constitución “intentan perpetuar tal estado de cosas y obstaculizar le elección de la presidencia”.
La situación de bloqueo está provocando una gran indignación en el Tribunal Supremo
Este situación de bloqueo, que incluso miembros del actual CGPJ la consideran más crítica que la que vivía el anterior mandato que estuvo más de cinco años en funciones, está provocando una gran indignación en el Tribunal Supremo, desde donde consideran que los siete nombres de la primera lista consensuada cumplen de sobra las exigencias para ponerse al frente del órgano de gobierno, que va camino de un ciclo que se avecina tortuoso por la enorme grieta abierta entre bloques, pese a que tiene la tarea urgente de realizar casi una centena de nombramientos que siguen pendientes en la carrera judicial; una veintena de ellos del Tribunal Supremo.