Podemos o la falacia del Nirvana

EL MIRADOR

Como ocurrió con la reforma laboral o la ‘Ley Mordaza’, la votación de la ampliación de la protección por desempleo estuvo marcada por el tacticismo de los cinco exdiputados de Sumar hoy adscritos al grupo mixto 

La diputada Ione Belarra, llegando a su escaño en el grupo mixto, en el pleno del Congreso celebrado este 10 de enero en la sede del Senado

La diputada Ione Belarra, llegando a su escaño en el grupo mixto, en el pleno del Congreso celebrado este 10 de enero en la sede del Senado

Dani Duch / Propias

Todos los políticos saben lo que es la falacia del Nirvana, conocen su condición mendaz –aparece a menudo en los catálogos de falacias lógicas– y aún así hacen uso de ella con total ligereza. Se atribuye su enunciado a Voltaire, quien tradujo un adagio italiano que en lenguaje llano dice: “A menudo lo mejor es enemigo de lo bueno”. En España está contenida en un refrán que es el bastión del realismo más prosaico: “Más vale pájaro en mano que ciento volando”. La falacia reside en aducir de forma perversa que para lograr lo mejor (ciento volando) es menester renunciar a lo bueno (pájaro en mano). Y eso pasó ayer en el Congreso, que en realidad era el Senado. Pero no carecía de precedentes. Ni mucho menos.

En la anterior legislatura, el caso más flagrante fueron los votos contra la reforma laboral, cuando formaciones como Bildu y ERC adujeron las ausencias del texto como justificación de su voto en contra. Es decir, estaban de acuerdo con el contenido de los 52 folios de la norma sometidos a votación y argumentaron la ausencia de unos platónicos folios 53 y 54 (sobre indemnizaciones por despido) para votar contra todo ese contenido que, decían, les parecía bien. Se llama falacia porque contiene una mentira, que en aquel caso eran los motivos aducidos. La verdad era que Bildu no podía apoyar un texto de cuya negociación quedaron excluidos los sindicatos vascos y que ERC no quería regalarle tal triunfo político a Yolanda Díaz que, como se vio el pasado 23-J, goza de tantas o más simpatías que la propia Esquerra en Catalunya.

Otro caso idéntico fue el fracaso de la reforma de la llamada Ley Mordaza, donde los votos en contra de los aliados de investidura de nuevo se basaron, no en los más treinta puntos pactados que contenía la reforma, sino en lo que no contenía. Los aliados votaron contra 36 puntos en los que estaban de acuerdo y la reforma de la ley de Seguridad Ciudadana del ministro del PP Jorge Fernández Díaz sigue en vigor. 

El inconveniente de acudir a este mecanismo, que ayer vimos de nuevo en la votación del decreto relativo a la ampliación de la protección del desempleo, es que acostumbra a transparentar el propósito verdadero tras la fronda de la discusión técnica. Los cinco exdiputados de Sumar –bajo cuya marca obtuvieron el acta parlamentaria–, todos ellos con carné de Podemos e integrados hoy en el grupo mixto,  adujeron un “recorte” en la protección a desempleados de más de 52 años para tumbar el decreto. El debate sobre el presunto recorte es simple: el decreto baja paulatinamente la cotización del subsidio del 125% al 100% del salario mínimo en cinco años, pero la senda de crecimiento prevista y pactada para el salario mínimo hace que ese recorte no sea tal en los ingresos efectivos y de hecho supone un incremento.

Los cinco exdiputados de Sumar apoyaron las iniciativas del PSOE y solo votaron contra el decreto de su exlíder, Yolanda Díaz

Nada de eso era relevante al caso, pues hablamos de una norma cuyos efectos se verán en 2028 y con ella se han tumbado medidas en vigor que mejoran hoy mismo las prestaciones por desempleo de tres cuartos de millón de parados en casi 100 euros al mes.

La verdad detrás de la falacia es transparente: los cinco diputados de Podemos votaron a favor de los decretos del PSOE y en contra del único promovido por la líder de Sumar, Yolanda Díaz, contra la que mantienen su pugnacidad política, que no es programática sino personal. La vida no hace prisioneros. En ese ámbito narrativo de la política –ahora que todo es multiverso y reencuentros con otras versiones de uno mismo en el espacio-tiempo–, ayer era menester imaginar lo que la radical diputada del grupo mixto Ione Belarra le diría, respecto a la modesta ambición de las leyes que impulsó, a la reformista ministra Ione Belarra. O mejor aún: viceversa.

NOTA: El ingeniero y físico escocés Robert Watson-Watt, a quien se atribuye la invención del radar y cuyo trabajo fue determinante ante los ataques de la Luftwaffe al Reino Unido durante la segunda Guerra Mundial, siempre hizo un elogio de la imperfección y de las soluciones provisionales, en una aplicación lucidísima de la falacia del Nirvana: “Dales la tercera mejor opción para seguir adelante; la segunda mejor opción llega demasiado tarde. La mejor nunca llega”.

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