El líder del Partido Popular, Pablo Casado, llevó ayer personalmente hasta Bruselas su ofensiva contra el Gobierno de Pedro Sánchez por la gestión de los fondos del Plan de Recuperación de la Unión Europea y transmitió su descontento a Roberta Metsola, presidenta del Parlamento Europeo, y Manfred Weber, jefe de filas del Partido Popular Europeo, al que Metsola también pertenece. Casado justificó su decisión de elevar estas discusiones a Europa por su papel como “partido de oposición”, aunque en Bruselas no consta que ningún otro país haya emprendido el mismo camino europeo.
“Hemos expresado nuestra alegría porque los fondos estén llegando a España. Ahora lo que queremos es que una vez que Europa ha cumplido con España, el Gobierno de España cumpla con los españoles y que los fondos lleguen a la economía real”, aseveró el líder del PP en declaraciones a la prensa española al término de sus reuniones en la Eurocámara. Casado calificó de partidista, arbitraria y opaca la gestión del Gobierno español de los fondos.
“Esto no es hablar mal de España” ni del plan de recuperación de la UE sino “hablar mal de lo que está haciendo el Gobierno, para eso estoy”, aseveró, tratando de contrarrestar las crecientes críticas al daño que la estrategia del PP puede hacer a la imagen de España en la UE y al novedoso Plan de Recuperación de la UE, financiado por primera vez en la historia mediante emisiones de deuda común. Casado admitió que la UE ya “está haciendo” lo que debería: “El Parlamento Europeo fiscaliza adonde van las ayudas y la Comisión Europea va a hacer lo mismo con las ayudas y con las reformas”, recalcó.
Casado admite que la UE ya fiscaliza a España y justifica las críticas por ser “partido de la oposición”
Inquieta por los efectos de las quejas españolas sobre la percepción del plan y su propia labor de supervisión, la Comisión Europea ha respondido en varias ocasiones al PP que las normas estipulan que solo autoriza pagos cuando verifica que el país en cuestión ha cumplido con los hitos y objetivos pactados. España es el país que más dinero ha recibido por ahora del fondo, unos 19.000 millones de euros; con la aprobación de la reforma laboral, podrá solicitar el desembolso del segundo tramo, que se eleva a 12.000 millones.
Preguntado específicamente si algún alto cargo europeo comparte sus críticas hacia el plan español, Casado señaló a su familia política, los conservadores, actualmente en la oposición en la mayor parte de los países de la UE. “Dentro de las reuniones del Partido Popular Europeo, prácticamente todos los partidos que estamos en la oposición compartimos las mismas críticas”, dijo citando los casos de Malta y Bulgaria. Fuentes de la Comisión insisten: aunque en muchos países hay discusiones sobre el uso y la clave de reparto de los fondos, hasta la fecha en ningún otro caso el debate ha sido elevado de esta forma a Bruselas.
El Parlamento Europeo, la institución visitada ayer por Casado, no está implicado en la gestión del fondo Next Generation, como se conoce al plan anticrisis de la UE, pero la Comisión Europea le informa regularmente de su evolución y en las últimas semanas se ha convertido en el terreno predilecto por la oposición para cuestionar la calidad del plan, así como las garantías transmitidas a Bruselas sobre el cumplimiento de los objetivos. Por ahora no han pedido reuniones con los responsables del plan en la Comisión Europea.
La visita de Casado llega después de dos meses de presión a la Comisión Europea mediante presuntas parlamentarias y apelaciones en el grupo de trabajo. La ofensiva proseguirá mañana con la visita de varias decenas de alcaldes y presidentes de Diputación del PP a Bruselas, donde mantendrán reuniones en la Eurocámara y el Comité de Regiones. La delegación estará encabezada por José Luis Martínez-Almeida (Madrid), Jorge Azcón (Zaragoza) y José María Bellido (Córdoba).