El Congreso de los Diputados empieza a votar este martes las enmiendas a las secciones (ministerios) del proyecto de ley de Presupuestos Generales del Estado para el 2022 y el jueves votará los dictámenes de las distintas partes del proyecto y el real decreto-ley, lo que, de prosperar, supondrá el pase de las cuentas al Senado y su vuelta al Congreso para su aprobación definitiva a finales de año en el caso de que hubiera veto (posibilidad políticamente irrelevante) o enmiendas. En caso contrario, las cuentas quedarían definitivamente aprobadas ya en la Cámara Alta.
Para ello el Gobierno necesita mayorías simples, es decir, más síes que noes. A principios de mes, las cuentas superaron el primer gran escollo -las distintas enmiendas a la totalidad presentadas por los partidos de la oposición- y lo hicieron por mayoría absoluta con 188 votos que rechazaron las enmiendas y 156 que votaron a favor, una aritmética casi calcada a la que sirvió para aprobar los presupuestos de este año.
Repetir mayorías anteriores
Así, para superar las enmiendas a la totalidad, el Gobierno contó además del PSOE y Unidas Podemos con el apoyo de ERC, PNV, EH Bildu, Más País, Compromís, BNG, Nueva Canarias, Partido Regionalista de Cantabria y Teruel Existe. El año pasado las cuentas salieron adelante en la Cámara Baja por 188 votos a favor de once partidos: PSOE, Unidas Podemos, PNV, ERC, Bildu, PDeCAT, Compromís, Más País, Nueva Canarias, Teruel Existe y PRC.
El Ejecutivo busca configurar una mayoría parecida a esta en la que el concurso de ERC, en forma de apoyo o abstención, se antoja muy relevante pero no absolutamente indispensable puesto que existe una opción, aunque muy improbable, de aprobar las cuentas incluso con el voto en contra de los republicanos.
164 votos asegurados
Pero vayamos por partes. De momento, el Gobierno tiene asegurados los 120 votos del PSOE, los 34 de Unidas Podemos, los cinco de EH Bildu, los dos de Más País, uno de Compromís y, aunque todavía no se ha comunicado, uno de Nueva Canarias, que siempre vota con el PSOE. En total 164. Estos votos serían ya suficientes para asegurar el trámite si los diputados que se mueven entre el apoyo o la abstención no se mueven de este espacio.
Por otro lado, las cuentas tienen casi certificado el voto en contra de PP (88), Vox (52), Cs (9 + 1 del Grupo Mixto), UPN (2), Junts (4) , CUP (2) y Foro Asturias, que suman 159. En el caso de Junts y la CUP, presentaron enmiendas a la totalidad y no han anunciado ningún cambio en su posición, con lo que se presupone su oposición.
Escenario improbable sin Esquerra
En el caso altamente improbable de que ERC se sumara finalmente al no -lo que sumaría hasta 172 votos negativos- el Gabinete de Sánchez todavía podría sacar adelante las cuentas pero debería asegurarse al menos nueve votos más, algo que no parece especialmente difícil pero que seguramente encarecería la negociación con cada socio nuevo, especialmente con el PDECat que, con cuatro diputados, se convertiría en clave, al menos su abstención. Otros seis de estos votos ya le llegarían del PNV, que sigue negociando aunque se muestra "satisfecho". Otro voto muy plausible sería el de Teruel Existe, que ha negociado una enmienda al alimón con Compromís, que ya ha anunciado su apoyo. Finalmente quedarían por definir los dos votos de Coalición Canaria y BNG.
Sin embargo, la opción más verosímil es el apoyo o la abstención de los republicanos, que se han manifestado claves en la estabilidad del Gobierno en las votaciones más importantes. En su caso, la negociación con el Ejecutivo corre en paralelo a la de la ley Audiovisual. ERC exige en la norma la inclusión de cuotas para la producción en catalán para las plataformas digitales de pago, algo a lo que se comprometió el Gobierno lo que permitió la tramitación de los PGE.
Si finalmente el voto de los republicanos fuera afirmativo, las cuentas recabarían un mínimo de 177 votos, dos por encima de la mayoría absoluta, a los que se podrían sumar los 13 mencionados anteriormente para alcanzar un máximo posible de 190 votos a favor por 159 en contra. Si los de Gabriel Rufián se abstuvieran, las cuentas pasarían sin problemas pero difícilmente alcanzarían la mayoría absoluta.