“La verdadera campaña empieza ahora”. La frase, tajante, la pronunció el candidato del PNV a lehendakari, Imanol Pradales, el viernes en un acto en Álava y, aunque tiene mucho de arenga motivacional dirigida a la militancia, coincide con una visión compartida por la mayor parte de analistas. La primera mitad de la campaña ha tenido un perfil muy bajo, el porcentaje de indecisos es elevado y el pulso entre el PNV y EH Bildu, marcado por una igualdad sin precedentes, se decidirá en los próximos días.
En este momento, el minuto y resultado de la campaña viene marcado por las encuestas, que, además de para orientar el voto –en algunos casos–, sirven para leer tendencias. En este sentido, el último sondeo del CIS ha dado motivos para el optimismo a Bildu y razones para estar moderadamente preocupado al PNV.
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El CIS estima, por primera vez, una victoria de Bildu en porcentaje de voto que, de confirmarse, implicaría con seguridad también una victoria en escaños. Esta encuesta, cuyo trabajo de campo se realizó entre el 1 y 8 de abril y con 4.000 entrevistas, refleja, además, una tendencia inquietante para los jeltzales, ya que el propio organismo había dado una victoria al PNV apenas nueve días antes.
Por otra parte, atendiendo a los microdatos, la mayor parte de indicadores justificarían la perspectiva al alza de Bildu, en opinión de Ainara Villaño, politóloga de Silvan & Miracle: “Lo más importante que nos puede indicar una encuesta es la tendencia, y ahí está claro que la de Bildu es ascendente. No se trata solo de la estimación de voto mayor en este último CIS; vemos que la fidelidad de voto es muy elevada, cercana al 90%, que es algo casi inédito. Además, al tiempo que retiene a casi todos aquellos que les votaron hace cuatro años, atrae votantes de otros partidos: al 9,1% de quienes votaron al PNV, que en términos absolutos son muchos, o al 31,9% de los votantes de Podemos”.
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Villaño aprecia una segunda cuestión en esos microdatos que indicaría que la campaña marcha mejor para Bildu, al menos por el momento: “Una de las grandes victorias de una campaña pasa por acertar con los temas y fijarlos, es algo que sabe cualquier estratega. Según el CIS, Bildu supera al PNV en este ámbito; es decir, la población, especialmente los jóvenes, perciben que el partido que habla de los temas que les interesa es Bildu. A la coalición le interesa hablar de Osakidetza (Sistema Vasco de Salud) y vivienda, porque le hace oposición al Gobierno. Y lo está consiguiendo”.
Si el anterior sondeo del CIS supuso un alivio para el PNV, el estado de ánimo en las filas jeltzales es en este momento de cierta preocupación. Y no solo por la encuesta. En Bildu, mientras, prima la prudencia, un celo extremo dirigido a evitar sobresaltos en los últimos días de campaña. Las cosas les van bien, y no quieren arriesgar ni exponer en exceso a su candidato.
Los jeltzales son los que tienen más razones para arriesgar de cara a activar a su electorado
En este punto de la campaña, es el PNV quien tiene más razones para arriesgar de cara a activar a su electorado. Y ahí los jeltzales confían en la campaña exprés que se ha iniciado este fin de semana, superados los festejos en Bizkaia ligados a la victoria copera del Athletic, la interrupción de la campaña por el fallecimiento del lehendakari Ardanza y, antes, la influencia del periodo vacacional.
El porcentaje de indecisos sigue siendo más elevado de lo habitual a estas alturas de la campaña (según el CIS, ronda el 20%, aunque en otros sondeos es mayor) y casi un 30% de la población dice que decide su voto a lo largo de la última semana de campaña o en el mismo momento de ir a votar. La falta de tensión electoral puede tener los días contados.
Además, este martes tendrá lugar el segundo debate de ETB, esta vez en castellano, después del interesante debate del miércoles en ETB-1, en euskera. “Da la sensación de que la gente se va a empezar a activar este fin de semana, pensando en que el que viene ya toca votar. Eso puede llevar a los electores a seguir con más atención las propuestas de los partidos, los temas que sacan, algo que me parece muy interesante, o el propio debate, que puede ser decisivo”, añade Villaño. Es decir, hay partido y prácticamente todo está por decidir.
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Por otro lado, siendo muy importante el pulso entre el PNV y Bildu, la victoria a escaños en la noche electoral -que podría implicar un triunfo simbólico histórico para la coalición abertzale- el día 21 por la noche habrá que mirar más allá. En estas elecciones hay otras dos incógnitas fundamentales, más importantes si cabe: quién gobernará y cómo gobernará (con mayoría o no).
Ahí, Pradales aparece mejor posicionado, habida cuenta que el PSE, que tendrá la llave de la gobernabilidad, ya ha aclarado que no hará lehendakari a Otxandiano. La duda, por tanto, está más bien en el cómo. Una mayoría absoluta del PNV y el PSE les permitiría gobernar con facilidad, incluso aunque los jeltzales se llevasen el revés de que Bildu ganara en escaños. Sin embargo, un gobierno en minoría entre jeltzales y socialistas supondría un tremendo desgaste para ambos, especialmente para el PNV, que tendría que mirar al PP para garantizar la gobernabilidad.
Otra cuestión a despejar el domingo será el resultado de los socialistas. No es lo mismo lograr los 12 escaños que les dan algunas encuestas que quedarse en sus actuales 10, o incluso bajar uno, algo que podría dejar a la suma PNV-PSE sin mayoría. En todo caso, no está en cuestión su estratégica tercera plaza.
El porcentaje de indecisos es alto y el debate puede ser clave, según la politóloga Ainara Villaño
Otra incógnita es el desempeño electoral del PP, que se debate entre mantenerse en su suelo electoral, en torno a los seis escaños, o comenzar a despegar. La creciente perspectiva bipartidista de la política vasca no le favorece, ya que el voto anti-Bildu se puede concentrar en el PNV.
Finalmente, está por ver cómo se decanta el pulso Podemos-Sumar, una batalla fratricida en la que luchan contra la posibilidad real de quedar fuera del Parlamento. Estas incógnitas se decantarán en esta semana decisiva.
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