La propuesta de acuerdo que el PSC hizo pública ayer no ha sorprendido al Govern de ERC. Los republicanos aseguran que las 26 páginas del documento son un compendio de lo ya expuesto por los de Salvador Illa desde que empezaron las reuniones bilaterales el 7 de noviembre. Señalan que son propuestas de máximos, pero le corresponde ahora al Ejecutivo catalán discernir si los socialistas, dándole bombo, pretenden dejar huella; si están dando el primer paso para cerrar un pacto; si intentan reajustar unas negociaciones que les han resultado insatisfactorias para volver al punto de partida, o si, al contrario, están abonando el terreno para una ruptura paulatina y estudiada de las conversaciones.
El Govern tendrá la oportunidad de averiguarlo la próxima semana, para la cual ya agenda nuevas reuniones con el PSC. En todo caso, la postura del Govern ante la prensa es que hoy por hoy “no hay cambios relevantes” y apelan a “la discreción”. Pero a la vez los socialistas plantean cuestiones que son inasumibles tanto para Esquerra como para los comunes, con quienes pactaron su apoyo el 14 de diciembre. Así lo entienden en el Gabinete catalán. De momento, la prórroga de los presupuestos vigentes actúa de salvavidas.
Cuarto cinturón, Hard Rock, aeropuerto del Prat
Hay asuntos espinosos. Uno de ellos, el cuarto cinturón. El Govern de Pere Aragonès siempre ha sostenido que la carretera B-40, que hoy muere en Terrassa, no debe conectarse con Sabadell y apuestan por las alternativas del transporte público, el tren e incluso tranvías que “rompan con la radialidad y dependencia de Barcelona”. Para el Govern, la de la B-40 es una cuestión extraparlamentaria, como lo son también, a su parecer, la ampliación del aeropuerto de El Prat y el macroproyecto lúdico del Hard Rock en Vila-seca. El PSC sigue insistiendo en estos tres puntos. Pero para estas dos últimas opciones, los republicanos mantienen una posición más agnóstica: ni aprueban ni rechazan las dos propuestas. En el caso del Hard Rock, aducen una y otra vez que saldrá adelante cuando haya informes económicos y medioambientales favorables.
Esgrimen lo mismo para el aeropuerto, pese a que en su programa electoral del 2021 ERC dejaba claro que aboga por “preservar los espacios naturales” que rodean el aeropuerto y aplicar “todas las mejoras tecnológicas necesarias para aumentar los vuelos sin necesidad de ampliación”. Los estándares europeos de conservación de espacios naturales les darían la razón. Con todo, añaden un factor para estudiar una ampliación: que la gestión del aeropuerto dependa de la Generalitat.
Otra de las propuestas del PSC que en el Govern ven de difícil resolución es la de destinar el 24% de lo presupuestado para Salut a la atención primaria. Aragonès ya tuvo dificultades para acordar un 20% con los comunes. El anteproyecto de presupuestos prevé un incremento de más de 3.000 millones de gasto con respecto a los del 2022. Si aumentan los números absolutos, se complica también elevar los porcentajes en cada una de las partidas.
Tampoco es del agrado del Ejecutivo catalán que el PSC plantee eliminar la delegación territorial del Govern de la Generalitat en Barcelona. O que no se abra ninguna nueva delegación en el exterior durante el 2023. En el Palau de la Generalitat entienden que los de Illa "se inmiscuyen" en decisiones propias y ejecutivas del Govern.