Las noticias vuelan. Apenas unas horas después de que Alfonso Fernández Mañueco firmara el acuerdo que le garantiza el gobierno de Castilla y León con Juan García-Gallardo, líder de Vox, el presidente del Partido Popular Europeo, Donald Tusk lamentaba la decisión: “Lo que ha pasado en España ha sido una triste sorpresa para mí”.
Por primera vez los ultranacionalistas se integran en un ejecutivo regional en España. Hasta ahora, el PP se había limitado a tener a este partido como eventual aliado externo en Andalucía o en Madrid pero nunca como miembros del ejecutivo. El acuerdo firmado ayer les garantiza, amén de la presidencia del Parlamento, una vicepresidencia y tres de los nueve consejeros del ejecutivo.
Castilla y León implica un salto cualitativo que no ha sido bien recibido en Europa. Menos aún por el polaco Donald Tusk, siempre proclive a aislar a la extrema derecha, como la que gobierna su país y que ha desencajado el viejo orden constitucional polaco.
Feijóo responsabiliza al PSOE del acuerdo con Vox, por haberse negado a negociar con Mañueco
El expresidente del Consejo Europeo aseguró que acuerdos como el firmado ayer por Mañueco constituyen “una capitulación” de los partidos democráticos. “Tenemos que luchar contra esas tentaciones de construir lo que aparentemente es un poder político más grande, pero al final del día es una capitulación. Espero que sea solo un incidente no una tendencia en la política española”
El Partido Popular Europeo (PPE) –del que forma parte su homónimo español– se reunía en Versalles, en una cumbre previa a la de jefes de Estado y de gobierno de la UE que se celebra hoy y a la que en representación de España acudió Pablo Casado.
Del asunto no se habló en la reunión, solo fuera, a preguntas de los periodistas, y Tusk dio su opinión: “Lo que ha pasado en España ha sido una triste sorpresa para mí. Pablo Casado, que ha dimitido de sus responsabilidades en el Partido Popular, era una garantía personal de mantener al PP en el centro derecha evitando los flirteos con los radicales y movimientos de extrema derecha como Vox”.
Donald Tusk, presidente de los populares europeos, ve el acuerdo como una “capitulación”
Sobre lo que ocurrió dentro de la reunión y cómo Casado, que acudió a despedirse, explicó el acuerdo hay distintas versiones, que el PP no confirma.
Según el presidente del Grupo Popular en el Parlamento Europeo, Manfred Weber, Casado aseguró que al frente del PP su guía ha sido no llegar a acuerdos de gobierno con la extrema derecha y luchar contra la corrupción. Michel Barnier, exnegociador europeo del Brexit, aseguró que Casado había “desaprobado los acuerdos con la extrema derecha, como nosotros, que estamos frente a Marine Le Pen”.
El pacto con Vox firmado por Mañueco no es una buena noticia para Alberto Núñez Feijóo que no podía empezar peor su carrera para presidir el PP.
Casado, que ayer participaba en la cumbre del PPE, se desentendió del pacto firmado por Mañueco
El aspirante paso el día tratando de desentenderse del pacto con los ultranacionalistas . Su esfuerzo fue inútil. Feijóo deseaba que el acuerdo se firmara cuanto antes, para así no tener que apuntarlo en su debe, sino en el de Casado, lo que no sucederá.
Feijóo, que ayer ratificó su posición como único candidato a liderar el PP después del fracaso de la única aspirante que pretendía rivalizar con él, encontró otro responsable, el PSOE, por negarse a negociar un gobierno con Mañueco, con lo que dejó al PP en una tesitura en la que tenía que elegir entre pactar con Vox, o ir a una repetición de elecciones.
Mañueco había descartado desde el principio esa opción. De ahí que Feijóo hiciera ayer responsable de la situación al PSOE al que no ve legitimado para criticar el acuerdo porque no contribuyó a que gobernara la lista más votada. Como ya hizo el martes, trató de legitimar el acuerdo del PP con Vox en las alianzas del PSOE “con el populismo de izquierda y el apoyo de los nacionalistas catalanes y vascos”, en referencia a ERC y Bildu.
El texto del pacto usa el término “violencia intrafamiliar” que utiliza Vox para rebatir la violencia machista
El caso es que Alfonso Fernández Mañueco será presidente de Castilla y León gracias a Vox, y de lo que pase a partir de ahora, y de las cesiones que tenga que hacer, se hará responsable a Feijóo.
Unas cesiones que de momento apenas se vislumbran en el acuerdo firmado y en el que no figuran las dos principales demandas de Vox, la derogación de la ley de violencia de género de la Comunidad y la de la Memoria Histórica.
Sin embargo, existe una cesión relevante, consignada en el punto 10 del acuerdo en el que se menciona el propósito de elaborar una ley de “violencia intrafamiliar”
–la versión ultra para rebatir la violencia machista– , que se encargará de proteger a “menores, mayores, mujeres, personas con discapacidad o personas vulnerables”. En todo el acuerdo no se habla de violencia de género.
El pacto también establece que el gobierno de Castila y León promoverá “una inmigración ordenada que, desde la integración cultural, económica y social, y en contra de las mafias ilegales, contribuya al futuro” de la región. El pacto es total para bajar impuestos y hacer “una política fiscal inteligente, capaz de atraer y retener tejido productivo”.