Mientras la exconsellera de Educació y eurodiputada, Clara Ponsatí, regresaba a Bruselas tras comparecer anoche ante un juez por la causa del 1-O, el Tribunal Superior de Justícia de Catalunya (TSJC) juzgaba este miércoles a su antigua colega en el Govern, la actual consellera de Acció Exterior y Unió Europea y exconsellera de Agricultura, Meritxell Serret, en relacion con los mismos hechos y por el mismo delito, desobediencia.
A las puertas del tribunal, Serret, arropada por el independentismo, ha aprovechado para responder sin mencionarla a Ponsatí, quien ayer la acusó de "ir por el mundo con banderas de España más grandes que la catalana" y la criticó por haberse puesto a disposición del Supremo y dificultar la estrategia de confrontación al tiempo que tildó al Govern de Pere Aragonès de “herramienta de la ocupación española”.
La consellera Meritxell Serret arropada por casi todo el Govern y los principales líderes de ERC
Al respecto, la consellera de Acció Exterior se ha mostrado "totalmente convencida de la estrategia jurídica" que le ha permitido volver a España al tiempo que ha reivindicado la estrategia de ERC "para que un conflicto que es político y con raíces democráticas encuentre las soluciones en la negociación, en la política y en soluciones netamente democráticas".
Serret ha asegurado que acude al TSJC con la "conciencia muy tranquila" y con la "voluntad de confrontar con quien está reprimiendo al movimiento independentista y está articulando esta estrategia que quiere criminalizar un proyecto legítimo como el independentista". "Organizar un referéndum no es ningún delito, al contrario", ha insistido Serret, que ha advertido de que "la solución no estará nunca en los juzgados, será siempre política, a través de la negociación y de soluciones democráticas".
La consellera Serret entra en el TSJC para ser juzgada por desobediencia
Esquerra reivindica la reforma penal
Una reivindicación que ha compartido con el president Aragonès, quien ha destacado el "compromiso, la constancia y la perseverancia" de la consellera Serret en su defensa para que Catalunya pueda decidir su futuro, por lo que ha aprovechado para reiterar su petición al Estado español para que reconozca el derecho a decidir su futuro de los ciudadandos catalanes. Respecto al regreso y detención de Ponsatí, el president ha rechazado "confrontar entre represaliados", aunque sí ha puesto en valor que ese retorno ha tenido lugar en condiciones más favorables que hace unos meses por el acuerdo con el Gobierno central repecto a la reforma del Código Penal.
El presidente de Esquerra, Oriol Junqueras, ha abundado en el mismo discurso celebrando "el regreso de todos exiliados y la libertad de los presos" por lo que ha reivindicado también la supresión del delito de sedición para permitir el regreso de Ponsatí. "Ella misma reconoció que el contexto penal había cambiado", ha recordado Junqueras, quien ha insistido en seguir trabajando para permitir las condiciones que hagan posible el referéndum y ha pedido unidad en torno a ese objetivo. "Pedimos que el conjunto del independentismo se ponga a luchar por el referéndum", ha reclamado el presidente de ERC tras señalar que parte de los aparatos represivos del Estado "no pueden resistir embestir contra la democracia" y ha reiterado que convocar un referéndum "no es delito, es un ejercicio democrático fundamental e imprescindible”.
Turull, conciliador: "Las estrategias son todas legítimas"
A su vez, el secretario general de Junts, Jordi Turull, se ha mostrado conciliador tanto con Ponsatí como con Esquerra y ha destacado que "hoy no es un día para reproches" y que "las estrategias son todas legítimas". "Todos nuestros esfuerzos serán para apilar no para esparcir, estaremos siempre para generar complicidades, respetar todas las estrategias", ha apuntado Turull, quien ha querido dejar claro que "hoy venimos a apoyar a Serret" al tiempo que ha asegurado que con la consellera Ponsatí "es mucho más lo que nos une que lo que nos separa”.
A la altura de Arc de Triomf, Serret, que ha llegado minutos después de las 9 de la mañana, ha sido recibida por el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, la casi totalidad del Govern -no estaba el conseller Carles Campuzano-, la vicepresidenta del Parlament, Alba Vergés, el presidente de Esquerra, Oriol Junqueras, la exconsellera Dolors Bassa, el exconseller Raül Romeva, la expresidenta del Parlament Carme Forcadell, la portavoz de ERC, Marta Vilalta, y el concejal de Barcelona Ernest Maragall.
Juntos se han dirigido a la sede del TSJC, donde delegaciones de ERC, Junts y la CUP han arropado a la consellera. Entre estas personalidades estaban la presidenta de Junts, Laura Borràs, y el secretario general, Jordi Turull, así como el portavoz de la formación, Josep Rius, el exconseller Josep Rull o el diputado Francesc de Dalmases. Por parte de la CUP, han apoyado a la consellera el secretario de la Mesa Carles Riera y la diputada Eulàlia Reguant. También se ha personado el presidente de Òmnium, Xavier Antich.
Minutos antes de las 10, después de hacer unas declaraciones ante la prensa, Serret se ha dirigido hacia el TSJC acompañada de Aragonès, Junqueras, Bassa, Forcadell, Romeva y Vergés, que la han dejado al pie de las escaleras del tribunal. La consellera ha entrado acompañada de su defensa legal.
Meritxell Serret se abraza con Carme Forcadell ante la mirada de Oriol Junqueras, Pere Aragonès y Alba Vergés
En una breve declaración el TSJC
Serret ha defendido la legitimidad del referéndum del 1 de octubre
El juicio ha sido un visto y no visto y ha durado menos de 3 horas, no ha declarado ningún testigo y Serret apenas ha leído una breve declaración. Todas las partes han evitado invertir mucho tiempo en un juicio en el que nadie duda de que el desenlace será similar al que tuvieron los exconsellers Santi Vila, Carles Mundó o Meritxell Borràs que fueron condenados a un año y ocho meses de inhabilitación por un delito de desobediencia, el mismo del que se acusa a Serret. La actual consellera de Exteriors se ha negado a responder a todas las partes, incluso a su propio abogado, y ha optado por leer unas palabras en las que ha defendido que el referéndum del 1 de octubre "no es un crimen" y ha abogado por resolver "el conflicto político" a través "de la política y la negociación".
La Fiscalía , por su parte, mantiene su petición de un año de inhabilitación y 12.000 euros de multa por desobediencia grave por, entre otros actos, haber aprobado el presupuesto en marzo del 2017 que preveía partidas por el referéndum y también haber firmado el decreto de convocatoria del referéndum pese a recibir las advertencias del Tribunal Constitucional. La fiscal, Neus Pujal, ha arremetido contra las palabras de Serret y le ha advertido que en este juicio "no se están criminalizando ideas, ni se ha sentado en el banquillo a ningún votante del 1 de octubre. El pensamiento no delinque. No vamos a acusar a nadie por sus ideas y su pensamiento" al tiempo que ha recordado que lo que se está juzgando es "haber desobedecido los requerimiento del Tribunal Constitucional" que indicaban que había que paralizar el referéndum.
En su exposición final, la fiscal también ha recordado que Serret estuvo presente en el anuncio oficial, a primeros de verano del 2017, de la fecha y la pregunta del referéndum. Y descartó seguir la línea de otros consellers y altos cargos del Govern, como Jordi Jané, Neus Munté, Meritxell Ruiz, Jordi Baiget y Albert Batlle, que decidieron abandonar el ejecutivo por sus reticencias al referéndum no autorizado por el Estado.
La Fiscalía pide 1 año de inhabilitación
La fiscal: "Aquí no se juzgan ideas, sino su desobedencia al TC"
Los magistrados del juicio han sido Fernando Lacaba, Francisco Segura y Marta Pesqueira, después de que Jesús María Barrientos y Carlos Ramos propusieran al mismo tribunal su abstención después de que el Tribunal Supremo anulase el juicio contra la mesa del Parlament presidida por Carme Forcadell por falta de imparcialidad de estos dos magistrados. Ambos argumentaron, en esta ocasión, que puede ser causa de parcialidad su participación en la admisión de la querella de la fiscalía contra el Govern en septiembre del 2017, del que formaba parte Serret como consejera de Agricultura.