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Sánchez se prepara para gobernar por ahora sin apoyo de Junts

Una legislatura compleja

El Ejecutivo quiere nuevos presupuestos, pero recuerda que ya están prorrogados

El secretario general del Junts per Catalunya, Jordi Turull

Xavier Cervera

Con o sin amnistía, con o sin presupuestos... con o sin Junts. “La duración de la legislatura no la decide ningún grupo político. La duración de la legislatura la decide el presidente del Gobierno, y por eso vamos a estar gobernando tres años y medio”, afirmó ayer tajante el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, en la Ser.

Pedro Sánchez, aseguran en el Ejecutivo, aún no da ninguna batalla por perdida. Pero también advierten que el presidente no prevé en ningún caso disolver las Cortes y precipitar unas nuevas elecciones generales para el próximo junio, cuando a su vez tendrán lugar los comicios europeos. “No, eso depende del jefe, y el jefe tira para delante”, corroboran. Y así les quedó claro cuando Sánchez abandonó el hemiciclo el martes, con el notable disgusto que reflejaba su rostro después de que Junts votara en contra de la ley de Amnistía, lo que aboca a otro mes de negociaciones antes de que la norma, si se reconduce el acuerdo, pueda volver a votarse en el Congreso.

En el Gobierno no ponen la mano en el fuego ante la posición de la formación de Carles Puigdemont sobre los nuevos presupuestos generales del Estado para este año. “A ver cómo respiran”, alegan. Pero en el Ejecutivo tratan de preservar y mantener a flote, a toda costa, el curso de la legislatura, aún recién nacida. Con o sin presupuestos.

La decisión de Junts de prolongar la tramitación de la amnistía, en todo caso, complica y retrasa también el calendario previsto para que vean la luz unas nuevas cuentas públicas –para las que es igualmente imprescindible el concurso de la formación de Puigdemont–, que garanticen estabilidad política y económica al nuevo mandato de Sánchez.

La previsión del Ejecutivo, hasta que Junts consumó su voto contrario a la ley de Amnistía este martes en el Congreso, era que la nueva medida de gracia estuviera aprobada definitivamente, pese a la demora que imponga el PP en el Senado, en la primera semana de abril. Una fecha que se pensaba hacer coincidir en el calendario con la aprobación por parte del Consejo de Ministros de unos nuevos presupuestos que, tras su tramitación parlamentaria, re­cibieran la luz verde ya en junio.

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En el Ejecutivo asumen que este calendario queda ahora en el aire, en espera de ver cómo se reconducen las negociaciones con Junts. La vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, insistió ayer en que no tira la toalla. “La voluntad de este Gobierno es aprobar unas nuevas cuentas públicas”, subrayó en TVE.

Pero vino a reconocer que la posición de Junts puede complicar, o incluso dinamitar, este plan. “Todavía es prematuro conocer cuál es el planteamiento que va a hacer Junts per Catalunya”, reconoció Montero, que reiteró su voluntad de diálogo.

Pero también advirtió: “No olvidemos que los presupuestos están en vigor, están prorrogados desde principios de año”. Las cuentas del 2023, que el Gobierno logró aprobar por tercer año consecutivo en la anterior legislatura por mayoría absoluta, siguen actualmente en vigor, una vez que quedaron prorrogadas el pasado 1 de enero.

Y, si no hay más remedio, estos presupuestos pueden seguir prorrogados todo el 2024, porque en el Ejecutivo afirman que Sánchez no dinamitará una legislatura que tanto costó poner en marcha, gracias precisamente al acuerdo con Junts sobre la amnistía. Aunque Montero no quiso adelantar acontecimientos: “Cada cosa –recetó– a su tiempo”. Ni situarse ya en un escenario de ruptura total con Junts, al señalar que sigue existiendo “voluntad de diálogo” por ambas partes.

Pero la vicepresidenta también defendió con contundencia la posición del Gobierno frente a la demanda de Junts de una “amnistía integral”. “No cualquier texto de amnistía es constitucional”, advirtió. Y mantener la “seguridad jurídica” en la norma, aseguró, es “imprescindible”, para que después pueda pasar el filtro del Tribunal Constitucional o de las instancias europeas.

Montero, no obstante, confió en que se reconduzcan las conversaciones con Junts: “Margen para negociar tiene que haber siempre, cuando hay una voluntad clara de diálogo por ambas partes siempre hay condiciones para poder seguir incorporando cuestiones”. “Confiamos en que JxCat recapacite”, insistió.

Pero Junts tampoco da su brazo a torcer. El secretario general de la formación independentista, Jordi Turull, pareció volver a esgrimir ayer su amenaza del “colorín colorado”, al ver en jaque la legislatura si el Gobierno no se aviene a sus demandas. “Si el PSOE no se mueve y no quiere que haya una ley de Amnistía integral, para todos, y de aplicación inmediata –advirtió Turull en RAC1–, es que no quiere cumplir el acuerdo de Bruselas”. Es decir, el que permitió la investidura de Sánchez. Y en tanto no se solucione esta cuestión, apuntó en alusión a los presupuestos del Estado, “no nos podemos plan­tear dar un próximo paso”.

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