El extesorero del Partido Popular Luis Bárcenas no ha logrado el objetivo de intentar dar un vuelco a las investigaciones judiciales sobre la financiación del que fuera su partido durante más de dos décadas y del que tuvo que irse por la puerta de atrás cuando le descubrieron una ingente cantidad de dinero en cuentas no declaradas en Suiza. Poco antes de que comenzara su segundo juicio, por gestionar durante años la caja B del PP, hizo una serie de maniobras. Se ofreció a la Fiscalía Anticorrupción para colaborar con la Justicia y desenmascar a algunos de los que dirigieron la formación, principalmente en la época de Mariano Rajoy y María Dolores de Cospedal como su segunda.
La Fiscalía recibió sus intenciones con recelo. Lleva investigándole desde el año 2009, cuando su nombre salió salpicado por el caso Gürtel. Logró una condena para el extesorero de 29 años de cárcel. Después, en la otra investigación, por la caja B del PP, desde el 2013 que saltó el escándalo de los ‘papeles de Bárcenas’, éste ha dado versiones contradictorias. Y unos días antes de que arrancase el juicio, quiso colaborar y decir la verdad. El extesorero no arrancó ningún pacto ni ningún compromiso por parte del ministerio público pero, sin embargo, entregó un escrito sacando a la luz algunos hitos novedosos.
Aparte de reconocer la existencia de una financiación irregular en el PP durante años, señaló directamente a Rajoy como conocedor y partícipe de los hechos. Relató una secuencia en la que el entonces presidente del partido y del Gobierno al conocer que Bárcenas tenía registrados todos los apuntes contables irregulares, destruyó en su trituradora todos esos papeles. Según Bárcenas, su entonces jefe desconocía que le estaba grabando y que además él tenía una copia de la documentación.
La Policía afirma tener indicios de que Bárcenas desvió parte de la caja B a sus cuentas en Suiza
Sin embargo, su palabra, según fuentes de la investigación, ya tiene poco valor si no va acompañada de pruebas. Esa grabación, según el propio Bárcenas, se la robaron. Así que a día de hoy no hay nada ni nadie que confirme su versión. Como prueba novedosa, su letrado solicitó al tribunal en la fase de cuestiones previas del juicio que se está celebrando actualmente en la Audiencia Nacional la declaración de una serie de periodistas que, según él, tenían conocimiento directo de la existencia de esa financiación y el pago de sobresueldos a diversos dirigentes del PP. Uno de ellos, Francisco Mercado, incluso guardaba una grabación del anterior tesorero, Álvaro Lapuerta, reconociendo estos hechos.
Sin embargo, esta misma semana este periodista declaró como testigo y se negó a aportar tal grabación ni dar detalles de ella, acogiéndose a su secreto profesional, ya que el otro interlocutor, Lapuerta, ha fallecido y, por tanto, no tiene capacidad de defenderse. Bárcenas quería poner entre las cuerdas a la excúpula del PP. Sin embargo, todos sus dirigentes que han acudido al juicio como testigos han negado cualquier afirmación de Bárcenas. Lo han dejado solo.
Aunque ya haya una sentencia judicial que reconoce la existencia de la caja B del partido, ninguno quiso certificarla. Lo que sí logró Bárcenas es poner en el disparadero al actual presidente de la formación, Pablo Casado, tras sacar toda esta batería de confesiones contra el partido en plena campaña electoral en Catalunya.
Ninguno de los jueces que investigan al PP en la Audiencia Nacional han logrado confirmar sus acusaciones
A esto se añade que los agentes que llevaron a cabo la investigación declararon ayer en el juicio que tienen sospechas de que Bárcenas desvió parte de los fondos que se guardaban en esa caja B, nutrida principalmente de donaciones de empresarios, a sus cuentas ocultas en Suiza. En su estrategia de confesiones también quiso aportar información en la causa conocida como Púnica, en la que se investiga la financiación del PP madrileño en la época de Esperanza Aguirre. Aseguró que un empresario, Luis Gálvez, entregó a la presidenta y candidata del PP en el 2007 un sobre con 60.000 euros para su campaña. El juez Manuel García Castellón lo citó como investigado y tras escucharlo, lo archivó. La versión de Bárcenas, según fuentes del caso, no pudo ser contrastada. También dijo que guardaba tres cajas con documentación, pero no han sido aportadas. Lo mismo pasa en la pieza que se investiga posibles adjudicaciones a empresarios a cambio de donaciones al PP. El juez Santiago Pedraz pidió a Bárcenas prueba documental para cotejar sus afirmaciones sobre tales amaños. Según fuentes de la investigación, a día de hoy no se ha entregado nada.