La ensaladilla de la discordia, la sala milagros y otras sorpresas de la cumbre de la OTAN

Cumbre de la OTAN

La cita de la Alianza Norte ha dejado imágenes históricas en el Museo del Prado, líderes cenando en restaurantes de moda de la ciudad o hasta una tanqueta de bienvenida a IFEMA

Cumbre de la OTAN en Madrid | Última hora, en directo

LVG

Imagen del menú con la 'ensaladilla rusa' en el comedor de prensa del Ifema, hoy rebautizada como 'ensaladilla tradicional'. 

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Si el cisma entre Europa y Estados Unidos a raíz de la guerra de Irak convirtió las clásicas French Fries en las patatas fritas de la libertad, el clima de enfrentamiento entre la OTAN y Rusia es la causa del súbito cambio de nombre de uno de los platos estrella del menú para periodistas y delegaciones de la cumbre de la OTAN que este jueves termina en Madrid, la ensaladilla rusa.

Incluso la agencia internacional Reuters y el portal Politico Europe se habían hecho eco con cierta extrañeza de la presencia del plato de exótico nombre en el menú de una reunión que iba a designar a Moscú como amenaza directa para la Alianza. La tapa resultó ser uno de los de más éxito durante las dos primeras jornadas de la cumbre pero hoy jueves, sin previo aviso, la ensaladilla rusa ha aparecido rebautizada como ensaladilla tradicional. 

Fuentes del Gobierno atribuyen la decisión exclusivamente a Ifema, responsable del catering del encuentro. En la cena ofrecida por el Ministerio de Exteriores en el Palacio de Santa Cruz, expertos oficiales en diplomacia, se ahorraron el problema bautizando el plato como 'ensaladilla de Kyiv', según constaba en el menú diseñado por el chef José Andrés.

El cambio se limita exclusivamente al nombre del plato, que no al precio, que sigue siendo de 8 euros por unidad, en consonancia con las tarifas premium del comedor del área de prensa: 20 euros por un menú del día, 2,75 euros por un agua mineral, y 2,90 euros por un relaxing cup café con leche como esos que la ex alcaldesa Ana Botella recomendaba tomar en la plaza Mayor.

La oferta culinaria para los miembros de las delegaciones oficiales, que tienen un área específica situada en la planta inferior a la sala de prensa, es similar a la de los plumillas aunque en este caso no deben pagar por el avituallamiento. Cada delegación nacional, compuesta por una media de 30 personas (50 en el caso de España, Estados Unidos y Turquía) cuenta con su propia sala de trabajo pero donde más ambiente había ayer, según pudo comprobar este diario, era en el espacio central. Un enjambre de funcionarios, políticos y técnicos hacían el trabajo de fondo de la cumbre mientras los líderes permanecían reunidos en el espectacular salón habilitado para las reuniones del Consejo Atlántico. 

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Un miembro de la policía nacional durante la segunda jornada de la cumbre 

EFE

El enorme despliegue de seguridad, en el que Interior ha trabajado durante meses, se ha dejado notar dentro y fuera del IFEMA. Los autobuses lanzadera hacia los pabellones de la cumbre, que han sido parte de una perfecta organización, eran recibidos con la presencia de una tanqueta de la Policía Nacional, custodiada por fornidos agentes antidisturbios. En algunos casos, perros policía inspeccionaban los enseres personales de los periodistas antes de subirse al autobús.

Otra de las sorpresas de la cumbre, de puertas adentro, es el nombre elegido para una de las salas habilitadas para reuniones bilaterales entre delegaciones: la sala Milagros. Aunque bien podía haber sido el lugar donde el martes se celebró la reunión definitiva entre los líderes de Turquía, Suecia y Finlandia, en presencia del secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, para desbloquear la adhesión de los países nórdicos, el milagro con que arrancó la cumbre, fuentes del Gobierno explicaron que se celebró en otro espacio. El nombre de las salas, explicaron, depende de la foto del monumento o la localidad que las decora.

La Sala Milagros de la Cumbre de la OTAN

La Sala Milagros de la Cumbre de la OTAN

La Vanguardia

Las negociaciones de última hora entre el presidente Recep Tayyip Erdogan y los dirigentes de Suecia y Finlandia se prolongaron más de lo previsto, de modo que el líder turco no llegó a tiempo a la cena de gala que ofrecieron los reyes de España en el Palacio Real. Para sorpresa de los clientes y propietarios del restaurante Amazónico, situado en la calle Jorge Juan, que tiene un empresario turco entre sus inversores, pasadas las nueve de las noche apareció en el local el presidente Erdogan junto con una amplia delegación de diplomáticos, que finalmente fueron instalados en un espacio privado del local.

La cumbre llega hoy a su fin y, como es tradición, las delegaciones se irán a sus casas con un obsequio del país organizador de la cumbre. En este caso, el Ministerio ha regalado a mil de los asistentes con una selección de viandas españolas, todas ganadoras de los premios "Alimentos de España" o con Denominación de Origen, como aceite de oliva virgen extra, atún en aceite de oliva, aceitunas de mesa, DOP Pimentón de la Vera y arroz de la DOP Calasparra. 

Los obsequios para periodistas, como también es tradición, son mucho más modestos: una bolsa de tela con el logo de la cumbre, una libreta y un bolígrafo conmemorativo. La Comunidad de Madrid, por su parte, ofreció otra bolsa con una invitación para la prensa para tomar una copa de vino con la presidenta Isabel Díaz Ayuso en la que había también un abanico de color rojo.

La guerra en Ucrania ha dado un relieve mayor a la cumbre de la OTAN, que ha registrado en esta edición el mayor número de periodistas acreditados de su historia, según fuentes aliadas, alrededor de 2.000 entre periodistas y técnicos. La reunión ha tenido cobertura en medios de comunicación de todo el mundo, más allá del área transatlántica. Por primera vez han estado invitados los jefes de Estado y de Gobierno de Japón, Corea del Sur, Nueva Zelanda y Australia.

No todos los países de la Alianza Atlántica tienen capacidad de asumir la organización de una cita de estas características pero acoger reuniones internacionales de esta tipo es una buena forma para los países de mejorar su proyección mundial y trabajar su poder blando, como hizo el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con la espectacular cena celebrada anoche en el Museo del Prado

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El primer ministro italiano, Mario Draghi, enn el Museo del Prado

 EFE

La cena en el Prado, un "empeño personal" del presidente Sánchez ha dejado imágenes que permanecerán en la retina de muchos durante largo tiempo. Las cámaras volvieron a demostrar cómo el presidente se desenvuelve mejor en ambientes internacionales que nacionales. Volvimos a ver afectuosos gestos de cariño con el presidente francés, miradas cómplices de Ursula von der Leyen o cómo Begoña Gómez abrazaba con gran confianza al presidente Biden. Mientras los líderes hacían relaciones públicas, el primer ministro británico, Boris Johnson, aprovechó para visitar en soledad las mejores obras de la pinacoteca.

El coste total de la celebración de la cumbre para las arcas públicas españolas se estima en unos 50 millones de euros, según fuentes del Gobierno. La cifra que incluye tanto el amplio despliegue logístico habilitado en el recinto ferial de Ifema, de unos 34.000 metros cuadrados, con un coste base de 37 millones de euros, como la cobertura de seguridad ofrecida para garantizar la protección de las decenas de delegaciones nacionales procedentes de todo el mundo. Stoltenberg ha agradecido hoy al Gobierno español en nombre de todos los aliados la "perfecta, impecable y excelente organización". El presidente estadounidense Joe Biden, por su parte, "hablaba asombrado" del Palacio Real donde tuvo lugar la primera cena, según informó el pool de prensa que lo acompaña en sus viajes, que señaló que la comitiva atravesó "calles preciosas".

El gremio hostelero de Madrid se ha frotado las manos después de ver cómo sus hoteles de lujo han colgado el lleno completo a una semana de que Madrid viva su verdadera semana grande, el Orgullo LGTBI, en la que se volverán a agotar plazas hoteleras del centro de la ciudad. Toda recaudación es buena ahora que España aumentará su presupuesto en Defensa, la otra clave que nos deja una cumbre "histórica".

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