El presidente de la Generalitat, Salvador Illa, anunció en campaña electoral que si era elegido nombraría al mayor Josep Lluís Trapero director general de la policía. Y así ha sido. El cargo se oficiará hoy en la reunión de Govern y mañana se publicará en el Diari Oficial de la Generalitat . En ese momento, el policía entregará el arma oficial y la placa del uniforme de Mosso d’Esquadra que ayer lució por última vez en la reunión que la consellera de Interior, Núria Parlon, mantuvo con los mandos de la policía para anunciar los dos primeros ceses.
Los comisarios Eduard Sallent y Rosa Bosch han sido destituidos como número uno y dos de la policía y sustituidos por el tándem Miquel Esquius y Alicia Moriana. Es posible que algunos esperaran liderazgos más inesperados, atrevidos o poco previsibles para dirigir a los Mossos en esta nueva etapa. Pero el binomio estaba asegurado haciendo un poco de moviola de los últimos acontecimientos en la organización policial.
El presidente de la Generalitat, Salvador Illa, anunció en campaña electoral que si era elegido nombraría al mayor Josep Lluís Trapero director general de la policía. Y así ha sido
El DOG publicará el nombramiento del mayor, que mañana entregará el arma y la placa de policía
Parlon compareció sola en el auditorio del departamento y reiteró varias veces que “venimos de una etapa agotada en cuanto a liderazgos y ahora se necesita hacer las cosas de otra manera”. Y desvinculó varias veces el cese de Sallent de la fuga del expresident Carles Puigdemont en las narices de los 602 mossos que integraban el fallido dispositivo.
Parlon hubiera cesado a Sallent incluso si Puigdemont hubiera sido detenido. Pero a nadie se le escapa que el bochornoso espectáculo televisado en directo puso las cosas más fáciles. La consellera agradeció el trabajo realizado a la anterior jefatura y aunque no avanzó los nuevos destinos de ambos comisarios, se da por hecho que ninguno sufrirá la humillación a que en su día sí se sometió a Trapero cuando el conseller Joan Ignasi Elena le cesó y el director de la policía, Pere Ferrer, le envió a un almacén sin ventanas de la comisaría de Les Corts de Barcelona, con una mesa, una silla y un perchero, a la espera de un nuevo destino.
El mayor Josep Lluís Trapero junto a Eduard Sallent
La consellera de Interior desvincula el cese del comisario jefe de la fuga de Puigdemont
Ni está en el talante de Parlon, ni es la condición del nuevo comisario jefe Esquius el de liderar purgas en los Mossos. Tampoco lo pretende Trapero, del que se ha construido una leyenda de vengador sin escrúpulos que dista del hombre que se sentó en el banquillo de los acusados de la Audiencia Nacional en el 2020 con la amenaza de once años de prisión y que con 53 años acunó a su primera hija.
El nuevo director entiende, y así se lo ha trasladado a Parlon en estos últimos días de muchas conversaciones, que los Mossos estaba “en deuda” con Esquius y que su restitución era “un acto de justicia”.
La responsable de seguridad admite que las cifras no son buenas y se compromete a revertir la delincuencia
En el 2018, el conseller Miquel Buch eligió a Esquius al frente de los Mossos. Una elección que escondía una trampa que se desveló al final. Buch cesó a Ferran López con la excusa de ser el mando del 155 y esperó con Esquius dirigiendo la policía el ascenso a comisario de Eduard Sallent, al que realmente querían al frente de los Mossos. No disimularon. El mismo día que Sallent tomó el galón de comisario, asumió, por primera vez, la jefatura de la policía.
Esquius y Moriana, este lunes tras el anuncio en el patio de Interior
Trapero y Esquius han mantenido numerosos encuentros estos últimos dos años. Citas, muchas para comer, a las que se unía el comisario Josep Maria Estela, cesado por el Govern de ERC en el 2022, y que ahora podría ocupar una de las comisarías importantes.
Esquius ya fue jefe de los Mossos en el 2018 y cesado, su elección se interpreta como una “restitución” de justicia
En cuanto a Moriana, la comisaría optó a la segunda plaza de mayor en la última convocatoria, rivalizando con Sallent. Y su recurso en los tribunales, como los de varios sindicatos, ha paralizado el nombramiento.
En los próximos días se conocerán el resto de los cambios y el nuevo organigrama de la policía que incorporará una comisaría principal que asumirá todas las violencias contra las mujeres.
Parlon, en su primera rueda de prensa, advirtió que esta nueva etapa de la policía tiene como principal misión “revertir” las actuales cifras de delincuencia y la percepción de inseguridad. Asumió sin tapujos ni complejos que los datos no son buenos y se comprometió a mejorar la situación con un fuerte liderazgo en una policía que, inevitablemente, tiene que recuperar la coordinación con las policías municipales. “Este departamento trabajará para resolver los problemas que afectan y preocupan a la gente. Y sí, eso quiere decir más policía de proximidad”, avanzó la consellera.
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