Un acto de homenaje al compositor Pau Casals en la abadía de Sant Miquel de Cuixà, en la localidad francesa de Codalet, cerca de Prada de Conflent, en la Catalunya del Nord, ha servido para reunir al presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, y sus antecesores Jordi Pujol, José Montilla, Carles Puigdemont y Quim Torra. La imagen es inédita. Es la primera vez que se les ve juntos. Pero también ha sido un encuentro que ha acaparado la atención por otro motivo: es el primer acto público de Puigdemont, fuera de Bélgica, desde que el Tribunal General de la Unión Europea (TGUE) le retirara la inmunidad. Todos los presidentes se han saludado. Aragonès y Puigdemont no se veían en persona desde mayo del 2022.
El expresident Puigdemont ha acudido al acto en el que también han participado el abad de Montserrat, Manel Gasch, y el profesor de Història de la Música en la Universidad de Barcelona Jaume Carbonell, en el marco de la 55ª edición de la Universitat Catalana d’Estiu (UCE). Artur Mas no ha podido acudir por cuestiones personales, y Pasqual Maragall por motivos de salud.
Anunció su presencia el sábado, dejando claro que no haría declaraciones ni antes ni después del homenaje, y sin temor alguno de ser detenido: el juez instructor de la causa del 1-O, Pablo Llarena, decidió no emitir nuevas euroórdenes de detención hasta que la instancia superior europea, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) no resuelva definitivamente las cautelares que tanto el exmandatario catalán como el exconseller Toni Comín solicitarán para mantener la inmunidad europarlamentaria o no. Desde la sentencia del TGUE tienen dos meses para hacerlo.
La cita se ha producido en un momento en el que las negociaciones para la posible investidura de Pedro Sánchez justo empiezan. Todos los presidents han tomado la palabra durante el acto, finalizando Aragonès y Puigdemont sus respectivos parlamentos con un “Visca Catalunya lliure”. Ha sido un acto de homenaje a Casals, pero también un encuentro de reivindicación nacional y de la identidad catalana, con el discurso del compositor en la sede de la ONU, en 1971, bien presente. En él, Casals destacó la paz como objetivo prioritario, pero también defendió las instituciones catalanas, cuando la dictadura de Franco llegaba a su fin. “I’m a catalan”, dijo nada más iniciar su discurso en Nueva York.
Aragonès ha sido recibido con gritos de "independencia"; Montilla, con silbidos cuando ha apostado por una "España fraternal"
Aragonès ha recordado a Casals en su turno de palabra. Ha sido recibido con gritos de “independència”. “Siempre es bonito recordar el objetivo por el cual luchamos”, ha respondido. El president ha asegurado que la “represión aún perdura, hasta el punto que afecta al president Puigdemont”. “Y le quiero dar la bienvenida”, ha dicho el jefe del Govern. “Tenemos un conflicto político pendiente de resolver que no es a causa de la represión, sino de la incapacidad del Estado de reconocer el derecho a la autodeterminación”, ha apuntado a la vez que se ha reafirmado en la amnistía y un referéndum como vías para superar el conflicto.
El discurso de Puigdemont, por su parte, ha resonado en las recientes negociaciones sobre la Mesa del Parlament. Junts votó a favor de la presidencia de la socialista Francina Armengol tras obtener el compromiso del PSOE de reclamar la oficialidad del catalán, el euskera y el gallego en la Unión Europea. Así, Puigdemont ha elogiado a Pau Casals por no haber buscado a lo largo de la historia ninguna "salida personal", sino por pensar "en el país". "Cuando pedimos que el catalán sea una lengua de Europa, una lengua viva al lado de las otras lo hacemos siguiendo el mismo hilo que las generaciones que nos precedieron, pero pensando en los otros y no solo en nosotros, de la misma manera que hizo Pau Casals, sin buscar una salida personal para él mismo", ha aclarado.
Pujol, en su discurso ha destacado la faceta de “predicador de la paz” de Casals, pero también un “predicador de la esperanza”. Ha considerado que hoy en día la identidad catalana está amenazada. Contra ello, Pujol ha animado a defender la lengua catalana, “clave para mantener la identidad”. “Hay que mantener el ánimo, la fe y la esperanza; tenemos la obligación de mantener nuestra identidad”, ha añadido antes de hacer un inciso para expresar, en términos de lengua, su “particular reconocimiento” a Puigdemont.
En el momento del parlamento de Montilla, los asistentes han proferido gritos de “independència”. El expresident socialista ha subrayado que los presidentes de la Generalitat representan la expresión “de sociedad plural y diversa que aspira a su autogobierno” para mejorar la vida de los ciudadanos. Pero ha sido silbado cuando ha apostado por “una España fraternal, respetuosa de la diversidad y capaz de gestionar su pluralidad". “No se puede construir una nación negando a una parte de la ciudadanía su derecho a pertenecer a ella simplemente porque entiende su identidad nacional de una forma distinta", ha afirmado, algo que ha supuesto una muestra de inconformidad entre el publico presente.
Por último, Torra ha resaltado “la humanidad de Casals”, pero también ha recurrido a su figura para afirmar que para el compositor “la libertad es indivisible”. “O eres libre o no lo eres. No está en la lista d’expresidents porque su código de moralidad no se lo habría permitido. A saber qué hubiera pasado si hubiera sido él el president y no Tarradellas”, ha dicho.