Andalucía se queda con las cuentas al aire y abre la espita del gas electoral

El momento político

Moreno Bonilla podría convocar elecciones en febrero para ir a votar en abril

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Raúl Caro / EFE

En un país en el que, aparentemente, nadie se pone de acuerdo, las principales instancias de gobierno ya tienen garantizada la aprobación de los presupuestos del año que viene, los presupuestos que deberían contribuir a la reactivación de la economía mediante una primera remesa de los fondos europeos. España es más estable de lo que parece, pero en la ronda presupuestaria del 2022 hay una excepción. Y esa excepción puede traer consecuencias.

La excepción es Andalucía, la región más poblada de España. Los presupuestos de la Junta de Andalucía fueron tumbados anteanoche por el voto contrario de Vox, formación de extrema derecha hoy imprescindible para la gobernación de esa señera autonomía, aunque no disponga de asiento en la sala de gobierno del sevillano palacio de San Telmo. Desde hace casi tres años, Andalucía es gobernada por el Partido Popular y lo que queda de Ciudadanos, coalición bastante bien avenida que necesita el voto de Vox para los asuntos más importantes. Los presupuestos, por ejemplo,

El Ejecutivo andaluz podría prorrogar las cuentas de este año, con graves daños de imagen. El fatídica continuidad de la epidemia exige centros de decisión apoderados. Andalucía, unas las regiones más necesitadas de recursos públicos, aparecería en situación de extrema debilidad en un momento especialmente doloroso y complicado, puesto que la recuperación económica no acaba de arrancar con toda la fuerza necesaria en España, por causas internas y externas. El fracaso del presupuesto andaluz conduce, por tanto, a un adelanto electoral.

La Junta de Andalucía es la única gran instancia de gobierno que no logra aprobar sus presupuestos

La decisión corresponde al presidente Juan Manuel Moreno Bonilla , hasta la fecha renuente a un adelanto táctico de las elecciones andaluzas, movimiento deseado desde hace meses por el grupo dirigente del Partido Popular, con sede en la calle Génova de Madrid.

Contradicciones en el seno del Partido Alfa. Para Moreno Bonilla y su equipo la prioridad era culminar la legislatura con normalidad, exhibirse como fuerza eficiente y pragmática, ahormada a la realidad andaluza, con la ambición de sustituir al PSOE como partido hegemónico en el sur de España. Para Génova, en plena pelea con Isabel Díaz Ayuso por el control del PP madrileño, lo prioritario es infringir una nueva derrota al Partido Socialista, debilitar a Sánchez en plena tormenta inflacionista y fortalecer las expectativas de Pablo Casado , hoy atrapado en la borrascosa trifulca con Díaz Ayuso, personaje emergente que desea poder reclamar el liderazgo si unas próximas elecciones generales no conceden la mayoría al bloque de las derechas. Casado, lógicamente, quiere tener una nueva oportunidad si el resultado es muy apretado. Ese es el núcleo de la disputa.

Vox tiene sed de elecciones. Creen que pueden mejorar mucho sus resultados en Andalucía, empujados hacia arriba por el fuerte malestar acumulado después de dos años de epidemia. Objetivo: estar en condiciones de exigir su participación en el gobierno de la Junta y convertir Andalucía en trampolín de Santiago Abascal para las próximas generales. El PSOE dice estar preparado. Sánchez forzó hace meses el relevo de Susana Díaz por Juan Espadas para evitar sorpresas. A la izquierda del PSOE todo está fragmentado, pero en estos momentos hay diversas iniciativas en marcha para configurar una candidatura unitaria bajo el patronazgo de Yolanda Díaz . Puede que lo consigan.

El adelanto electoral andaluz afectaría a todo el tablero político español, con posibles sorpresas

Moreno Bonilla, aseguran en Sevilla, podría firmar la convocatoria de elecciones en febrero para ir a votar en abril. Ximo Puig empieza a deshojar la margarita en València.

La hipótesis de que Sánchez aprovechase ese slot para adelantar las generales es, hoy por hoy, difícil de sostener. Abril es demasiado pronto para un audaz movimiento. A Sánchez le espera el general Invierno.

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