El president ya tiene su Miró

Cambios en Palau

Aragonès ha sustituido arte gótico por contemporáneo en la antesala de su despacho

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Unos operarios cuelgan el cuadro de Miró 'Le marchande de couleurs', en la Sala dels Diputats, antecámara del despacho del president, en el Palau de la Generalitat, el pasado miércoles 

Xavi Jurio

El Palau de la Generalitat tiene desde esta semana dos nuevos inquilinos. Un cuadro de Miquel Barceló y otro de Joan Miró se han incorporado a la Sala dels Diputats, antecámara del despacho del president, y compiten ya en protagonismo, pared con pared, con el Sant Jordi a caballo del siglo XV. El arte gótico cede espacio al contemporáneo, y es literal, ya que Pere Aragonès pidió también retirar dos tablas del siglo XV y dos muebles de época de esta dependencia, en la que mantiene reuniones de trabajo, encuentros oficiales y recibe a mandatarios.

Fue pensando en esta dimensión institucional y en actualizar la imagen de la Generalitat que el president encargó a su equipo una propuesta para incorporar arte contemporáneo, de fondos propios, que complementara el gótico, del que ya hay mucho en Palau, empezando por el propio edificio.

La mudanza se hizo el miércoles de esta semana, aprovechando que el president tenía pleno en el Parlament, y los mismos operarios que llevaron a Palau el Barceló y el Miró retiraron las dos tablas góticas, que salieron rumbo al Museu Nacional d’Art de Catalunya (MNAC), y los dos muebles, que serán recolocados en otra estancia de Palau por determinar. Además de actualizar la muestra artística, el president había pedido a sus colaboradores sencillez y sobriedad. Que el Palau respire.

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Anna Carreras, conservadora-restauradora del MNAC, audita una de las tablas góticas antes de ser retirada, esta semana, de la Sala dels Diputats, en el Palau de la Generalitat

Xavi Jurio

Entre el grupo de personas que siguió la operación estaba Anna Carreras, conservadora-restauradora del MNAC, que auditó las tablas góticas retiradas – Anunciació y Mare de Déu amb el Nen envoltada de santes màrtirs i àngels cantors –, ambas datadas en la segunda mitad del siglo XV, para verificar el estado de conservación. Los técnicos hacen revisiones periódicas a las obras de arte, pero es evidente que las condiciones de luz, humedad y temperatura no son las de un museo.

El president encargó actualizar la Sala dels Diputats, donde tiene reuniones de trabajo y recibe a las visitas

Esta sala en concreto da a la galería gótica, junto al Pati dels Tarongers, y al abrir la puerta se notó el cambio de temperatura. “Qué calor”, dijo alguien al entrar. “Sufro por los cuadros”, susurró Carreras con una sonrisa. Tras la revisión, certificó que las tablas no habían sufrido daños.

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A la derecha, Jordi Arné, conservador-restaurador del Macba, supervisa la colocación por dos operarios de 'In Mali', de Miquel Barceló, en el Palau de la Generalitat

Xavi Jurio

“Revisamos la capa pictórica, el marco y el reverso, para confirmar que los pequeños desperfectos que tienen coinciden con los de las fotografías y los informes de entrada de las piezas”, explica. Luego comprobará si han sufrido algún daño en el embalaje y el transporte hasta el MNAC.

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La tabla 'Anunciació' y un mueble secreter de época fueron retirados, y en su lugar se colgó el cuadro 'In Mali' de Barceló, en el Palau de la Generalitat

Xavi Jurio

En el grupo de técnicos estaba también Jordi Arné, conservador-restaurador del Macba, para supervisar la entrega de In Mali , un dibujo de Miquel Barceló del fondo del galerista Salvador Riera que la Generalitat adquirió en los noventa. Al ser una obra en papel, es sensible a la humedad y al exceso de luz, que lo degrada. “Necesita una protección extra. Por eso le hemos puesto un plexiglás de conservación con un filtro del 99% de ultravioleta, y lleva un fondo de cartón y un marco vitrina”, explica Arné. “Las indicaciones que doy es que cierren las puertas para que no entre luz y para evitar cambios bruscos de temperatura, que debe estar entre 18 y 22 grados”, añade.

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Un momento de la mudanza en la Generalitat. Dos operarios llevan 'Le marchande de couleurs','de Miró. Al fondo, 'In Mali', de Barceló, y a la derecha 'Homenatge a la dona del món, de Josep Bartolí

Xavi Jurio

Antes de colgar este cuadro, se había descartado, sobre la marcha, el óleo Homenatge a la dona del món , de Josep Bartolí. Vistos uno y otro en la pared, el Barceló encajaba mejor. Se enviaron fotos por teléfono al president, que validó la elección: “Ok, adelante”.

Otra incorporación es un Barceló, al que el Macba ha puesto una vitrina que lo protege de la luz y la humedad

Sobre el segundo de los cuadros que colgar no había dudas. Le marchande de couleurs , un grabado al aguafuerte, aguatinta y carborundo de Joan Miró, de 1981, tiene un valor sentimental para Aragonès, ya que le acompaña en sus traslados de despacho desde que entró en el Govern en el 2016, como secretario de Economia.

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Al fondo, la pintura del siglo XV 'Sant Jordi i el drac', en la Sala dels Diputats, antecámara del despacho del president, al que se accede por la puerta que hay a la izquierda de las banderas

Xavi Jurio

En las jornadas de puertas abiertas en Palau, la Sala dels Diputats es una de las que se visita. Allí estarán el Barceló y el Miró, que en las próximas semanas pueden además ser testigos de un acuerdo de presupuestos y de otras negociaciones. Ante ellos está la mesa de reuniones del president. En el otro extremo de la sala, la estrella es el cuadro gótico Sant Jordi i el Drac , junto al que hay dos mástiles con la senyera y la bandera europea. Allí se hacen las fotos oficiales, pero quién sabe, quizás eso cambie. Al caballero le han salido dos serios competidores.

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