El Centre d'Estudis d'Opinió (CEO) dará a conocer este mediodía la tercera oleada del barómetro del 2022, cuyo trabajo de campo se inició el pasado 27 de septiembre, el mismo día en que JuntsxCatalunya pidió al presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, que se sometiera a una cuestión de confianza en el Parlament durante el debate de política general, hasta el 21 de octubre, dos semanas después de la salida de los posconvergentes del Govern y con este ya plenamente operativo.
De este modo el sondeo del CEO, que incluirá estimación de voto y escaños en el Parlament y en el Congreso de los Diputados, se convertirá en la primera encuesta que valorará los efectos electorales de la ruptura entre ERC y Junts y la formación del nuevo Ejecutivo catalán con las incorporaciones de perfiles que trascienden las siglas republicanas, como el exsocialista Joaquim Nadal, el exconvergente Carles Campuzano y la expodemita Gemma Ubasart, y que permiten a Aragonès hablar del "Govern del 80%".
¿Se aprovechará el PSC?
Habrá que ver si esta encuesta frena o consolida la ventaja que el PSC tomaba en anteriores estudios del organismo demoscópico de la Geneneralitat y si sigue premiando su actitud pactista, ahora con la voluntad de negociar los presupuestos con Esquerra. En julio, el CEO situaba a los socialistas en una clara primera posición con una horquilla en estimación de voto de entre el 25 y 29% con una proyección de escaños en el Parlament de entre 36 y 42 frente a los 33 que ostentan en la actualidad.
En aquella encuesta, Esquerra se mantenía más o menos estable con una estimación de voto de entre el 19 y el 23% y una proyección de escaños de entre 31 y 37. Ahora tiene 33.
¿Castigo a Junts?
Por contra, Junts sufría la condición de socio menor de la coalición a pesar de disponer solo de un escaño menos que ERC y su estimación de voto caía hasta una horquilla que iba del 14 al 17% con una proyección de escaños que oscilaba entre los 22 y los 27. El sondeo, realizado con una muestra de 2.000 individuos, dará indicios de si la salida del Govern permite a los posconvergentes frenar la sangría o bien esta se convierte en hemorragia. En cualquier caso, a Junts siempre le han ido mejor las elecciones que las encuestas.
¿Qué pasará con el apoyo a la independencia?
Otra clave de barómetro será cuál es el apoyo ciudadano a la independencia de Catalunya en un momento de enorme división entre partidos y entidades soberanistas y después de una de las diadas más divisivas para el movimiento que se recuerdan con un claro enfrentamiento entre la Assemblea Nacional Catalana (ANC) y Esquerra que llevó a Aragonès y a sus consellers a no acudir a la manifestación de l'Onze de Setembre. Sin estos precedentes, en julio, el apoyo a la independencia caía tres puntos hasta el 41% y se situaba en su mínimo desde 2015, solo igualado en junio del 2017, poco antes del referéndum del 1-O, tras el cual se disparó hasta el 49%, su máximo histórico. Asimismo, el rechazo a la independencia en julio se situaba en su máximo histórico (52%).
La encuesta incluirá también la habitual valoración de los líderes políticos y preguntas específicas sobre asociacionismo y participación, sobre política internacional e incluso sobre el legado de los expresidentes Jordi Pujol y Pasqual Maragall, entre otros.